Los tres mosqueteros

Imagen de Anne Bonny

Reseña de la adaptación de Thomas y Petrus publicada por Panini Cómics

Ha habido tantas adaptaciones a formato cómic de Los tres mosqueteros, la famosa novela de Alejandro Dumas, que la primera pregunta que surge a la hora de reseñar una es ¿qué aporta esta versión? En el caso de este tomo de los Clásicos Ilustrados Marvel que está publicando Panini en España la respuesta es sencilla: Roy Thomas.

El guionista, que para mí siempre estará ligado a historias de espada... y brujería, cambia esta última por la capa y nos brinda una trepidante adaptación de este clásico de aventuras. En él tenemos, por supuesto, muchos combates, intrigas, personajes carismáticos, alguna batalla y muchos enredos, como corresponde a Los tres mosqueteros, pero quizás lo más destacable —porque todo lo citado lo dábamos ya por hecho— es el tono humorístico que prima en todo el desarrollo y que hace más impactante el final.

Si bien es cierto que la historia de fondo deja bien claro que Los tres mosqueteros no es una mera comedia ligera, hay que reconocer que hay mucho humor en sus páginas. La llegada del rural gascón a la cosmopolita París, los líos en los que se mete por todos los pájaros sobre el honor y la dignidad que lleva en la cabeza y la inocencia temeraria que lo anima en cada momento... Son elementos que salpimenta los ingredientes que ha de tener toda obra de capa y espada que se precie, como esta.

Roy Thomas, en ese sentido, prescinde de muchos pasajes de la novela original para potenciar la trama y esa humanidad de los personajes. Más que preocuparse por ser exhaustivo, busca captar las emociones que suscita el original. Así, lejos de la imagen que han dejado otras adaptaciones, D'Artagnan no es un espadachín imbatible capaz de las proezas más increíbles, sino un joven atolondrado y algo bufo que se mete en unos líos formidables y, de algún modo, consigue salir de ellos de un modo brillante.

Hugo Petrus, que ya habíamos visto en El hombre de la máscara de hierro, repite equipo creativo con Tom Palmer (entintado) y June Chung (color) y se encarga de conseguir ese ambiente histórico que siempre aporta un extra en las adaptaciones de estas obras, algo en lo que pueden llegar a aventajar a las novelas originales, al menos entre los lectores que todavía no conocen la época y los escenarios.

El resultado es una adaptación muy entretenida y simpática, un primer acercamiento muy bien pensado para una de las mayores obras de la literatura de aventuras. La edición de Panini, además, conjuga muy bien la elegancia de la tapa dura con la funcionalidad de las lecturas juveniles e incluye, como es costumbre, las ilustraciones de cubierta realizadas por Gérald Parel para la serie original.

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