Violeta en el jardín de fuego

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Reseña de la novela de Alicia Sánchez Martínez publicada por Applehead Team

Violeta en el jardín de fuego es una novela que te sacude sin concesiones: sexo, violencia, maldad, crueldad... Alicia Sánchez Martínez aborda el horror a quemarropa sin tapujos, con una prosa ligera, eficaz y flexible que da forma a los escenarios y a los personajes a un ritmo sostenido, sin pausa, de tal forma que en pocas páginas estamos ya sumidos en el maremagno de la trama y, lo que es más importante, metidos de lleno en la atmósfera.

Violeta en el jardín de fuego - Alicia Sánchez MartínezY es que Violeta en el jardín de fuego es sobre todo atmósfera: una atmósfera malsana y opresiva, de seres humanos encerrados en sus propios laberintos personales, entregados a juegos de dominación y sumisión, de sueños y pesadillas, que resultan perturbadores. El sadomasoquismo con el que abrimos boca en el primer capítulo es tan solo un portal para traspasar límites que van mucho más allá de las preferencias sexuales.

Esto no quiere decir que el sexo sea una mera excusa, un recurso visual o algo accesorio en la historia. Bien al contrario, si esta resulta tan impactante es por el modo en el que esta dimensión humana se entrelaza con otras, a veces de un modo descarnado y banal, aterrador, en otras como un elemento atávico de la propia existencia, adoptando connotaciones casi mitológicas pero no por ello menos terribles.

Aunque el desarrollo de la novela es eminentemente realista, tiene sus elementos fantásticos. Entramos en ellos como si la propia plasticidad de lo real hubiera ido demasiado lejos en algunos momentos, hasta desgarrarse, de tal forma que nuestro mundo se deforma, literalmente, en algunos pasajes. El uso de personajes como el periodista de parapsicología encarnan bien esta sensación: lo que tenemos ante los ojos encaja con dificultad en el orden de las cosas, pero acaba entrando en el mismo aunque solo sea por la presión descomunal que sufren los personajes.

El aspecto que puede resultar más frustrante de la novela es el desarrollo de la trama. No hay fisuras en la misma, ni pasajes accesorios, ni personajes que no deban de estar ahí, pero es tal la brevedad de la novela en relación a la riqueza y la originalidad del reparto que deja cierta sensación de premura. Personalmente, creo que Violeta en el jardín de fuego hubiera respirado mejor con algunos capítulos adicionales para conocer mejor la sociedad secreta que nos presenta, el trasfondo inusual de los protagonistas o ahondar más en la relación entre los mismos.

Al mismo tiempo, tampoco es algo que comprometa el resultado global. La baza fuerte de la obra es el mundo que Alicia Sánchez Martínez recrea con una inesperada viveza y ningún paño caliente. Si te atreves con él, te espera un mundo de rarezas donde una cierta belleza late bajo máscaras espeluznantes que bailan al límite de la propia humanidad.

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Nocte - Asociación Española de Escritores de Terror

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