Miguel Servet

Imagen de Karl Fractal

Un artículo sobre el científico aragonés

 

Miguel Servet nació en Villanueva de Sijena (Huesca) en 1511 y murió en Ginebra en 1553. Es conocido por ser el descubridor de la “circulación menor” o pulmonar de la sangre en el Occidente cristiano.

Originario de una familia acomodada de antigua procedencia noble, Servet, al salir de la escuela del convento, se dirigió al Castillo de Montearagón (Huesca), donde ampliaría sus conocimientos en lenguas clásicas (latín, griego y hebreo), historia, geografía, matemáticas y religión.

Apenas contaba con veinte años cuando entró al servicio de Juan de Quintana, confesor del emperador Carlos V, como su secretario particular, por lo que conoció la corte imperial y, en su seno, las polémicas provocadas por la difusión de las ideas reformistas y los nuevos aires del Renacimiento. Estuvo presente en la Coronación imperial en Bolonia donde, impresionado por lo mundano y lo materialista de los excesos del papado, rompió espiritualmente con la Iglesia Católica comenzando una correspondencia con los principales líderes de la reforma. Contactos, por otro lado que, a la sazón, resultarían infructuosos pues, tras la publicación en 1531 de su célebre obra De Trinitatis Erroribus, encontró una oposición radical de todos ellos (y, por supuesto, de la Iglesia Católica).

Y es que en esta obra Miguel Servet niega lo que hasta ahora ningún reformador había osado cuestionar, esto es: el dogma de la Trinidad. Para él carece de base bíblica pues es fruto de posteriores pesquisas filosóficas. Ciertamente, Servet concluye que Jesús es hombre pues ha nacido de una mujer, independientemente de que su nacimiento fuese milagroso. Miguel Servet, que en aquel entonces vivía en Estrasburgo, publicó al año siguiente dos diálogos, uno explicativo y otro conciliador, que no hicieron sino caldear más el asunto. Hereje de herejes, inculpado por la Inquisición francesa y española y condenado por los principales reformadores, abandona Estrasburgo. Cambió de nombre (Michel de Villeneveuse) y se dirigió a Lyon, donde comenzó a trabajar como impresor en la imprenta de los hermanos Trechsel.

Y debió hacerlo con gran éxito pues no tardaron en encargarle la publicación y comentario de la Geografía de Ptolomeo (1535). Sería este trabajo el que, en última instancia, le permitió conocer a Sinforiano Champier, médico humanista que le introdujo en la ciencia galénica (y, probablemente, también en la astrología), que posteriormente completaría en París, donde conoció a Johan Günter, Fernel, von Andernach o Silvio y trabajó al lado de Vesalio. Asimismo, publicó un pequeño tratado sobre jarabes y su uso (Razón universal de jarabes) que debió alcanzar un cierto éxito pues fue publicado en vida de Servet hasta en cuatro ocasiones (Venecia, 1545 y 1548; Lyon, 1546 y 1547).

Tras residir unos meses en la localidad de Charlieu se dirige a Viena del Delfinado, una localidad cercana a Lyon, invitado por su amigo, el arzobispo Pierre Palmier. Allí Servet se dedicará, en secreto, a componer su principal obra: la Christianismi Restitutio. En este tratado Servet critica la corrupción del cristianismo oficial reivindicando la necesidad de regresar al cristianismo primitivo. Pero si por algo pasó a la posteridad fue por el hallazgo del paso de la sangre del lado derecho al lado izquierdo del corazón a través de los pulmones, lo que comúnmente se conoce como circulación pulmonar o “circulación menor”.

A mediados del siglo XVI los puntos de vista galénicos representaban la autoridad en la medicina moderna. Sin embargo, y aunque Servet sigue planteando la visión galénica de la existencia de dos tipos de sangre (natural y vital) que circulan por sistemas cerrados (arterias y venas), se emancipa del médico griego dando un paso más allá -paralelamente al igual que hizo su colega Andrés Vesalio en su momento-: no sólo plantea las funciones de la arteria pulmonar, sino también el paso de la sangre venosa impura a través de los pulmones del lado derecho al lado izquierdo del corazón, reconoce la transformación que tiene lugar en los pulmones y, finalmente, niega la existencia de una comunicación entre los dos tipos de sangre en el septo ventricular (pared que separa al corazón) que en su momento planteó Galeno.

