OcioZero entrevista a Raúl Gonzálvez

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Hoy tenemos con nosotros al editor responsable de Grupo AJEC, una editorial que durante años nos ha traído grandes obras del género y que nos ha ido descubriendo a grandes talentos nacionales.

 

AJEC nace en el mes de julio de 1998 de la mano de tres amigos universitarios que se lanzaron a crear un pequeño y modesto fanzine llamado “El Melocotón Mecánico”. Durante unos años “El Melocotón Mecánico” siguió creciendo, y creciendo... y durante nueve números y más de tres años de existencia se hizo un hueco en el mundillo de la ciencia ficción española. Pero no todo dura eternamente.

 

El fanzine necesitaba una renovación y un lavado de cara, y de ahí surgió VALIS una pequeña revista amateur, que recogió el testigo durante otros dos años.

 

Además de los fanzines, cada año se convocaba un concurso de relatos que aún sigue en marcha: el famoso Melocotón Mecánico. Tras su segunda convocatoria, en el año 2000, se publicaron ganadores y finalistas en una pequeña antología, que en principio iba a ser independiente, pero después fue la semilla de la primera colección: Albemuth.

 

Y poco a poco, la cosa fue creciendo y diversificándose, como podréis ver en http://www.grupoajec.com/, hasta llegar al sello editorial y el interesante catálogo que disfrutamos hoy en día. Un proyecto que, con la excusa del lanzamiento de la nueva línea Excálibur, de fantasía épica, y la publicación de Un portal de palabras II, hemos intentado acercaros con esta entrevista de la mano de su editor, Raúl Gonzálvez.

 

Creo que la primera pregunta obligada es ¿por qué Grupo AJEC? ¿Qué quieren decir estas letras? ¿Son siglas?

 

En efecto, AJEC son siglas, pero no puedo desvelar su significado. Lo que sí puedo decir es que fue en parte el acrónimo de una asociación que junto a unos amigos creamos en el instituto, y que posteriormente financió en parte los dos primeros números del fanzine “El melocotón mecánico”, y que ya quedó como marca de la casa, y posteriormente registrada como editorial.

 

También, por centrar al lector, me gustaría que nos contaras cómo terminaste trabajando en el mundo editorial.

 

Fue puramente por casualidad. Yo soy licenciado en biología (especialidad zoología marina), y en 1998, junto a unos amigos (los de la asociación anteriormente mencionada), se nos ocurrió lanzar un pequeño y modesto fanzine con relatos, artículos, etcétera. Fueron solamente 75 ejemplares, pero me picó el gusanillo. El segundo y siguientes números ya los preparé yo solo, buscando colaboradores, creando nuevas secciones… Y poco a poco la cosa fue creciendo. Paralelamente se convocaba el premio de relatos “El Melocotón Mecánico” (aún se sigue celebrando) y en la segunda edición, la calidad de los relatos recibidos me convenció para hacer un pequeño volumen recopilatorio en lugar publicarlos en el fanzine como estaba previsto. Ese volumen funcionó modestamente, y pasé a pedir originales para su publicación en una nueva colección (Albemuth); después de tres años, de compaginar la carrera, el fanzine y la colección, decidí dar el salto a la profesionalidad en 2003, con la creación de Albemuth Internacional y demás colecciones que siguieron posteriormente. Tuve la suerte de encontrar un trabajo que me gustaba y poder (modestamente) vivir de él.

 

Hace unos años, lo confieso, quedé totalmente seducido por uno de vuestros libros, "Jitanjáfora", de Sergio Parra, y seguramente es uno de los motivos por los que decidí explorar vuestro catálogo. ¿Qué se siente, como editor, al descubrir una novela que te llega particularmente?

