Trastolillos

Imagen de Brutal Ball

Frágiles, minúsculos, despistados... pero también indisciplinados, gamberros e inconscientes. A juicio de muchos aficionados, no deberían saltar al terreno de juego, incluso por su propio bien. A juicio de tantos otros ¡el Brutal Ball no sería lo mismo sin ellos!

También conocidos como buggers, snotlings, imps y tantas otras apelaciones despectivas, los trastolillos son unas criaturas molestas, despreciadas y, al mismo tiempo, terriblemente simpáticas... al menos, cuando dan la tabarra a otro. Son bromistas, pendencieros, temerarios y ladinos, y nadie sabe muy bien qué es lo que hacen en la Ciudadela.

Se los suele encontrar al servicio de hechiceros, como diablillos familiares, o en la corte de personajes de importancia, aunque también deambulando por las calles y montando líos allá por dónde van. Hay quien cree que son espíritus feéricos depositarios de una magia ancestral que han quedado atrapados en la Ciudadela y que muestran su descontento haciendo volar objetos y desaparecer joyas, poniendo zancadillas a los transeúntes y enredando el pelo del ganado. Otros, por el contrario, creen que toda su “magia” reside en que son demasiado pequeños y miserables como para que la gente se preocupe de lo que hacen... un craso error, a todas luces.

De vez en cuando, los trastolillos se juntan para montar follones de mayor envergadura, y en algún momento surgió de estos conciliabulos la disparatada idea de saltar a competir a los pozos de Brutal Ball. Desde entonces, se pueden encontrar trastolillos en el terreno de juego tanto compartiendo equipo con criaturas mayores —que aprovechan su escaso peso para incorporarlos a su juego de pase— como en equipos propios —que son tomados tan poco en serio como ellos mismos—.

Dadas sus limitadas aptitudes naturales, los trastolillos no son capaces de desarrollar un efectivo juego de velocidad —tienen las piernas demasiado cortas—, de pase —son incapaces de lanzar el balón más allá de unos metros— o de campo —como mucho, se apañan para poner la zancadilla a un jugador despistado: ese es su único modo de derribar a nadie—, por lo que suelen optar por el juego rastrero: es decir, se aprovechan de su extraordinaria agilidad y de que nadie les hace ni puñetero caso para evitar a los rivales y de su cercanía al suelo para recoger balones perdidos y escabullirse con ellos. Luego, si consiguen llegar de una pieza hasta una portería...

Los trastolillos son los típicos jugadores con los que nadie pierde el tiempo durante las refriegas y que luego te quitan el balón en tus propias narices con un pase de manos ¡y la lengua fuera! Por supuesto, cada vez que esto les sale bien aumentan las posibilidades de que sean pateados fuera del terreno de juego o, al menos, contra un defensa rival.

 

Trastolillos

MO

CO

CA

BL

PL

BR

AG

RE

BA

LA

AT

Coste

Línea

4

2

1

3

6

2

12

4

7

5

3

40

Punta

4

3

1

3

6

2

12

4

8

5

3

60

Corredor

4

3

1

2

6

2

13

3

8

5

3

50

Lanzador

4

2

1

2

6

2

12

3

9

6

3

50

Receptor

4

2

1

2

6

2

13

3

9

5

4

60

 

 

Tamaño: todos los jugadores trastolillos entran en la categoría de diminutos.

Juego sucio:

Hechicería de portales: La magia innata de estas criaturas les permite algunas desconcertantes proezas, como desaparecer del alcance de jugadores homicidas o aparecer justo en el preciso lugar hacia el que rebota un balón...

Incontrolables: En muchas ocasiones, los árbitros parecen incapaces de controlar el número de trastolillos que corretean por el terreno de juego, ¡y sin necesidad de sobornos! Son tan pequeños, tan iguales, tan insignificantes...

Presencia perturbadora: Estas mezquinas criaturas son capaces, con sus payasadas y bufonadas, de hacer perder la concentración al jugador más pintado. Con sus tonterías han desviado más pases y provocado más derribos de lo que conseguirán jamás con sus cuerpecillos famélicos.

Red de espionaje: Aunque nadie sabe muy bien a qué se dedican, en la Ciudadela se encuentran trastolillos por todos los rincones... y los entrenadores de sus equipos saben cómo sacar partido a su indeseada, pero siempre útil, “invisibilidad”.

Saboteadores: ¿Ranas en el barril de refresco? ¿Nadie sabe dónde están los escalpelos del matasanos? ¿De repente a los entrenadores les pica todo o los pompones de las animadoras adquieren vida propia? Cabe sospechar de los tratolillos. Aunque ellos nieguen toda responsabilidad al respecto.

¿Sabías que...

...en el séptimo encuentro de la primera ronda del Torneo Cráneo Abierto de 2471 el capitán de los Cazaenanos anotó un tanto con un pollo, hubo que hospitalizar a un ogro con la mandíbula dislocada —a causa de sus incontenibles carcajadas— así como a un lanzador elfo con una crisis de nervios y que fueron expulsados más de nueve trastolillos ¡y aún sobraban al final del encuentro!

Aquella fue la puesta de largo de los Cascabeles Hechizados de Uvurovnia... y también su último partido de la temporada a pesar de que el público rogó y clamó a la organización que los repescaran para la siguiente ronda ¡o como animadores en los intermedios!

 

Algunas miniaturas para representar trastolillos:

Snotlings de la 2ed de Games Workshop

Trastolillos de Goblin Forge

Imps de Impact! Miniatures

Buggers de Roll Jordan

Comixininos

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