616: Todo es infierno

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¿Y si las Sagradas Escrituras que los cristianos aceptan como auténticas estuvieran equivocadas o hubieran sido deliberadamente manipuladas para mostrar una historia sagrada que nada tiene que ver con la real? ¿Y si, una vez expulsado del Paraíso que quizá nunca llegó a existir, todo lo que le quedara al hombre fuera el Infierno?

Sinopsis

Por orden del Vaticano, el jesuita Albert Cloiser recorre el mundo indagando acerca de distintos sucesos paranormales que tienen como denominador común la frase "Todo es infierno". Sus investigaciones le llevarán a contactar con una psiquiatra que perdió a su hijo en un parque de atracciones, y del que ignora si sigue o no con vida y con un anciano disminuido psíquico con poderes de clarividencia que ha sido salvado por un bombero del incendio del convento donde vivía con unas monjas.

Las revelaciones del anciano de nombre Daniel, que es eventualmente poseído por una criatura omnisciente de diabólica presencia, conducirán al sacerdote de una pista hasta otra en un malévolo juego de incierto final. Lo pasos que va dando le conducen a demostraciones cada vez más terribles acerca de lo que le espera al ser humano en la otra vida. Una realidad terrible y abominable que comienza en nuestro propio mundo y que continuamente es definido por la misma sentencia: "Todo es Infierno".

 

Los Autores

David Zurdo Saiz: Nació en Madrid en 1971, es ingeniero técnico por la Universidad Complutense de Madrid y estudió ciencias físicas en la UNED. Con más de treinta obras publicadas en su haber, su primer libro fue de índole técnica y apareció en 1995.

La novela El Último Secreto De Da Vinci, escrita junto a Ángel Gutiérrez y que obtuvo el premio Hermética de novela, ha vendido en España unos 100.000 ejemplares y ha sido traducida a siete idiomas. Ha escrito otras dos novelas, una en solitario titulada Hada De Noche y otra en colaboración con Ángel Gutiérrez El Legado De Jesús. El Diario Secreto De Da Vinci.

Es autor de decenas de artículos, principalmente para la revista "Más Allá de la Ciencia" y se encarga de la sección "La Mitad Oscura" en el programa de radio "La Sal De La Vida", de Onda Madrid. También ha sido asesor y guionista del programa de televisión "El Otro Lado De La Realidad", en Telemadrid, y es colaborador del programa de Ramón García en Punto Radio, de Tele 5 y del diario El Mundo.

Es miembro de la junta directiva del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), miembro de su Comisión de Comunicación y tesorero de la Asociación de Autores Científico-Técnicos y Académicos (ACTA).

 

Ángel Gutiérrez Tapia: Nació en Madrid 1972, es Ingeniero Técnico por la Universidad Complutense de Madrid y estudió ciencias físicas en la UNED. Con alrededor de veinte obras publicadas, su primera obra también fue también un libro técnico aparecido en 1998.

Junto a David Zurdo, ha escrito además El Último Secreto De Da Vinci y El Legado De Jesús. El Diario Secreto De Da Vinci. Además es autor de decenas de artículos, traductor, colaborador del diario El Mundo, miembro de la comisión de licencias del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) y miembro de la junta directiva de la Asociación de Autores Científico-Técnicos y Académicos (ACTA).

Actualmente reside en Lisboa.

 

La Historia

Basándose en multitud de fuentes y textos considerados apócrifos por los Padres de la Iglesia, David Zurdo y Ángel Gutiérrez han tejido un delicado tapiz de historias que se cruzan una y otra vez entre sí de forma tangencial para llegar a un punto en el que todo adquiere significado. Toda la trama, la investigación y los continuos interrogantes que se van planteando a lo largo de la obra conducen a un libro que, a pesar de los diversos tomos prohibidos y ocultos que aparecen en la obra, no es ninguno de ellos. Es un libro de dibujos. Los dibujos de un niño.

