Incubo

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Reseña de la antología italoespañola de fantasía, ciencia ficción y terror publicada por Ediciones Tusitala.

Había dos motivos por los cuales tenía muchas ganas de hacerme con esta antología. El primero, la sugerente portada del francés Philippe Coriat: soy uno de esos lectores que se fían de las cubiertas y que disfrutan con ese otro modo de acercar mundos de fantasía al lector. El segundo, ver a dónde llevaba el osado proyecto de la Asociación Cultural Tusitala. Montar una antología en italiano desde España con autores de ambos países no debe estar exento de dificultades, y supongo que por ello se hace necesaria la ración de voluntad que ha conseguido este formidable resultado. Porque, sí, lo califico de formidable: estamos ante una antología robusta que toca muchos registros y deja buen sabor de boca, así como frente a una buena oportunidad de conocer autores que no tienen toda la presencia que deberían a pesar de sus currículums, al menos en nuestro país. Merece la pena aprovecharla si nos manejamos con el italiano.

 

Después de una introducción a cargo del editor, Fermín Moreno González, abrimos boca con La terra può attendere (La tierra puede esperar), de Renato Pestriniero, una narración de ciencia ficción que nos propone un particular sistema de purgar penas a los delincuentes al tiempo que nos plantea la vieja incógnita sobre la vida extreterrestre. Se trata de un relato que no duda en detenerse en los detalles para crear un ambiente propio y acercar la inmensidad del vacío espacial a los lectores a través de sus personajes.

 

Otto sogni di strega (Ocho sueños de bruja), de Loredana Pietrafesa, opta por una prosa mucho más lírica, sobre todo en la estructura del relato, que no es compacto sino el mosaico de estos ocho sueños. Un experimento muy sugerente que construye muy bien la atmósfera y cala en el lector, transmitiéndole sentimientos en mitad de la vorágine del calidoscopio.

 

Cambiamos de nuevo de registro para adentrarnos en el drama de T´ayl Sempre-Fredda (T'ayl Siempre-Fría), de Fermín Moreno González, una particular historia de amor con toques de ciencia ficción que lleva al lector a replantearse las referencias en las relaciones, y que remite, en cierto modo, a los cuentos clásicos.

 

Peculiar es también Fiat voluntas tua (Confíame tu voluntad), de Maurizio Nati, una historia en la que se mezcla la teología con la ciencia ficción y, sobre todo, con unas grandes dosis de humanidad. Es una historia tremendamente emotiva, y que navega con inusitado acierto entre las aguas salpicadas de escollos de un tema como éste. Encomiable su sensibilidad y la fuerza emocional del mismo.

 

L´uomo che ci salutava (El hombre que nos saludaba), de Luis Sánchez Graíño, prefiere un marco mucho más cotidiano: el de los paseos de unos niños que se cruzan a un elegante tipo que viste con apolillada elegancia. Una historia inquietante que funciona muy bien a pesar de lo previsible de su cierre.

 

Poco de previsible hay en Teletrasporto (Teletransporte), de Giorgio Sangiorgi, una narración bastante curiosa sobre el alcance de la tecnología, que nos plantea un escenario muy sugerente y lleno de posibilidades, quizás demasiadas para luego dejarnos sólo con el pie, con la miel en los labios. Desde luego, estimula la imaginación.

 

Con Il bisogno del dolore (La necesidad de dolor), de José María Tamparillas, nos zambullimos sin perdón en el horror más visceral. Una narración terriblemente cruda que engancha al lector obligándole, tenaz, a contemplar una vuelta de tuerca tras otra. Tiene momentos espeluznantes, y otros de una ternura siniestra. Sin duda, un relato sobresaliente en su género, y no para todos los públicos.

 

Crepa (Crepa; se trata de un nombre propio, aunque tiene relación con los verbos "morir" y "romper"), de Bruno Vitiello, es una asfixiante narración en torno a un hombre que contempla la fatalidad persiguiéndole. El relato se permite perderse en detalles que se podrían haber solventado mucho más rápido con la misma tensión argumental, pero se disculpa la transgresión por lo entretenido del anecdotario.

 

Menos concesiones da Qualche piccolo vantaggio (Alguna ventajilla), de Donato Altomare, el cual marca un ritmo trepidante para llevarnos a un cierre inquietante y sorprendente. El requiebro es bastante brusco, pero no desluce nada la tensión creada a lo largo de las páginas precedentes, durante las cuales vagamos por una oscuridad palpable.

 

I necrofagi della paura (Los necrófagos del miedo) es el relato más peculiar que le he leído a David Jasso. Este autor, que generalmente opta por un realismo bastante puro, se sume aquí en la vorágine de una sugerente fantasía oscura. Una historia con un gran componente estético y una apabullante carga emotiva que me ha resultado una grata sorpresa. Espero que el autor vuelva de vez en cuando a este registro, porque le sienta muy bien.

 

El enfoque de Lo scienziato che amava la rivoluzione francese (El científico que amaba la revolución francesa), de Antonio Bellomi, es totalmente distinto. Viajamos en esta ocasión a una estanción espacial donde nos veremos confrontados a un enigma científico. Un relato simpático y anecdótico que se disfruta por lo bien dibujado del escenario y lo cuidado del trasfondo.

 

Y como cierre, Il bambino dalle ali umide (El niño de las alas mojadas), de Blanca Libia Herrera Chaves, una historia en la que retomamos el registro poético para narrar una historia de infinita tristeza que nos depara unas cuantas descarnadas sorpresas. Un cierre muy acertado para dejar en el lector una cierta melancolía que invita a rememorar las historias leídas.

 

El conjunto, con estos elementos, es una antología muy interesante que toca con acierto registros muy variados. Tenéis más información sobre la misma en http://www.tusitalaediciones.blogspot.com/

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Hola, Juan Ángel:

Muchas gracias por tan detallada reseña, y además tan positiva. En realidad son cosas como tu reseña las que nos animan a emprender este tipo de proyectos "peregrinos", o mejor dicho, a no desfallecer y perseverar en el intento.

Mil gracias de parte de Ediciones Tusitala en pleno (mi señora y un servidor).

Saludos.

Fermín Moreno

Espacio patrocinado por

Nocte - Asociación Española de Escritores de Terror

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