Javier Martos y Jesús Gordillo – Ojos de circo

Por primera vez en Séptimo Grado, dos autores comparecen para hablar de la misma obra...

Javier Martos y Jesús Gordillo habían demostrado ya su habilidad escribiendo con un buen puñado de relatos publicados, algunos premiados, en revistas y antologías. Sin embargo, nunca se los había visto volcados en un proyecto a cuatro manos, una acrobacia que de la mano de Tyrannosaurus Books ha visto la luz bajo el nombre de Ojos de circo. ¿Queréis descubrir más sobre la misma? Atentos a sus respuestas que hemos obtenido, diligentemente, en cámaras separadas y aisladas.

Definid Ojos de circo en siete palabras.

Javi Martos: Diversión. Guerra. Melancolía. Vida. Crecimiento. Magia. Trabajo.

Jesús Gordillo: Un retrato de una obsesión mal curada.

¿Qué error cometisteis en este proyecto que no volveréis a repetir?

JM: Al trabajar a cuatro manos tendríamos que haber realizado fichas de personajes muy meticulosas para evitar tener que volver atrás a comprobar detalles específicos, como el color de ojos de un personaje secundario y cosas similares. De todos modos, entiendo que a medida que los lectores vayan leyendo la novela iremos descubriendo cosas en las que hemos metido la pata. Esperemos entonces no tropezar más en la misma piedra.

JG: No volvería a dudar de la sinergia de un proyecto conjunto.

Pese a mi confianza ciega en la obra de Javi Martos, me costó un tiempo asumir que esta novela contendría técnicas y elementos que un texto mío individual jamás tendría. Quizá aquel problema interior de concepto, de terminar de bautizarla como NUESTRA novela en lugar de MI novela, me creó una serie de inseguridades iniciales que puede que forzaran un poco la prosa inicial, en un estúpido pulso que mantenía yo conmigo mismo.

Una vez superado aquello, y viendo que cada pedazo de prosa mía que se cruzaba con la de Javi se enriquecía incuestionablemente, todo fue rodado.

Una lección aprendida, y un axioma superado.

¿Cuál es el logro de cuantos encierra del que estáis más orgullosos?

JM: Que la novela haya visto la luz editorial es para mí el logro más importante, aunque particularmente es un gran orgullo el haber podido trabajar con Jesús sin tener ni un solo roce. Pensaba que sería más difícil encajar las ideas de cada uno en una única historia, pero la narración de la novela ha fluido casi por sí sola.

JG: Sin duda alguna, haber conseguido una novela que parece escrita por un único escritor. Un jodido super-escritor hecho de pedazos de Javi y míos, -resucitado al caer un rayo sobre una Hispanno Olivetti-, pero uno sólo, al fin y al cabo.

Un prosa sin interrupciones y bien fusionada, con una trama clara y sin titubeos.

¿A qué público le va a encantar?

JM: Espero que el libro guste a la mayor parte de los lectores, aunque contentar a todos va a resultar imposible.

JG: A toda persona a la que la vida real, incluso la novelada, le sepa a poco cuando le suena el despertador cada mañana.

¿Y quién no se acercará a él ni con un palo?

JM: Supongo que los fans de 50 sombras de Gray y Crepúsculo no nos darán mucha cabida. Aunque yo sí que he leído la tetralogía de los vampiros, pero de momento no tengo efectos secundarios (visibles).

JG: Los escritores puristas que hacen autopsias de novelas en talleres literarios subvencionados.

¿Alguien se os echará al cuello?

JM: Espero que no, aunque si un lector ha pagado por un libro, está en todo su derecho de despotricarlo tanto como desee.

JG: Salvo que exista un sindicato de extraños fenómenos circenses, fakires y mediums, creo que nuestros cuellos están a salvo de momento.

¿Pensáis volver a organizar algo así o con esto ya cerráis etapa?

JM: Después de la antología Espantapájaros y la novela Ojos de circo, me gustaría volver a repetir experiencia con Jesús. En cuanto a proyectos individuales, bueno, ideas hay muchas, pero todas dependen de editores y lectores. Nosotros seguiremos trabajando duro.

JG: No soy hombre de etapas. Más bien de episodios. Ahora estoy terminando mi segunda novela en solitario, y promocionando mi banda de Rithm & Blues, pero, como buen escritor con tendencias decadentes, no descarto nada para el próximo capítulo.