Casa de muñecas

Imagen de Patapalo

Reseña de la obra de Patricia Esteban Erlés publicada por Páginas de Espuma

 

La microliteratura es muy exigente y delicada. Si no se maneja con cuidado, sobre todo en recopilaciones, puede dejar la impresión en el lector de que no se trata más que de una sucesión de ideas más o menos ingeniosas plasmadas con mayor o menor fortuna. Escapar de esta maldición y conseguir construir un todo que sea más que los destellos de ingenio es todo un desafío que Patricia Esteban Erlés ha coronado con particular fortuna.

Su Casa de muñecas es una colección de relatos muy breves (desde nanorrelatos de apenas una frase o dos a microrrelatos de medio centenar de palabras) que tienen entidad por sí mismos pero que, además, dispuestos en las distintas habitaciones de este libro forman un imaginario completo y muy sugerente.

La autora juega con el reflejo sesgado de la realidad que es una casa de muñecas. Sabe extraer toda la significación de este juguete y explorar las distintas dimensiones que, como buen espejo, encierra. No es una cuestión meramente estética, aunque esta tenga mucho peso por su capacidad de sugestión, ya que Esteban Erlés va tirando de hilos sutiles hasta extraer el meollo de lo que se esconde (u orbita) alrededor de la casa: hay espacio para la crítica social, para el estudio de las relaciones familiares, para captar los ecos de la infancia, etc.

El resultado es una narración, o sucesión de narraciones conectadas de modos sutiles e indirectos en muchos casos, que genera un continuo desasosiego, que resulta inquietante y misteriosa, como un desván repleto de misterios. En ocasiones puede ser dura como un mazazo, pero en general prefiere caminos mucho más sutiles que terminan por ser más espeluznantes en ocasiones. En otras, acaban en algo dulcificados por notas de humor, aunque siempre queda un poso que invita a la reflexión y que anuncia un escalofrío.

La edición de Páginas de Espuma incluye ilustraciones de Sara Morante que, con su particular estilo, captan muy bien la melodía de esta Casa de muñecas. Complementan la lectura y ayudan a marcar un tempo que mejora la experiencia lectora al invitarnos a realizar ciertas pausas, un aspecto siempre delicado en la microliteratura, que puede atragantarse si se precipita la lectura.

El conjunto es una obra fascinante, llena de matices, que muestra el gran talento narrativo de la autora y el cuidado que pone esta en la prosa. Un libro que brilla con luz propia. Sobresaliente.

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