El personaje principal de la historia es un jesuita llamado Albert Cloiser que pertenece a un grupo secreto dentro del Vaticano denominado "Los Lobos de Dios". Investigadores de lo oculto, buscadores de la verdad y con casi plena libertad dentro de la Iglesia Católica, sólo responden ante el mismísimo Santo Padre. El sacerdote es enviado a España a investigar el estado del cuerpo del padre Higinio. Esta era una práctica muy común antes de santificar a alguien: si en su ataúd aparecían marcas de uñas significaba que había despertado dentro de él y había desesperado, haciéndole indigno de ser nombrado "santo". Pero en esta ocasión el motivo es diferente.

Los huesos del padre Higinio están totalmente destrozados por diversos puntos, haciendo creer en un primer momento a todo el mundo que se trata de un caso de profanación. Sin embargo pronto reparan en que la tapa estaba perfectamente cerrada y sin violar desde el día del enterramiento. Más enigmática aún es la frase que ha escrito en el interior de su última morada de madera: "Todo es Infierno". Este hecho coincide con su descubrimiento de que las personas con experiencias extracorpóreas cercanas a la muerte comienzan a relatar que, tras pasar la luz azulada que parece esperarles, aparece otra rojiza. Lo que era un túnel se convierte en un pozo que desciende durante un trayecto inacabable y, en él, las almas de los difuntos gritan y sufren en una tortura sin fin.

La psiquiatra Audrey Barret pasa consulta de forma altruista a los enfermos mentales que cuidan en una residencia de ancianos llevada las Hijas de la Caridad. La mujer esconde dos grandes secretos, ambos relacionados con su etapa como universitaria. El primero tiene relación con la muerte de una persona y el segundo con la desaparición de un hijo que tuvo en esa época y que desapareció en un parque de atracciones. El principal paciente de Audrey, un anciano con extraños poderes de clarividencia, le obligará a traer a su memoria el primero de los secretos y le ayudará a desvelar el segundo con la ayuda de Joseph, un bombero de rudas maneras y gran corazón que continuamente arriesga su vida por salvar la de los demás.

El vínculo de todos estos personajes, y muchos más, es la terrible frase que da título al libro: "Todo es Infierno".

 

Los Jesuitas

La Compañía de Jesús (Societas Jesu, S.J.) es una orden religiosa de la Iglesia Católica Romana fundada por Ignacio de Loyola y otros nueve compañeros en 1540. Con cerca de 20,000 miembros, sacerdotes, estudiantes y hermanos, es la mayor orden de esa Iglesia hoy en día. Su formación dura más de 12 años; e incluye estudios de Humanidades, Filosofía y Teología. Los jesuitas en formación realizan tres años de trabajo en colegios u otros ámbitos. El estudio a fondo de idiomas y disciplinas sagradas y "profanas" ha hecho de los miembros de la Compañía de Jesús los líderes intelectuales del catolicismo.

Los jesuitas profesan los tres votos normales de la vida religiosa (obediencia, pobreza y castidad) además de un voto extra de obediencia al Papa. La educación, la reflexión teológica, las misiones y desde el siglo XX el apostolado social figuran entre las actividades usuales de sus miembros. El documento fundamental de la orden dice: "Servir siempre al Señor y a la Iglesia su Esposa, bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la Tierra."

