El violín del diablo

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Reseña de la novela de Joseph Gelinek publicada por Plaza & Janés

 

La novela comienza con un concierto que queda suspendido al poco de haber comenzado por el asesinato de una aclamada violinista, famosa por su forma de tocar y por un violín que posee con la imagen de un diablo tallada. Cuando es encontrada muerta comienzan las investigaciones y lo primero que sucede es que el encargado del caso muere en una explosión en su coche. Entones le encargan la investigación al protagonista que estaba presente en el concierto, ya que su hijo toca el violín, que es el protagonista de la anterior novela del autor, La décima sinfonía. Cuando parece que todo está estancado, el investigador decide colaborar con una mujer que en ocasiones trabajaba para el investigador asesinado en su coche. Este investigador, Raúl, a su pesar por no tener ningún interés en el mundo paranormal, se reúne con la vidente y ella le da una pista para aclarar quién fue el asesino de la joven violinista y el ladrón del violín. Recibe el aroma de un perfume.

Esta parte para mí carece de la gracia y el toque que debería darle el autor, lo que hace que el interés por el libro descienda. Tal vez si hubiera tenido la vidente una visión en concreto o fuera algún otro dato que no el olor de un perfume, hubiera sido bastante más creíble para el lector.

El final es sencillo y prácticamente predecible. Simple y ya visto en muchas películas. No es nada nuevo ni impactante. Es, simplemente, un final más sin ninguna gracia.

Los personajes son simples y ninguno en especial llama la atención, y este hecho es parte del problema que hace que el libro se haga aburrido: que ninguno de los personajes es verdaderamente interesante.

Ya avanzado la trama, se relata una historia sobre la muerte de Nicolo Paganini, antiguo poseedor del violín desaparecido y sobre el cual pesa una maldición de muerte. En esta parte, se puede avivar el interés del lector, ya que interconecta una historia ocurrida hace siglos con el presente, una maldición y la muerte de la joven protagonista.

No es una buena novela, pero tampoco es de las malas. Si tuviera que puntuarla, le daría un cinco. Se queda a mitad de camino, sin ser mala del todo pero sin ser la obra que pretende ser.

 

Autor

Joseph Gelinek, nombre tomado de un músico vienés humillado por Beethoven, es el ficticio autor de La Décima Sinfonía, un thriller policial que, también ambientado en el mundo de la música clásica, precedió a El violín del diablo.

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