Aquí tenéis las palancas y resortes que rigen el aparente caos de Brutal Ball
En Brutal Ball cuatro equipos, dirigido cada uno por un entrenador, se baten simultáneamente por anotar el máximo número posible de puntos a lo largo de ocho turnos consecutivos.
El juego se desarrolla por turnos alternativos. En cada ronda, cada uno de los equipos realizará su turno completo durante el cual podrá mover a todos los jugadores que tenga disponibles.
¿Sabías que...
...durante un tiempo se intentó prohibir que un entrenador dirigiese más de un equipo?
Sobre todo, por supuesto, durante el mismo partido. La experiencia empírica dice, sin embargo, que con la cantidad de viejas rencillas, sobornos, incentivos, manías, comportamientos erráticos y otros elementos insondables a los que están sujetos los entrenadores el resultado final no varía sustancialmente. Ni siquiera si varios entrenadores suplantan alternativamente a otro que, ehm, digamos se ha extraviado camino del estadio.
Además, la primera regla de oro de los fans postula que siempre es mejor que se juegue el partido, sea en las condiciones que sea. Y a los fans, sobre todo si ya han comenzado a trasegar fermentados y destilados, es mejor no contrariarlos.
Para resolver las distintas situaciones que se presentan a lo largo de un partido de Brutal Ball son necesarios tres tipos de dados:
Un dado de ocho caras (1D8): Se utiliza para ver a dónde rebota un balón. Al comienzo del partido hay que designar una esquina del estadio como el punto 1. Las siguientes direcciones vienen determinadas por el sentido de giro de las agujas del reloj.
Dados de seis caras (1D6): Se utilizan para calcular el éxito o el fracaso de las distintas acciones en curso. Son los dados estándar. Si no se indica el tipo de dado, se sobreentiende que son D6.
Dados de carga (1DX): Son dados de seis caras cuyos unos han sido sustituidos (o se consideran) seises. Estos dados se utilizan en situaciones especiales del juego.
¿Sabías que...
...el filósofo enano Sabius Erudigrim declaró en cierta ocasión, ¡en público!, que el azar no podía interferir en las tácticas de un entrenador debidamente preparado?
El comité gestor del SECO —Sindicato de Entrenadores Cabreados y Ofendidos— decidió por unanimidad secuestrar a Erudigrim embutirlo en una armadura, ponerle un casco con forma de balón y abandonarlo en el terreno de juego en mitad de un encuentro entre ogros, tumularios, medianos y goblins. Según el Heraldo del Horror, «nunca se había visto en la arena un jugador capaz de moverse tan rápido y con tan poco criterio».
En la actualidad, Erudigrim todavía no se ha retractado de sus palabras, pero ha dejado de hablar en público.
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Buenísimo jeje. Me encanta el tema del octógono y el dado de ocho caras para determinar la dirección del balón, muy simple y a la vez muy inteligente. Todos los juegos deberían tener sistemas sencillos que eviten mucho lío: recuerdo que en un wargame contemporáneo que diseñé todas las medidas de movimiento se tomaban a partir de los lados de una tarjeta rectangular... ¡del conveniente tamaño de un paquete de cigarrillos
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El rebaño del lobo