 

Es algo que satisface especialmente, desde luego. Cuando uno publica un autor extranjero, más o menos reconocido, está haciendo una labor importante, pero ya viene avalada por ediciones, opiniones y premios por mucha otra gente. Pero cuando edito un autor español, desconocido, y tiene éxito, especialmente en la crítica y en darlo a conocer, es un orgullo especial, saber que una apuesta arriesgada ha salido bien, y que haces bien tu trabajo. En el caso particular de “Jitanjáfora” (cuya segunda parte, por cierto, aparecerá en unos meses en AJEC), me siento especialmente orgulloso, ya que fue rechazada hasta por tres editoriales antes de que yo la publicase, y luego cosechó críticas estupendas dese casi cualquier medio en el que fue reseñada.

 

Y lo mismo puedo decir de casi todos los libros de autores nacionales que he publicado, como “Los Navegantes”, de José Miguel Vilar, otra novela que ha tenido un muy buen recibimiento por parte de la crítica; y afortunadamente creo que habrá más casos, por citar un solo ejemplo, en el segundo semestre del año aparecerá “El secreto de los Dioses olvidados”, de Rafael González (de nuevo un autor novel y desconocido), una ucronía estupenda que seguramente dará mucho que hablar cuando se publique.

 

Por supuesto, el mérito es al 99% de los autores, yo me limito a traspasar la calidad a los lectores; pero no deja de ser una parte importante de mi trabajo, y me alegro, y me esfuerzo, por hacerla lo mejor posible, que un lector sepa que por el mero hecho de comprar un libro de Ajec, se va a encontrar un libro con calidad contrastada.

 

Otros sentimientos menos positivos, supongo, son los que traen estos vientos de crisis. ¿Cómo vivís este año alarmista desde AJEC?

 

En principio, con tranquilidad. Ajec es una editorial pequeña, y gran parte de nuestras ventas son de lectores fieles, y del sustrato importantísimo del fandom. Dado que nuestro nivel de ventas no es demasiado elevado, confiamos en que no baje de su nivel actual, o que lo haga levemente. En el peor de los casos, disminuiríamos el nivel de edición (que actualmente es de 12-15 libros al año) a uno menos exigente.

 

A pesar de los malos vientos, Grupo AJEC ha abierto una nueva línea en su catálogo: la colección Excálibur de literatura épica, que ya cuenta con varios títulos en preparación. ¿Qué nos podrías comentar sobre esta nueva colección?

 

Desde su nacimiento, Ajec ha estado principalmente centrada en la ciencia ficción, que, como lector, ha sido siempre mi género favorito. Pero en los últimos años la recepción de manuscritos de fantasía épica ha ido incrementándose constantemente, así como su calidad. De este modo, aunque al principio la intención era incorporarlos a la colección Albemuth Internacional (como ocurrió con “Urnas de Jade”, de David Prieto, la cantidad y calidad de varios libros de este género que había recibido en un período relativamente corto de tiempo me convenció de la necesidad de dar a este género su propio espacio.

 

Así nace Excálibur, una colección independiente dónde los amantes de la fantasía épica encontrarán los mejores títulos de autores españoles e hispanoamericanos de este género. Y puedo decir esto porque soy especialmente crítico a la hora de seleccionar un título de fantasía épica para la colección (desde luego mucho más que uno de ciencia ficción).

 

En principio no tenemos previstos autores anglosajones o de otros idiomas, pero si la colección funciona, no descarto que los haya a medio plazo.

 

Otro tema de candente actualidad en el mundo editorial es el de las publicaciones digitales, en el que AJEC se ha mostrado pionero con la publicación de varios títulos en formato Creative Commons. ¿Qué nos podrías comentar al respecto?

 

Es sin duda, uno de los futuros del mundo editorial, y no podemos ser ajenos a ello. Aunque dudo que el libro de papel desaparezca nunca, sí que es cierto que la coexistencia de diversos formatos sin papel es ya un hecho, y pronto será una parte importante del mundo editorial.

 

Hicimos la prueba de poner en versión libre dos novelas (Asura, de Santiago Eximeno, y Tocando Fondo, de Cory Doctorow) que se pueden descargar desde nuestra web gratuitamente (www.grupoajec.com), y las ventas en papel, no se han resentido. Yo de hecho creo que si un libro quieres tenerlo “realmente” tarde o temprano acabarás comprándolo en papel.

