¿Qué es una raya más para un tigre?

Imagen de Anne Bonny

Reseña de este recopilatorio de tiras cómicas de Calvin & Hobbes del autor Bill Watterson

Calvin y Hobbes son un par de personajes bien conocidos incluso más allá del ámbito del cómic. Nacidos –o creados- para su aparición en una tira cómica, pronto se ganaron el interés del público y, como el propio Bill Watterson ha declarado en alguna ocasión, sobrepasaron incluso sus propias expectativas. Camisetas, tazas y otro merchandising son algunos elementos en los que se puede encontrar a esta simpática pareja, la cual ha disfrutado de numerosas publicaciones en numerosos formatos recopilatorios. Entonces, ¿por qué tomar el volumen “¿Qué es un raya más para un tigre?” para hablar de ellos? Bueno, por un motivo prosaico –es el último que me acabo de leer- y otro más peregrino: creo que el título de este recopilatorio tiene un sabor muy Calvin & Hobbes.

 

¿Qué es una raya más para un tigre? Esto define muy bien qué es leer a Calvin & Hobbes: es sumergirse en esa confusión infantil en la que la ficción de los juegos es sólo una faceta más de la vida que se entremezcla con otras más mundanas, como el colegio, los padres o los baños después de revolcarse por el jardín.

 

Desde el propio personaje de Hobbes, que incluso alguna vez aparece en su forma -¿real?- de peluche, hasta el mismo Calvin –que, después de todo, es el que piensa añadirse una raya más siendo, como es normal, tigre en algunos momentos-, los personajes de este cómic se prestan a ese juego ambiguo de la imaginación de la más tierna infancia.

 

En ese mundo nuevo y siempre fresco –y que a los niños no les hace gracia en un cómic porque siguen viviéndolo, no viéndolo como algo nostálgico y gracioso- los tigres cazan sándwiches de atún, los dinosaurios devoran cereales y los malvados marcianos disfrazados de madres usan el tormento de la bañera para extraer información a los aguerridos capitanes estelares. Es, ni más ni menos, lo que nos quería mostrar Watterson. Y funciona a las mil maravillas.

 

Todavía más infantil en sus peripecias que otros personajes de corte cercano –como el pequeño Spirou-, Calvin nos permite retomar las trastadas de la infancia a través de una curiosa dualidad: tal y como Hobbes es tigre y peluche, los lectores somos niños y adultos, y vemos los dos lados del espejo, por lo que es imposible no tomarse a risa todo. Y precisamente esta cercanía lejana, es la que permite el juego metafórico, en muchas ocasiones, que hace tan contundente y a la vez tan ligera a esta tira cómica.

 

En cuanto a la edición de “¿Qué es una raya más para un tigre?”, recopilatorio que ha corrido a cargo de Ediciones B (con traducción de Francisco Pérez Navarro, labor que, en estos géneros, nunca se agradece lo suficiente cuando está bien hecha), cabe destacar que han conservado el formato original de las tiras cómicas. Éstas, como se publicaban en distintos periódicos que disponían de espacios diferentes, están divididas en dos filas, una de presentación –más ligera y prescindible- y una segunda tira cómica con todas las de la ley.

 

El segundo punto positivo –y definitivo, a mi parecer- para elogiar esta colección, es su precio. Es cierto que no es una edición de coleccionista ni tiene unas tapas duras que, en mi modesta opinión, no servirían para nada, pero por este precio tener un producto bien imprimido, bien presentado y tan respetuoso con la obra, es una buena cosa.

 

En definitiva: Calvin & Hobbes es un buen cómic ligero para reírse con un cierto regusto nostálgico, acordándonos de cómo éramos y viendo cómo somos. En él, Bill Watterson demuestra tanto su pericia como dibujante –con unos encuadres fabulosos, unos personajes carismáticos y unos trazos tan dinámicos que parecen moverse- cómo como autor.

 

Sobre el autor

 

Bill Watterson nació el 5 de julio de 1958 en la ciudad de Washington, D.C.. En 1980, Watterson se graduó de Kenyon College, en Gambier, de la carrera de ciencia política. Inmediatamente fue contratado a prueba por seis meses, por el "Cincinnati Post" como dibujante de caricaturas políticas.

 

En 1986, Watterson recibió el premio Reuben como el caricaturista más destacado del año, de parte de la Sociedad Nacional de Caricaturistas de EE.UU. siendo la persona más joven en recibirlo. En 1988, nuevamente recibió este premio, y obtuvo una nominación más, cuatro años después.

 

Watterson también es conocido por su lucha contra la estructura arbitraria que los editores impusieron a las tiras cómicas de los diarios. Incluso, combatió constantemente contra las diversas cosas que él sentía que abarataban su cómic. Él sentía que pegar imágenes comerciales de "Calvin y Hobbes" en tazas, estampas y camisetas devaluaban a los personajes y sus personalidades. Esto también explica su constante negativa a permitir que la tira cómica se convirtiera en una serie animada.

 

La última tira de "Calvin y Hobbes" fue publicada el 31 de dicimebre de 1995. Desde su retiro, Bill Watterson se ha dedicado a la pintura, dibujando a menudo paisajes de los bosques con su padre. También ha publicado numerosas antologías de "Calvin y Hobbes".

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