Jeremiah

Imagen de Anne Bonny

Reseña de la obra de Hermann que está recopilando íntegramente Planeta DeAgostini

 

Aunque tiene muchos elementos de este género, Jeremiah no es un western propiamente dicho: como nos pone en situación con mucho acierto la primera página de la colección, sin un solo diálogo ni una sola explicación, estamos ante una distopía, en concreto ante un futuro cercano (o más bien un futuro alternativo, porque el cómic remonta a 1978) en el que la civilización tal y como la conocemos ha desaparecido y, en su lugar, ha quedado un mundo que recuerda en su idiosincrasia a los pueblos del Lejano Oeste.

En efecto, Jeramiah busca plasmar todo ese sabor de aventuras en las tierras fronterizas, donde la ley es impuesta por los más fuertes y no siempre en favor de la comunidad. Renegados, bandidos, tribus en pie de guerra, implacables desiertos, testarudos granjeros... los tópicos del western se van concatenando con acierto al tiempo que se buscan nuevas fórmulas gracias a la ucronía.

Esta, al menos en los tres números que recoge este primer volumen (Aves de presa, Un puñado de arena y Los herederos: casi 150 páginas de aventuras) muestra su peso primordialmente en algunos elementos estéticos, como las ciudades construidas a base de caravanas, los carros blindados o el armamento, que alterna los indispensables revólveres con ametralladoras y pistolas Luger, y en el trasfondo político – social. Si bien en las históricas clásicas del Lejano Oeste ya encontramos temas recurrentes que aquí tienen su contrapartida, como los conflictos de la autoridad que remiten al contrato social más básico o el hacinamiento de los desheredados, este futuro hipotético permite darles una forma nueva y peculiar.

Las historias son eminentemente de aventuras y reposan en el dúo protagonista, el propio Jeremiah, que encarna en gran medida la ingenuidad y el héroe puro, y su inesperado compañero de peripecias, Kurdy, un pillo al que se le adivina un pasado que lo ha esmaliciado y que sirve de contrapunto al primero. Son dos personajes muy bien dibujados que se combinan a la perfección para hacer avanzar los guiones sin caer en simplezas.

De hecho, este aspecto (junto al gráfico, claro) es el que pone de manifiesto la maestría y la experiencia de Hermann como autor de cómics. Sin necesidad de romper con los cánones de los géneros que homenajea (el western y la ciencia ficción de aventuras, pues Jeremiah es casi una space opera sin espacio, anclada en el exotismo de lo plausible), el autor consigue armar unas historias con enjundia, sabor y un ritmo envidiable.

Sobre la edición de Planeta DeAgostini, aunque he leído algunas críticas sobre las dimensiones de las páginas y la calidad de la reproducción de los dibujos en relación a pasadas ediciones, he de decir que como lector que se ha acercado por primera vez a la colección he quedado más que satisfecho: el tamaño resulta agradable y se aprecian bien las viñetas, la calidad del papel es alta, el formato en tapa dura y recopilando varios números es un lujo y los extras están cuidados y resultan interesantes.

En definitiva, no puedo juzgar si es mejor o peor que otras, pero esta reedición integral es sin duda una buena opción para acercarse a un título que, francamente, merece mucho la pena descubrir.

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