Resulta cuando menos llamativo que un hallazgo verdaderamente científico se encuentre en un libro de teología y que Servet describa con enorme exactitud y claridad un descubrimiento que, a la vez, considera tan poco importante (recordemos que el verdadero fin de su obra consistía en restablecer el cristianismo. Esta minuciosa descripción fisiológica tan solo era un medio para ilustrar la naturaleza del Espíritu Santo). Y es que Servet, como hijo del Renacimiento y, con un espíritu integrador encomiable, debió considerar la teología, la medicina, la filosofía y otras ciencias como saberes no herméticos, sino complementarios, que permitirían al hombre comprender el Universo, lo que nos permite comprender su teoría: para Miguel Servet, el hombre puede comunicarse con Dios siguiendo el ejemplo de Cristo. Pero para que esta comunicación pueda producirse debe haber en el hombre una chispa de divinidad que Servet identifica con el alma del hombre, que había sido inyectada, según la Biblia, por Dios a través de la respiración. Dado que el fin de la respiración es purificar la sangre, Servet aprehende entonces la tradición hebraica al defender que el alma se encuentra en la sangre. De esta forma, la mejor forma de estudiar el alma sería estudiando la propia circulación sanguínea.

En cualquier caso, la repercusión inmediata de Servet no debió ser grande si tenemos en cuenta que la Cristianismi Restitutio nunca se publicó (al menos no anónimamente) y su descubrimiento no fue reconocido hasta finales del siglo XVII, si bien en la segunda mitad del siglo anterior ya se describe en más ocasiones claramente la circulación de la sangre (lo que nos hace pensar en la difusión -indirecta- de sus ideas).

En 1541 Servet inició una controvertida relación epistolar con Calvino acerca de aspectos teológicos que terminó con una abierta advertencia del reformador de Ginebra tras el ofrecimiento de Servet de viajar a la ciudad para discutir sus diferencias doctrinales: “si viene no toleraré, por poca autoridad que yo tenga, que salga vivo”. De hecho, y muy irónicamente, Calvino intentó que las propias autoridades de Viena del Delfinado, católicas, condenaran a Servet. Y lo habrían conseguido si éste no hubiera escapado de la prisión en la que estaba recluido (no se libró de la quema en efigie). No se conoce con claridad por qué, cuatro meses después, Servet se encontraba en la Ginebra de Calvino, probablemente, como afirmó en el posterior proceso, se encontraba de paso para dirigirse a Nápoles para trabajar como médico. Lo cierto es que fue descubierto, procesado y condenado por el Consejo ginebrino por un delito de herejía consistente en negar el dogma de la Trinidad y su oposición al bautismo en los infantes. Fue quemado vivo -Servet nunca quiso retractarse de sus doctrinas, lo que le habría evitado el tormento- el 27 de octubre de 1553.

Miguel Servet fue un hereje español. Esto, en un país de fuerte tradición nacional-católica, supuso algunas contradicciones a la hora de valorar su figura. Por ello, no será hasta el siglo XX cuando este “perdedor histórico” sea recuperado, primero en 1953 (cuarto centenario de su muerte) y, más tarde, en 2003. Asimismo, el nacionalismo “doméstico” aragonés y valenciano ha emprendido numerosos esfuerzos por recuperar la figura de este mártir de la ciencia.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Bermudo del Pino, R. (2009): “El pensamiento de Miguel Servet”, en A Parte Rei. Revista de filosofía, 63.

Osler, W. (2007): “Miguel Servet”, en Ars Medica. Revista de Humanidades, 1.

Servet, M. (1980): La Restitución del Cristianismo, (Traducción al español de Ángel Alcalá y Luis Betes), Fundación Universitaria Española, Madrid.

Imagen de Karl Fractal
Karl Fractal
Desconectado
Poblador desde: 27/01/2009
Puntos: 12064

AH, VALE, YA VEO QUE OS INTERESA MUCHO, PUES LO MISMO EL PROXIMO LO POSTEO EN FOROS HISTORIA, QUE PARECE QUE ALLI TIENEN ALGO MAS DE INTERES

Make my body burn.

Imagen de Alexgodmir
Alexgodmir
Desconectado
Poblador desde: 26/01/2009
Puntos: 61

Sin duda es interesante para presentar la figura de uno de los grandes "olvidados" por la historia. Buen artículo.

Al margen del contenido deberías comprender que este tipo de publicaciones no generan el mismo interés que otras y, además, tener en cuenta el momento en el que se publica (por ejemplo hoy es festivo en varias comunidades españolas) y, siendo viernes, lógicamente hay menos personas quizás paseándose por entornos virtuales. 

Lo dicho. Buen artículo.

 OcioZero · Condiciones de uso