Megazoria: Anglia

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Trasfondo de la punta de lanza de los germanos en Britania

La presión de las grandes migraciones de los pueblos germánicos en el continente ha llevado a algunas tribus a probar fortuna más allá del mar. La principal de todas ellas es la de los anglos, y es por ello que ha dado su nombre a ese reducto oriental que han ocupado, a hierro y fuego, en las tierras británicas.

 

Aspectos geográficos

Geográficamente, Anglia no difiere gran cosa de las tierras bajas de Britania. Delimitada por tres grandes ríos (el Yore al norte, el Sabrinn al oeste y el Tamessa, el río oscuro, al sur), comprende principalmente planicies onduladas salpicadas de bosques y arboledas no excesivamente densas, en parte debido a la deforestación para crear tierras de cultivo, por parte de los britanos, y construir embarcaciones para los anglos.

El clima de la costa está atemperado por la presencia del mar. En general, las lluvias son frecuentes y en las zonas bajas, sobre todo cercanas a las masas de agua, no son raras las nieblas.

 

Fauna

En las planicies de Anglia abundan las manadas de ciervos, aunque especies como el megacero han sido esquilmadas (del mismo modo que algunos carnívoros, como el oso cavernario). También encontramos bueyes salvajes y caballos percherones. Los cazadores que siguen estas manadas incluyen lobos, leones cavernarios y, por supuesto, homoterios.

Los anglos han traído del continente un nuevo depredador que si bien no está consiguiendo adaptarse al medio, resulta particularmente problemático para los campesinos y los pastores por su falta de miedo al hombre, con quien está habituado a convivir: el nimravus. Estos plantígrados de aspecto felino, gracias a que son grandes trepadores, acostumbran a cazar mediante emboscadas, por lo que no son un peligro para los ciervos en las planicies, con los que no pueden competir a la carrera, pero sí, por el contrario, para los viajeros despistados: a pesar de ser relativamente pequeños (en torno a los 30 kilos y 1,20 m de longitud), son predadores feroces


 

Habitantes

La población mayoritaria de Anglia está compuesta por britones sobre los que se ha impuesto una élite guerrera de origen germano. La mezcla entre ambas poblaciones es notable, sobre todo dado el escaso número relativo de los invasores.

No obstante, los nuevos aristócratas anglos se esfuerzan por mantener una estética diferencial y simbólica frente a sus nuevos súbditos que se refleja en la profusión de orfebrería y adornos, el uso de sencillas coronas de metal y barbas y melenas recortadas frente a los largos bigotes de los autóctonos, sus trenzas y peinados más salvajes.

Lengua: Germánica

Escritura: Rúnica

Algunos nombres de ejemplo: Behrtric, Æthelstan, Ætheric, Brihtric, Dryhtwald, Leofgar, Tostig o Wulfnoth. Para mujeres, Aelgifu, Eadburga, Elgiva, Gytha o Redburh

 

Sociedad y gobierno

Horsa es el caudillo de guerra que gobierna, nominalmente, Anglia, a modo de monarca absoluto. En la práctica, es quizás el líder más poderoso de un territorio en continuo estado de guerra, donde las tribus autóctonas se sublevan periódicamente y los nuevos señores anglos buscan crear sus propios reinos o imponerse a los existentes. Los cambios de alianzas son constantes y todo el territorio está convulso.

La base de la sociedad sigue siendo britona, aunque los anglos se han establecido en una suerte de aristocracia guerrera. Algunos han conservado a su lado a sus propios consejeros y adivinas sacerdotisas: las völvas, misteriosas viejas cubiertas de pieles y abalorios de hueso. Las unidades sociales siguen siendo los poblados britones, en cuyo seno se han construido grandes salones rectangulares, de piedra o madera, donde se aloja el monarca respectivo y se celebran grandes banquetes en honor a los guerreros. La realidad de un reino es todavía precaria, y cada nueva oleada de anglos que llegan a la zona la vuelve más inestable y sangrienta.

Entre caudillos y dentro de cada grupo anglo se mantiene la idea de la asamblea de iguales, pero en la práctica suele ser un líder claro, a veces un grupo de hermanos, quien lleva la voz cantante y gobierna efectivamente.

Dada la escasa población, las mujeres participan en la guerra y el gobierno, al menos en la mayor parte de las tribus. Estas, por otro lado, no hay que considerarlas homogéneas: aunque están compuestas mayoritariamente por anglos, cuentan con saxones, jutos y miembros de otros pueblos en sus filas.