 

El Infierno

La palabra "Infierno" procede del latín "infernum", que puede traducirse como "infierno" o "inferior", dada la creencia de que tal lugar se encontraría en las entrañas de la Tierra. Los griegos y los romanos creían en la existencia del Averno, lugar al que podía accederse por un cráter situado en Campania. Los griegos creían que las almas de los muertos iban al Hades, regido por un ser del mismo nombre que no era malvado, cuyo tormento era estar separados de sus seres queridos. El judaísmo creía en una existencia sombría más allá de la vida donde todos eran enviados tras la muerte de forma indiscriminada pudiendo ser, en realidad, una mera metáfora de la muerte. No obstante, el Dios del Antiguo Testamento, así como sus seguidores, daban más importancia a la vida en este mundo que a la vida después de la muerte. De acuerdo a las creencias del Catarismo, el mundo material habría sido creado por una deidad maligna denominada "Demiurgo", al que identificaron con el ser al que los cristianos llamaban "Satán". Por el contrario, Dios habría creado los Cielos y las almas, esto es, el mundo espiritual. El hinduismo y el budismo creen en el infierno como un mero lugar de tránsito entre la muerte y la reencarnación en otro cuerpo.

Las imágenes mentales heredadas de la tradición cristiana nos hacen pensar en el Infierno como un lugar de condenación y sufrimiento en el que los pecadores pasan toda la eternidad pagando por sus pecados. El Nuevo Testamento es el que asocia de forma definitiva esta imagen en el inconsciente colectivo del mundo occidental moderno. Sin embargo, es importante destacar que el Sheol era, originalmente, el vertedero en el que ardían la basura producida por la ciudad de Jerusalén en donde incluso se realizaban sacrificios humanos. Los desperdicios y los cuerpos allí arrojados ardían continuamente (fuego inextinguible) sin que se permitiera que el fuego se apagase por miedo a que se convirtiera en un foco de infecciones. Uno de los mayores castigos que podía recibir un criminal o un pecador era ser arrojado al Sheol, donde su cuerpo sería devorado por los gusanos y ardería eternamente, que es precisamente la imagen mental que tenemos del Infierno.

Curiosamente el término hebreo sche'ohl y el griego Hái dēs, con lo que se denomina al Infierno, ha sido traducido de las siguientes formas dependiendo del contexto: "infierno(s)", "sepulcro", "muerte", "sepultura", "mortuorias", "profundo", "a punto de morir" y "abismo". Esto sólo consigue traer más confusión sobre aquello a lo que alude el término. Actualmente existe la idea de que el Infierno sería, más bien, el estado definitivo después de la muerte al que llegan aquellas personas que a lo largo de la vida decidieron por sí mismas excluirse de la comunión con Dios, con sus semejantes y con la naturaleza.

 

El Evangelio de Judas

El Evangelio de Judas es un texto escrito en torno al siglo II que se supone que fue el utilizado por la secta de los cainitas y del que sólo existían referencias hasta el descubrimiento en los años setenta de una copia del mismo traducida del griego. La literatura cristiana primitiva ya lo mencionaba en algunos fragmentos. En él se proyecta una imagen positiva de Judas Iscariote, que en los cuatro evangelios canónicos aparece como traidor a Jesús, siendo considerado su discípulo favorito, el más amado y que entregó a su maestro a las autoridades cumpliendo un plan previsto por el propio Jesús.

De las 66 páginas que lo componen, 26 pertenecen al Evangelio de Judas. En él aparece el siguiente fragmento dicho a Judas por Jesús: "Tú serás el décimotercero, y serás maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos." Nos muestra un Jesús alegre, desenfadado y que elogia a Judas por el enorme esfuerzo que va a hacer: "Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me cubre (...). La estrella que indica el camino es tu estrella". Tras ser pagado por entregarle, Jesús se lo agradece porque eso le permite regresar al "reino grande e ilimitado cuya inmensidad no ha visto ninguna generación de ángeles".

