Milenio de pasión

Imagen de Patapalo

Reseña de la novela de Santiago Morata, la cual lleva como subtítulo “El destierro del Grial”

 

 

Después de valorarlo mucho, al final me he decidido a escribir esta crítica por un sencillo motivo: no hacerlo sería agraviar, indirectamente, el trabajo de editores y autores que sí se toman en serio su profesión. Internet nos ha brindado la oportunidad de ir más allá de publicidades y apariencias, y los lectores comprometidos deberíamos hacer uso de esta herramienta porque, esto es lo importante, en el mercado de la edición no todo vale. O no debería valer.

 

Así, y siempre desde mi subjetividad lectora, desaconsejo fervientemente la lectura de “Milenio de pasión: El destierro del Grial”. Lo hago por una serie de motivos que expondré a continuación y que, claramente, al menos según mi criterio, relegan al libro muy por detrás de otras novelas históricas –o de otros géneros- escritas por autores aragoneses –o de cualquier otro lado-.

 

Es inaceptable que un escritor cometa reiteradamente faltas de ortografía (a nadie se le ocurriría considerar fotógrafo profesional a uno que no supiera usar una cámara). El que el editor que le publica no sea capaz de solventar este problema agrava la situación. El que en una segunda edición nos encontremos una retahíla de erratas (tres por página, grosso modo) como ésta, raya lo absurdo.

 

Es preocupante que una edición de tapa dura, con sobrecubierta y un diseño cuidado tenga en su interior graves fallos de maquetación –los diálogos son de lo más confuso porque no se incluyen los guiones de cierre de las acotaciones- y descuidos de principiante, como la numeración de las páginas en blanco. Supongo que se debe a que las novelas se venden, en gran medida, por las portadas llamativas. ¿Para qué molestarse en cuidar el contenido si a éste sólo tendrán acceso una vez hayan comprado la novela? Ésta es la pregunta retórica que me sugiere esta segunda edición de “Milenio de pasión”.

 

Esta falta de profesionalidad formal que presentan el editor y el autor enmarca una historia manida y anodina ambientada en el Pirineo aragonés del siglo XI. En ella, un huérfano nos cuenta sus andanzas como excusa para dar un repaso a este escenario histórico, o, más bien, a la libre interpretación del mismo que realiza Santiago Morata.

 

Desde mi punto de vista, una novela histórica debe aunar una buena documentación con un buen desarrollo narrativo. Teniendo en cuenta la poca chispa de este último en “Milenio de pasión”, hubiera deseado encontrarme el punto fuerte en la recreación histórica. El problema radica en que ésta es de difícil digestión cuando el autor nos hace partícipe de su particular concepción del medioevo.

 

Es complicado tragarse que los niños del siglo XI nacidos en un valle perdido del Pirineo tengan en su imaginario enanos y elfos según la concepción de Tolkien; más bien da la impresión de que el autor tiene un desconocimiento total del folklore pirenaico medieval o que lo considera menos sugerente que el anglosajón actual. Más complicado todavía, no obstante, es creerse que la gente cortara su “idílica” relación con los bosques por algún oscuro deseo de la Iglesia Católica. La existencia de enfermedades y animales capaces de matar seres humanos en los bosques y las ventajas -que se han postulado desde hace siglos- inmanentes a la evolución del modo de vida recolector al agrario no parecen argumentos que pesen para el autor, pronto a “crear un nuevo y ambicioso estilo de novela histórica” cuyas premisas parecen ser ignorar la inteligencia del lector y la lógica más simple.

 

En mi caso, me temo, este estilo no me convence, y perdí toda mi complicidad lectora después de leer estas peregrinas diatribas. Y una novela histórica en la que el lector no se cree lo que le cuentan, poco o ningún interés tiene, por mucho San Juan de la Peña que salga en su portada.

 

Sinopsis

 

Un joven huérfano de una aldea pirenaica huye de la misma, tras matar a su padrastro, rumbo a una serie de aventuras que pretenden mostrarnos la sociedad de la época.

 

Autor

 

Santiago Morata (1969), diplomado en Turismo, Master en Marketing Internacional, Master en Publicidad y Diseño Informático, compagina su trabajo en comercio exterior con sus aficiones, la pintura al óleo, los viajes por todo el mundo, el deporte, la fotografía, el diseño y la literatura.

 

“Milenio de Pasión” es su primera novela. La segunda lleva por título “La sombra del faraón”.

 

Conclusión

 

A pesar de lo sugerente que resulta la ambientación, con su incomparable marco inicial de la zona de San Juan de la Peña, y de su atractiva cubierta, “Milenio de pasión” es una novela muy floja.

 

La narración en sí no tiene gancho, y la verosimilitud de su trasfondo histórico se ve puesta en entredicho cada dos por tres por las consideraciones que hace el autor o que pone en boca de sus anacrónicos personajes, que poco tienen de medievales. Las numerosas faltas de ortografía y los fallos de maquetación terminan por hundir un libro que no vale ni remotamente –lamento ser tan crudo- el precio que cuesta.

 

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