 

Religión

El culto no se desarrolla de un modo uniforme. Por lo general, es el caudillo o el padre de familia el encargado de los ritos cotidianos: libaciones, ofrendas y libaciones. Los dioses adorados son los propios de los pueblos germánicos, con Wotan y Tyr como dios de la guerra a la cabeza. Como se ha señalado, las völvas ejercen de sacerdotisas y adivinas entre los hombres poderosos, algunos de los cuales han empezado a prestar oídos a los vatos y los druidas celtas, quizás para mejorar su suerte política o por agasajar a sus súbditos.

Los caudillos se hacen enterrar con sus barcos largos como muestra de poder, junto con importantes ajuares funerarios. Algunos subalternos britones de confianza se siguen haciendo enterrar con sus carros de guerra. En este sentido, los anglos se muestran conciliadores.

 

Actividades económicas y lúdicas

Anglia se encuentra en pleno conflicto bélico, por lo que el saqueo es la principal fuente de ingresos. Los numerosos esclavos obtenidos se emplean en el trabajo de los campos o en la minería o se venden al continente o a los comerciantes escandinavos que fondean en la costa (a veces para realizar sus propios pillajes).

Como complemento, la caza y el pastoreo siguen siendo actividades destacadas, aunque los propios anglos las intentan ejercer solo como terratenientes. Su otra ocupación “digna” es servir como mercenarios.

Los anglos también son hábiles orfebres, pero esta industria se reduce al empleo personal, puesto que el comercio está prácticamente colapsado por los numerosos conflictos. En ese sentido, Anglia no se muestra un territorio próspero salvo cuando llegan los resultados de un saqueo.

 

En la guerra

Los anglos están hechos para la guerra. Sus tácticas no son elaboradas, pero sus hombres son fiables. Por lo general, marchan en formación compacta, levantando un muro de escudos, que son de madera, circulares, reforzados con un corazón de bronce, y empuñando lanzas, espadas y hachas. Quienes pueden permitírselo, portan cotas de malla y cascos de bronce, eventualmente con protección para la nariz.

Guerreros destacados, los huscarles, llevan pesadas armaduras, cascos con anteojos o máscaras faciales y portan impresionantes hachas de dos manos. Su mera visión infunde terror y son expertos en desbaratar líneas enemigas y terminar con los campeones rivales.

Los nobles suelen acudir al combate a caballo, animal que se usa también para incursiones rápidas y exploraciones, pero dado que no son grandes jinetes, no es raro que desmonten para combatir junto a sus hombres.

Los nimravus se usan también en la guerra, dotándolos en ocasiones de una coraza de cuero que los proteja de los golpes y las puñaladas. Estos feroces animales han resultado de utilidad para neutralizar a los carros britones.

Los anglos no dan mucha importancia a las armas de tiro, por lo que sus tácticas giran en torno a aproximarse al enemigo y trabar combate cuerpo a cuerpo.

 

En el mar

Los anglos fabrican largos botes capaces de albergar hasta treinta remeros. Estas naves estilizadas son rápidas y bastante estables, pero al carecer de velas o mástiles, o incluso cabinas, no resultan adecuadas para los viajes largos. Ya la migración desde el continente ha resultado una epopeya, a día de hoy se utilizan para remontar los ríos o la navegación de cabotaje, bien para saquear, bien para comerciar dentro de la propia Anglia o con alguna colonia escandinava, pues no son bienvenidos en otros territorios por su reputación de ladrones .

 

Posibilidades de aventura

De nuevo es la guerra el principal aliciente para organizar una campaña en Anglia. Esta puede ir en torno a la subida al trono de un nuevo líder, del intento por derrocar a Horsa o de las numerosas escaramuzas que tienen lugar en las tres fronteras, con los britanos, los cumbrios y los icenos, dentro del propio reino con los sublevados o con los incursores escandinavos que de vez en cuando visitan las costas.

Hay que tener en cuenta que siguen llegando emigrantes anglos a las islas y que estos traen su propia visión de cómo debería ser la vida en Anglia. A veces, también oscuros secretos o viejas rencillas. Secuestros, rescates, conspiraciones, batallas y una largo etcétera puede constituir el día a día en estas tierras desoladas, donde la guerra apenas se toma un respiro durante el invierno. Al menos, en campo abierto.

Al mismo tiempo, el caos generalizado en la zona puede inducir a miembros de los pueblos vecinos a ocultarse en sus aldeas. Quién sabe si uno de los detractores de Boudica no buscarán refugio entre los anglos, o quizás incluso aliados para derrocarla.

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