Lucifer: Libro 1

Imagen de Kaplan

Reseña del primer volumen recopilatorio publicado por ECC

 

ECC comienza la recopilación integral de Lucifer, una de las más importantes series de Vertigo, tras las recientes ediciones de lujo de otros títulos del sello, como Sandman, Predicador y 100 Balas. Surgida a partir de la primera, pero sin gozar del fervor místico que provoca Neil Gaiman ni tampoco del tirón mediático de las otras dos, Lucifer es la más característica obra de su guionista, Mike Carey.

Aunque nunca se le ha considerado un primer espada del nivel de Morrison, Ellis o Millar, lo cierto es que Carey siempre ha desempeñado un trabajo sólido y estable en los títulos que le han encargado o que él mismo ha creado. Y aun así, por alguna maldición feérica, la popularidad le ha sido siempre esquiva. Si sagas de X-Men como Supernovas o, en general, una serie como The Unwritten hubiesen sido escritas por alguno de los sospechosos habituales arriba nombrados, ni que decir tiene que la repercusión mediática habría sido muy diferente.

Con Lucifer pasa un poco igual. Sin hacer nunca demasiado ruido llegó hasta los 75 números con una serie que sí, surgía de la serie de Morfeo, pero que pronto acabó teniendo una personalidad propia y bien diferente a la de esta.

Este primer tomo recopila la primera miniserie, que Carey realizó con el inquietante y poco habitual Scott Hampton y que, junto con los primeros números de la serie regular (que dibujó Chris Weston con su habitual solvencia) sirvió de espaldarazo para el personaje. En este primer acercamiento es evidente que Carey está aún cogiendo el tono del protagonista, al que sitúa en un punto medio entre el ambiente característico de Gaiman y el cinismo urbano del mejor John Constantine (recordemos la subtrama de los neonazis y el gay indio en los episodios de Weston, propia del Delano más militante).

No obstante, la llegada al título de Peter Gross como dibujante regular coincidió con que Carey dio finalmente con el tono de la serie: La casa de la sala sin ventanales es la saga en la que Lucifer acude en busca de sus alas a casa de Izanami, señora del Inframundo. Carey da por fin rienda suelta a su imaginación y empieza a jugar con conceptos nuevos, alejándose de lo místico y abrazando un concepto de historia más aventurero y sarcástico. El encuentro de Lucifer con la geisha demoniaca con cuerpo de escorpión es quizás el mejor ejemplo de lo que estamos hablando.

Este primer tomo de Lucifer supone una lectura tramposa: el fan de Gaiman estará encantado al principio, mientras que el que no ha tocado Sandman en su vida no sabrá por dónde le viene el viento. El final del volumen, así como el resto de la colección deparará para ambos una lectura novedosa, que descubre a un guionista meticuloso, denso y que sabe muy bien lo que hace. Esperemos que esta recopilación sirva para darle el reconocimiento que merecen tanto la serie como su guionista.

 OcioZero · Condiciones de uso