La crueldad encerrada

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"Tenía la impresión de que si hubiera podido casarme con Caperucita Roja, habría conocido la felicidad completa"

Charles Dickens

En defensa de la crueldad en el cuento infantil.

La niña se perdió en el bosque, y el lobo se la comió…

 

Antes de nada, quería expresar mi total defensa de la crueldad en los cuentos infantiles, una defensa que voy a intentar argumentar en este artículo. En un principio los cuentos eran contados entre adultos, sin embargo, de tanta repetición llegó al niño, y ahí nació el cuento infantil, un cuento con la clara misión de educar, entretener y dar a conocer una sabiduría que pudiese ayudar al niño a entender los valores morales, alimentando su desarrollo personal y fantasía.

Los cuentos tenían una función didáctica, desde los cuentos de advertencia hasta los cuentos de moraleja, religión, amor… Con el paso del tiempo los cuentos originales comenzaron a ser mutilados, tanto en forma como en contenido, dejando atrás los elementos crueles y censurando o moralizando esas partes que podían resultar escabrosas. Hasta ahí creo que todos podríamos estar de acuerdo, no me estoy inventando nada, pero ¿qué ocurre con esta mutilación? ¿Por qué recurrir a esa edulcoración? Podrían argumentarme perfectamente que la violencia en el cuento es un hecho ajeno a la realidad del niño y algo impropio y alejado en la literatura infantil, incluso seguro que podrían decirme muchos motivos para justificar este vacío en los cuentos, un vacío que encuentro innecesario. Que un texto se mutile en el contenido me parece una aberración, adaptarlo a nivel léxico sí que me parece respetuoso y de gran importancia para niños que no hayan llegado a la etapa del razonamiento lógico.

Pero a nivel de contenido debería de quedar con el mensaje original: la literatura infantil estimula la fantasía y el cuento cruel no se aleja de esa estimulación, el niño no vive en un mundo lleno de bondad, este mundo está invadido por conflictos armados, injusticias y locura, un territorio (que el niño reconoce a través de la televisión o de sus propias vivencias) donde hay armas y muertes. El cuento cruel acrecienta el desarrollo personal, y con la mutilación de esta crueldad, con el encierro de ella, malogramos su contenido, lo alejamos de su esencia y eliminamos la importancia del pasado.

Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, hablaba de que la fantasía en la infancia es un medio que le permite al niño cumplir con un deseo frustrado, como si la fantasía fuese una suerte de corrector de la realidad insatisfecha. El niño cuando lee Caperucita Roja sentirá angustia y miedo, al igual que cuando el cazador acabe con el lobo sentirá felicidad. Los pasajes de violencia en los cuentos populares confirman la línea de que nadie está libre de la conducta negativa que forma indeleblemente parte de la personalidad humana. Alejándonos de este punto en el cuento desvirtuamos toda realidad y comprensión de la pureza existente; los censores están encantados de eliminar las partes violentas, pero los niños (y lo digo por experiencia propia) seguirán insistiendo que les lean una y otra vez esas partes dónde el lobo se va a comer a Caperucita, porque son en esas partes, las llamadas crueles, donde el niño además de recordarlas más que ninguna otra, comenzarán a tener sus primeros conflictos emocionales. Y sus primeras dudas para encontrar una solución. Una solución en sus existencias.

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Patapalo
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Supongo que son problemas intrínsecos a cada sociedad. Ahora vivimos con el "políticamente correcto", y a veces se pierde la dimensión de las cosas. En el último libro que cogí de "Los tres cerditos", el lobo no recibe castigo ninguno, sino que se larga frustrado por no poder destruir la casa sólida. Eso sí, dantesco donde los haya, uno de los cerditos se come un perrito caliente.

Sí, es una tontería, pero creo muestra cómo muchos productos para niños, actualmente, se transforman y presentan sin una mínima reflexión seria detrás.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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virgensuicida
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 Yo creo que la sociedad es más hipócrita que nunca. Resulta que los cuentos se censuran para no traumatizar a los niños, pero en cuanto tienen capacidad para encender la tele (o el ordenador, o la videoconsola...) están expuestos a toda clase de basura, a cualquier hora del día.

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Douglas
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Es que no entiendo como permitieron esa censura.

El primer párrafo es el último disfrazado.

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