El papiro se encuentra en un lamentable estado de conservación pero, en las partes que han podido ser recuperadas, se hayan además tres textos: el Primer Apocalipsis de Santiago, la Epístola a Felipe y el llamado Libro de Alógenes. Los dos primeros de los cuales ya eran conocidos por los hallazgos de Nag Hammadi. Siendo sólo un tercio del escrito legible, ha sido datado por las pruebas del Carbono-14 entre los años 220 y 340 d.C. Los estudiosos señalan el texto como auténtico, si bien esto no quiere decir que su contenido se ajuste a la verdad histórica. Posiblemente se trate de una elaboración esotérica de los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas)

 

Lucifer

"Lucifer" es un término procedente del latín que puede traducirse como "el que porta la luz" que también es denominado en ocasiones como "stella matutina", o "lucero del alba", haciendo referencia al planeta Venus, que puede verse en ciertas épocas del año antes del amanecer. Con estos nombres se hace referencia a la criatura creada por Dios y que se rebeló contra él al comienzo de los tiempos, siendo castigado por ello. Su origen en el judaísmo se encuentra en el texto del profeta Isaías que en principio hacía referencia a un rey mortal que había desafiado a Dios y fue castigado por su soberbia. Del mismo modo, el profeta Ezequiel hace referencia a un hecho similar, pero denominando al pecador como querubín que, según otros mitos hebreos no bíblicos, es el mismo Lucifer o Luzbel expulsado por el Arcángel Miguel. En todo caso, lo que parece claro es que los profetas denunciaban la soberbia de los reyes humanos, no de criaturas celestiales que se rebelaban contra el Supremo Hacedor.

 

Satanás

"Satanás", también llamado "Satán", puede proceder de la traducción griega del término hebrero ha-shatán, que era un espía errante de Dios en el mundo, si bien la raiz "shtn" puede traducirse como "oponerse", dando a la palabra el significado de "adversario". En uno de los libros del Pentateuco, "Números", se llama shatán al mensajero que el Dios Yahvéh envía para impedir que el vidente Balaam maldiga al pueblo de Israel En las tradiciones judeocristianas y musulmanas es llamado el "Príncipe de los Demonios" o "Príncipe de las Tinieblas" y representa la encarnación del Mal en su forma más pura.

El término "shatán" fue empleado posteriormente por los hebreos para denominar al fiscal en los juicios, con el equivalente griego de "diábolos" y significado semejante. Sin embargo, en el libro de los Macabeos encontramos la palabra "diábolos" con el significado de "adversario", "enemigo" e incluso "calumniador".

Satán como incitador al pecado aparece únicamente dos veces en el Antiguo Testamento y es en los Evangelios donde se le otorga el papel de enemigo de Jesús. Tras las tentaciones y las expulsiones a los endemoniados queda como encarnación del Mal para el cristianismo. Es importante resaltar que el judaísmo no identificaba a Satanás con el demonio Lucifer sino con el demonio Azazel. En los documentos no canónicos del Antiguo Testamento, Satán es llamado frecuentemente Belial. Sin embargo, el cristianismo decidió fundir ambos conceptos para identificarlos con el Diablo.

 

La Caída de Lucifer

Según la doctrina católica, Luzbel era el ángel más hermoso del Cielo, favorito de Dios entre el resto de las criaturas celestiales. Sin embargo, su soberbia y su odio hacia la Humanidad, a la que consideraba indigna del mismo amor por parte del Creador. Cuando los arcángeles fueron conocedores de los planes de Dios de convertirse en ser humano para su autoinmolación y limpiar así los pecados de la Humanidad, Luzbel se rebeló. Un tercio de los ejércitos celestiales se unieron a él y, tras la batalla, fueron expulsados del Cielo. Está caída está representada en la estatua que figura en Los Jardines del Buen Retiro de la Villa de Madrid, obra de Ricardo Bellver y que, hasta el momento, es la única existente en su honor.

Está basada en el canto primero de "El Paraíso Perdido" del poeta y ensayista inglés John Milton. En concreto en las siguientes dos estrofas: Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado.

 

La Base Real De 616

Muy enigmáticamente dice san Mateo en su Evangelio (Mt 10, 28): "Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición el alma y el cuerpo en el Infierno.

