Los Cuatro Fantásticos: El largo camino a casa

Imagen de Kaplan

Último recopilatorio de la etapa de Stan Lee y Jack Kirby

En A través del universo, el anterior tomo Omnigold dedicado a Los Cuatro Fantásticos, veíamos cómo Stan Lee y Jack Kirby encadenaban creaciones inolvidables número tras número, asentando los cimientos que aún hoy sostienen este título y buena parte de los títulos de Marvel. Esta tendencia aún se mantuvo algunos números más, incluidos en El largo camino a casa que aquí comentamos.

La primera aventura contenida en este tomo retoma a los Inhumanos, tan queridos por Kirby, para continuar con dos sagas estupendas. En la primera, Lee y Kirby ofrecen una aventura de cuatro números muy influenciada por la mítica serie El Prisionero, en la que los Cuatro Fantásticos visitarán una bucólica Latveria controlada por un Doctor Muerte orwelliano. En la segunda, la familia Richards acabará en mitad de un planeta en el que los skrulls gustan de ir camuflados como si se trataran de Al Capone, Lucky Luciano y compañía. Semejante idea respondía sobre todo a la querencia de Kirby por dibujar mafiosos (para más información, acaba de publicarse en nuestro país un tomo recopilatorio de los cómics noir de Kirby y Simon), pero lejos de resultar un mero capricho, esta saga acaba siendo una de las más recordadas de toda la colección.

Después de estas dos historias conviene echar un vistazo a lo que nos cuenta Marvel, la historia jamás contada. El director editorial de Marvel por aquel entonces, Martin Goodman (primo político de Lee) decidió, con dudoso tino, que las aventuras que duraban varios números no resultaban beneficiosas para el negocio, por lo que ordenó que todas las colecciones dejaran las historias largas a un lado y optaran por contar una aventura en cada número. En esta etapa, que en Los Cuatro Fantásticos se prolongó medio año, pasaron por el título personajes como Agatha Harkness, Monóculo, el Pensador Loco o, de nuevo, los Inhumanos. Son episodios en general intrascendentes pero que, en el peor de los casos, tendrán como mínimo el enorme aliciente del dibujo de Kirby.

Sin embargo, el dibujante no estaba contento con su situación en Marvel, a menudo ninguneado por la creciente figura de Lee. Por ello, en cuanto DC le hizo un mínimo gesto de complicidad, abandonó Marvel y se marchó a crear el Cuarto Mundo, dejando una aventura de Los Cuatro Fantásticos a medio terminar, en la que se veían las caras con Namor y Magneto. Lee recurrió entonces a un John Romita pre-Spiderman que solventaría el problema con nota. Estaba comenzando el primer cambio generacional de la editorial.

El largo camino a casa completa la etapa fundacional de Los Cuatro Fantásticos y, en general, del cómic de superhéroes moderno, frenada de golpe en una etapa estupenda por diversos cambios ajenos a la propia serie. Aún así, el trabajo de Lee y Kirby son cien números aún hoy sorprendentes, frescos y llenos de una falta de complejos envidiable que no deberíais perderos bajo ningún concepto.

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