 

Y ahora estoy trabajando en poner a la venta ediciones digitales de algunos de los títulos de nuestro catálogo, a un precio hasta un 60% inferior al libro de papel; aún quedan varios meses para que aparezcan los primeros títulos (queda mucho por hacer), pero no podemos obviar este fenómeno. Las editoriales pequeñas podemos movernos mucho más rápidamente y hay que aprovecharlo, o nos quedaremos descolgadas cuando el boom del libro digital llegue en breve.

 

Grupo AJEC, desde mi experiencia personal, creo que ha sido un sello que ha sabido marcar su propio camino. ¿Cuáles dirías que son las claves para lograrlo?

 

Lo del camino propio es difícil de definir. La trayectoria de Ajec está marcada por dos constantes: el apoyo a los autores nacionales (sin importar si son novelas, antologías, autores consagrados o totalmente desconocidos), pero siempre buscando la calidad. Y mis propios gustos personales como lector y editor.

 

De ahí ha surgido una línea que intento mantener, alternando autores nacionales con extranjeros; en algunos casos que sólo ha publicado Ajec (Paul di Filippo), otros que han sido editados por primera vez en Ajec y después han sido en otras editoriales (Harry Turtledove) o que habían sido incomprensiblemente “olvidados” por otras editoriales (Greg Egan).

 

Otro de los factores es que siempre se ha primado la línea editorial a la rentabilidad económica; nunca he publicado una novela en la que no creyera firmemente, aunque supiera de antemano que su rentabilidad iba a ser poca. Y tampoco he publicado una novela que no me entusiasmara, aunque quizá supiera que se iba a vender bien.

 

Y espero que Ajec siga esa línea muchos años.

 

Una de las cosas que me ha llamado siempre la atención es vuestro apoyo incondicional a los autores nacionales y al género en castellano. Entre otras cosas, fue una gran alegría que Un portal de palabras II, la antología que recoge los relatos ganadores del III Certamen de Relato Joven -que organizamos en la difunta OcioJoven- pasara la criba para entrar en vuestro catálogo. ¿Qué impulsa a apostar por antologías, y además nacionales, y además de autores desconocidos, y encima hispanoparlantes? Dicen que es un combinado terrible a nivel editorial...

 

La combinación es terrible si miramos a las grandes editoriales, me temo que también incluso a las medianas, que miran sobre todo el saldo contable a final de mes, pero que también son las que más dinero podrían arriesgar en estos libros, ya que ahí es donde residen los superventas del futuro, pero como siempre es más fácil “fabricar” un éxito que mimar a un autor desde sus inicios hasta su explosión. Por supuesto, hay excepciones, pero son demasiado pocas a mi entender.

 

Como he comentado en la anterior pregunta, una de las líneas de Ajec es la calidad, y no discriminamos entre antologías, novelas, autores noveles o consagrados. A mí particulamente como lector siempre me han gustado los relatos cortos, creo que es uno de los pilares donde reside la fuerza y valor del género fantástico, y ahora, con la falta de fanzines en papel, y la poca presencia de e-zines de valor en la red, muchos de estos relatos se quedan sin publicar, y publicando estas antologías en papel se da un valor añadido al de que por sí tienen estos relatos. Así no solo se ayuda a que los relatos tengan salida en el mercado de papel que hoy por hoy es donde reside el mayor reconocimiento a un autor, sino que es también una manera de incentivar a estos autores a que sigan creando, si saben que hay una salida más a sus escritos.

 

Sin duda, Grupo AJEC lleva tiempo ligado al género fantástico (cifi y terror incluidos) en nuestro país. ¿Cómo dirías que ha evolucionado el panorama estos años?

 

Desde que Ajec comenzó hace ya 11 años con el fanzine El Melocotón Mecánico, el panorama en líneas generales diría que ha evolucionado a mejor. Desde luego mucho mejor para la fantasía que para la cifi o el terror.