Con toda su dificultad de interpretación, el Apocalipsis de san Juan da originalmente a la Bestia (es decir, Lucifer encarnado como Anticristo) el número 616, y no el 666 que resulta de la numerología hebraica (gematria) de las letras que componen el nombre Nerón César transliterado del griego al hebreo. Este cambio se debe a su sanguinaria persecución de los cristianos, y a la ejecución de los apóstoles san Pablo y san Pedro.

Judas es un personaje extremadamente controvertido para la teología cristiana. La Iglesia católica somete en la actualidad a nuevo juicio su figura, ya que se trata de la más enigmática que participa en la vida y muerte de Jesús. El misterio de Judas, sacrificado para redimir a la humanidad, está repleto de puntos oscuros, como la venta de su maestro por una cantidad tan poco elevada como treinta denarios o su posterior suicidio.

El llamado Evangelio De Judas fue hallado en 1978 en Egipto, escrito en lengua copta. San Ireneo, uno de los Padres de la Iglesia, lo cita en el año 185, en su obra Contra los herejes. Se trata de un texto perteneciente a la secta gnóstica de los cainitas, que tomaban las figuras negativas de las Escrituras como positivas en la necesidad de cumplir el Plan de Dios (como la serpiente del Paraíso, Caín, o el mismo Judas Iscariote). Al igual que en el texto de esta novela, en el Evangelio De Judas éste se muestra como el discípulo preferido de Jesús, al que le pide el sacrificio de cumplir una traición pactada. Así, esa traición es un acto heroico parecido al que, salvando las distancias, realiza el criminal Rocky Sullivan (James Cagney) en la película Ángeles Con Caras Sucias (Michael Curtiz, 1938), al pasar por un cobarde frente a la silla eléctrica para quebrar su mito ante los jóvenes pobres de su antiguo barrio, que veían en él un modelo a seguir. La aparente cobardía final era, por tanto, un acto de enorme valor.

La idea de un Jesús que pide a Judas que lo entregue –no que lo traicione– ya está presente en la novela La Última Tentación De Cristo (1951), del escritor griego Nikos Kazantzakis.

La existencia real de Jesús se ha llegado a cuestionar. Hoy sabemos, a través de la historiografía científica, que no se trata de un personaje de ficción. Sin embargo, los Evangelios canónicos están plagados de contradicciones, y los apócrifos aportan más información sobre los primeros cristianos que sobre Jesús mismo. En todo caso, y entre otras muchas cosas sorprendentes, sabemos que Jesús no nació en el año primero de nuestra era, ni lo hizo en el mes de diciembre; posiblemente no vino al mundo en Belén, sino en Nazaret, y no murió a los treinta y tres años.

De todos los enigmas evangélicos, el más profundo es el que se deriva de la frase: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Otro gran enigma de la teología cristiana es por qué Dios permite al Demonio actuar en el mundo. Son misterios que quizá nunca lleguen a desvelarse.

Párrafos extraídos del apéndice final de 616: Todo es Infierno.

 

 

 

Calificación: 70

Título: 616 Todo es Infierno

Autor: David Zurdo Sáiz / Ángel Gutiérrez Tapia

Editorial: Plaza & Janés

Edición: Cartoné, 384 páginas

Lo mejor: La excelente cantidad de información veraz reunida por los autores y su perfecta inclusión en la novela.

Lo peor: Un final muy maniqueísta, si bien se agradece.

Sinopsis: Por orden del Vaticano, el jesuita Albert Cloiser recorre el mundo indagando acerca de distintos sucesos paranormales que tienen como denominador común una frase, "Todo es infierno". Sus investigaciones le llevarán a contactar con una psiquiatra y un disminuido físico con poderes de clarividencia. Las revelaciones de este último conducirán al sacerdote hasta Jordania, donde hallará un texto escrito por Judas Iscariote que desvela una terrible verdad: Lucifer ganó la batalla contra el Bien. El infierno real es el mundo que hemos habitado desde el principio de los tiempos.

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