Novedades Marvel febrero-abril 2012 I

Imagen de Kaplan

Un murciélago gigante, un perro cosmonauta, criaturas mitológicas y lobeznos rabiosos

 


 

Veneno 1: El nuevo héroe de América

Rick Remender y Tony Moore prosiguen su unión artística tras su sensacional etapa redefiniendo a Punisher en Frankencastle, y lo hacen manteniendo sus señas de identidad. Si a Castle lo quitaron de sus habituales masacres de mafiosos para ponerlo como guardián de una sociedad secreta de monstruos, a Veneno (que, no lo olvidemos, en esta última encarnación es el ahora lisiado Flash Thompson) lo sacan de sus lóbregos rincones de Manhattan para convertirlo en un agente especial de operaciones encubiertas del ejército de Estados Unidos. Tan extraño cambio, que llevará a Thompson a un conflicto en los Balcanes o a la Tierra Salvaje, sentará de maravilla al personaje.

Da igual que se enfrente a amenazas tan peregrinas como murciélagos gigantes o a unos maleantes que parecen salidos del Grim Fandango, incluso que su némesis sea un villano también muy alejado de su hábitat natural (un nuevo Jack O’Lantern). Lo importante es que Remender tiene un plan, uno en el que por fin se saca partido a un secundario con tantísima miga como Flash Thompson (habría que buscar en los tiempos de DeMatteis como guionista de The Spectacular Spiderman para encontrar alguna historia suya que mereciera la pena) y en el que su relación con Betty Brant y Peter Parker y sus traumas familiares sean el verdadero motor de la trama. Como todo lo que hace Remender últimamente, estamos ante un título extraño, fresco, muy recomendable y con mucho potencial.

Ultimate Comics. Capitán América

El primer acercamiento de Jason Aaron al universo Ultimate no podría haber sido más lucido. Tras el también sensacional Ultimate Thor que nos brindó hace meses Jonathan Hickman, el siguiente miembro del equipo original de Ultimates en gozar de miniserie es Steve Rogers. Y lo hace con un argumento en el que Aaron, tan aficionado a todo lo relativo a la guerra de Vietnam, nos da su particular e indisimulada versión de Apocalypse Now.

Rogers es apresado por un militar americano rebelde y trastornado (omitiremos su identidad) que se ha convertido en poco menos que una divinidad entre los habitantes de una aldea perdida del sudeste asiático. El choque entre estos trasuntos de Willard y Kurtz reflejará el choque entre los Estados Unidos soñados y los Estados Unidos posibilistas y los ropajes morales que este país se ha dejado por el camino defendiendo su modo de vida. Pero Aaron no olvida que esto es un cómic de superhéroes, por lo que reserva un buen puñado de páginas a escenas de acción salvajes, como por ejemplo el enfrentamiento final, de una dureza increíble. De la labor gráfica se encarga un Ron Garney en estado de gracia. En definitiva, uno de los mejores cómics de la línea Ultimate, que ya es decir, que, sin embargo, no ha creado la resonancia que merecía.

Aniquiladores: Devastación

No hay que cejar en el empeño de recomendar a todo aficionado a los superhéroes la etapa de Dan Abnett y Andy Lanning al frente de la facción cósmica de Marvel. Aniquilación, Conquista, Guerra de Reyes y El Imperativo Thanos (amén de las series de Nova y los Guardianes de la Galaxia) dieron un impulso inusitado a unos personajes que hacía años que languidecían, así como presentaban a otros muchos llenos de carisma. Sin embargo, el sacrificio de Nova y Starlord para contener a Thanos dejó herida de gravedad a toda esta línea argumental.

Aniquiladores puede verse como un apéndice a todas estas sagas y, también, como un nuevo comienzo en el que Cosmo, el perro astronauta ruso (uno de los dos mejores hallazgos de Abnett y Lanning en estos últimos años), recluta a un nuevo grupo de, digamos, Vengadores Cósmicos que puedan suceder a los Guardianes de la Galaxia: Ronan, Estela Plateada, Billy Rayo Beta, Quasar y Gladiador. Juntos harán frente a una amenaza que, de paso, (casi) traerá de vuelta a uno de los personajes más añorados de Marvel. Aniquiladores es una miniserie tan trepidante como sus hermanas mayores y deja, como suele ocurrir con los tebeos de estos dos guionistas, con ganas de más. El tomo se completa con un simpática miniserie protagonizada por dos de los Guardianes de la Galaxia supervivientes: Groot y Mapache Cohete (el otro mejor hallazgo de Abnett y Lanning).

Herc: Dioses de Brooklyn

Greg Pak retoma con todas las de la ley a Hércules tras la Guerra del Caos, y lo hace en mitad de Miedo Encarnado. La llegada de la Serpiente provoca que Cicno, el hijo de Ares, y Hécate pasen a controlar a Brooklyn y sus habitantes, hechizados en cuerpo y mente. Hércules, que ya no tiene poderes divinos, tendrá que reclutar a un grupo de compañeros de lo más rocambolesco para conseguir que Brooklyn esté bajo su protección.

Pak es como Abnett y Lanning, sin ser un innovador ni pretenderlo, es muy difícil que alguno de sus tebeos resulte aburrido. Sus historias son siempre interesantes y mayúsculas. Neil Edwards, que venía de hacer la miniserie de Los Tres Guerreros, mantiene ese estilo descendiente de Alan Davis que combina lo simpático con lo impactante.

Imposibles X-Force: Nación Deathlock

Tres son las tramas incluidas en este tomo, y todas ellas forman parte de un crescendo de interés y emoción que hace de esta serie tan independiente del resto de colecciones mutantes la más interesante de todas ellas (y eso, en el momento actual, es mucho decir). En la primera aventura, este grupo de operaciones especiales se enfrentan a Dama Mortal y un grupo de ex Cosechadores que se han propuesto acabar con Utopía. En la segunda, un batallón de Deathlocks que en un pasado alternativo fueron los héroes Marvel que todos conocemos, viajan en el tiempo para destruir a Apocalipsis, quien, según ellos, anda escondido en El Mundo De Arma-X. Remender se las apaña aquí para añadir nuevos detalles y rigor a un origen tan plagado de incoherencias como es el de los Deathlocks, y lo hace vinculándolos a Arma-X. El final de esta historia es tan sorprendente como lógico de acuerdo con los sucesos anteriores. Finalmente, en la última trama del tomo, el Rey Sombra destruye el control que Warren tenía sobre Arcángel y lo deja liberado, con todo el peligro que eso supone. Entre medias, en un episodio autoconclusivo, Lobezno recibe un encargo peliagudo de Magneto. Todas y cada una de estas historias ayudan a definir a los miembros de este equipo, poniéndoles en situaciones límite bien similares entre sí. X-Force es un polvorín y va directo a las llamas. Viva Remender.

 OcioZero · Condiciones de uso