Noventa y tres

Reseña de la inigualable novela de Víctor Hugo

Hay un episodio de la historia de Francia, que correctamente es considerado relevante en la historia del mundo, que casi todos los ciudadanos de a pie conocemos, aunque sea de un modo somero: la Revolución Francesa. Lo que ya no suele conocer el ciudadano de a pie, ni siquiera someramente, es lo que ocurrió después.

“Noventa y tres”, de Víctor Hugo, es una novela perfecta para darse una vuelta por aquellos tiempos agitados y captar las luces y sombras del cuadro. Efectivamente, la acción transcurre en 1793, cuatro años después de la toma de la Bastilla y de los episodios que tuvieron a la guillotina por protagonista y a la monarquía francesa por figurantes involuntarios.

La trama, de una complejidad sorprendente teniendo en cuenta la facilidad con la que se sigue, nos transportará a la guerra librada en Bretaña entre los franceses monárquicos que resisten al cambio, alentados por sus vecinos ingleses, y la recién nacida República Francesa, un régimen todavía mutable, sometido a una gran presión y eminentemente centralista.

Los personajes, retratados como sólo un maestro como Hugo es capaz de hacer, nos servirán de cristal para contemplar el conflicto fraticida que divide Francia desde todas las ópticas. Sin detrimento de la fuerza narrativa de la historia se nos presentan nobles, revolucionarios, marinos, campesinos, soldados, niños, clérigos y un largo etcétera que, como las teselas de un mosaico, compondrán un riquísimo y sorprendente cuadro.

La historia en sí es cómo cualquier persona con dos dedos de frente hubiera imaginado: cruel, épica, caótica, con una gran mezcla de esperanzas y desesperanzas, de principios y de bajezas, de deseos de creer y de hastío. Más que un episodio clave en la historia Europea, la Revolución Francesa encarna la eterna lucha del hombre contra sí mismo para alcanzar la libertad, y Víctor Hugo es el Cicerone de excepción que nos lo cuenta en esta novela.

Quizá lo más sorprendente de la misma, finalmente, sea cómo el autor consigue brindarnos todos los puntos de vista para que el cuadro no sea excesivamente brillante ni excesivamente sombrío. Sí, aquel episodio de la historia de la humanidad teñido de sangre tuvo sus momentos de gloria, y es por ello que es una obra de claroscuros.

En “Noventa y tres” no hay un discurso triunfalista, aunque sí un gran relato épico; tampoco hay una moralina, aunque sí muchas reflexiones, tanto sociales como espirituales. Finalmente, tampoco está plasmada en él la visión política del autor y, tal vez por ello, es por lo que ha devenido una obra maestra.

Autor

Victor Hugo nació en Besançon (Francia) en 1802 y murió en París (Francia) en 1885. Hijo de un general napoleónico, sus estancias en España y Nápoles durante su infancia le marcaron profundamente. Desde una temprana edad tuvo claro que quería ser escritor (en cierta ocasión escribió: Seré Chateaubriand o nada), y se consagró a dicha actividad con gran celo.

Se le considera el más importante de los escritores románticos franceses. De hecho, el prefacio de su obra dramática “Cromwell” se convirtió en una suerte de manifiesto del movimiento en el mundo del teatro.

De entre su prolífica obra cabe destacar los siguientes títulos: “Cromwell” (1827), “Hernani” (1830), “Nuestra Señora de París” (1831), “El rey se divierte” (1832), “Lucrecia Borgia” (1833), “Los miserables” (1862) y “Noventa y tres” (1874).

Sinopsis

En el escenario de la resistencia monárquica de 1793 en Bretaña, dos miembros de la nobleza, separados por sus ideales, se enfrentan en una batalla sin tregua: uno encarna los valores de la corona, el otro los de la república.

Edición

Quatrevingt-treize

Victor Hugo

Édition d’Yves Gohin

Folio classique

Gallimard, 2002

Bolsillo

Ediciones en castellano

Cantábrico de Prensa, rústica 1993

Editorial Gredos, cartoné 2004

Intervención cultural, rústica 2002

Conclusión

Una prosa ágil y rica, un escenario apasionante y retratado con maestría, unos personajes complejos y vívidos, una novela articulada en torno a las pasiones más profundas e intrínsecas del hombre sin caer en simplismos, en dogmas o en reflexiones pesadas; éstos y muchos otros elementos son los que hacen de esta novela una lectura muy recomendable.

“Noventa y tres” es una obra maestra en muchos sentidos, y plasma una historia que sorprenderá de principio a fin. El relato es eminentemente bélico, pero igualmente hay espacio para el drama cotidiano y para mostrarnos unas pinceladas de la política de la época. Lo más sorprendente, tal vez, sea que al final uno es incapaz de tomar partido, de condenar o de pontificar; simplemente, se llega a entender la tragedia en toda su magnitud y, al mismo tiempo, en toda su importancia.