 

La fantasía se ha aprovechado de fenómenos como El Señor de los Anillos, para expandir su base de lectores, y salir algo más del guetto donde generalmente se la había colocado. En este sentido, contar con una base amplia de lectores (que no necesariamente van a leer otros géneros, ni siquiera otro tipo de literatura) y su expansión hacia los lectores juveniles ha hecho que viva un periodo de crecimiento y expansión.

 

En la ciencia ficción también hubo un cierto resurgimiento a finales de los 90 y principios de siglo (como demuestra la aparición de numerosas editoriales y colecciones dedicadas a publicar ciencia ficción), pero que no ha llegado a concretarse ni en ventas ni en una salida más amplia de la ciencia ficción hacia el público general; no obstante hay indicios de que la ciencia ficción va a salir en breve de este pequeño bache para resurgir con fuerza, y eso espero.

 

El terror es un género particular, que en las editoriales nacionales vive de fenómenos anglosajones, como Stephen King y demás; pocas editoriales son las que sacan más novedades de terror de autores extranjeros, y no digamos ya nacionales; no obstante, aún así, también ha mejorado respecto a finales de los 90.

 

En general creo que la evolución es positiva, y si a eso le sumamos que autores generalistas como Piliph Roth, Kazuo Ishiguro, Michael Chabon se atreven sin complejos con obras de ciencia ficción o de una fantasía particular, creo que estamos en el camino para normalizar, a medio plazo, estos géneros dentro de la literatura.

 

A nivel personal, también estás muy implicado. Entre otras cosas, estuviste en la organización de la pasada Hispacón de Almería. ¿Cómo fue la experiencia?

 

Fue una gran experiencia; no es un trabajo fácil organizar una convención para más de un centenar de asistentes, y aunque tuvimos varios problemas de financiación y de sedes a última hora, en general las expectativas se cumplieron, y todos los asistentes salieron con muy buen sabor de boca.

 

Los miembros de la organización acabamos exhaustos (fueron cuatro días de convención, más todos los meses previos de trabajo) pero muy contentos. Alguna década de estas puede que incluso repitamos experiencia

 

Finalmente, ¿nos podrías hablar de alguno de vuestros proyectos futuros?

 

Aparte de embarcarnos en la próxima colección Excálibur, y de seguir publicando literatura fantástica queremos abrir la edición de Ajec a otros mercados alejados del género fantástico.

 

En novela histórica ya hemos editado la “El Secreto de Nicea”, de Francisco Gijón, centrada en el Imperio Romano, que ha tenido una aceptable acogida tanto en ventas como crítica, y para el segundo semestre de 2009 tenemos previsto iniciar una colección dedicada exclusivamente a la novela histórica, tanto de autores nacionales como internacionales; uno de los primeros títulos será “Memorias de Bucéfalo, el caballo de Alejandro” de Eloy M. Cebrián.

 

También vamos a empezar a editar novela de corte más realista, así como a reeditar algunos títulos reconocidos para el público general como “Los niños del Brasil”, de Ira Levin.

 

 

Nos mantendremos al tanto pues de estas novedades. Muchas gracias, Raúl, por la entrevista y buena suerte. Y para los que queráis seguir la pista a la editorial, aquí tenéis el enlace a su web y al blog de la nueva colección: http://www.grupoajec.com/ y www.excaliburfantastica.blogspot.com

 

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Está bien la entrevista, pero jodeeeeeeer... que viendo sólo el título yo me esperaba una entrevista a Raúl González, ese que todos conocemos y que sale a menudo en los medios de este país

Xoso vive en un mundo post apocaliptico (...) y recorre en su motocicleta steampunk la desolada tierra acompañado por Pérez Reverte... [1]

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¿Quién es Raúl González? A veces creo que vivo en una dimensión paralela...

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Una editorial realmente interesante, sí señor. Yo me leí Los navegantes, y sí, es cojonuda

La imaginación contra el poder

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Si alguien quiere saber más sobre la futura novela de Rafael González que menciona Raúl Gonzálvez en el artículo, podéis pasaros por su blog:

http://diosesolvidados.wordpress.com/

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