Balance editorial de Saco de huesos 2017

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Después de terminar con los imperativos de los cambios administrativos de Saco de huesos y poner a punto la infraestructura de la editorial, la primera cita ineludible, y urgente, visto cómo las fechas se nos echan encima, era hacer el balance de ventas del año para liquidar los correspondientes derechos de autor (que iré mandando a partir de hoy). Como cabía esperar, ha sido un mal año.

En realidad, por no andarnos con paños calientes, ha sido con diferencia el peor año desde que la editorial ha alcanzado una cierta estabilidad. Como el año pasado, aunque en sentido inverso, quizás más en apariencia que en realidad, pero sin duda hay una serie de elementos que merece la pena tener en cuenta. Por arrancar con algunas cifras, el total de ventas ha sido de 468 ejemplares, apenas un 37% de las ventas del año pasado (que fueron de 1275 ejemplares). No hay motivos para tirar cohetes.

Por empezar por lo más evidente, mi errática disponibilidad en el 2017 ha sido, sin duda, determinante: después de las exigencias por volumen que supuso el crowdfunding de Walpurgis, me he encontrado sumido en dos temas extraeditoriales que, aparte de los habituales (cinco hijos reclaman su tiempo y todavía me estoy acostumbrando a la vida rural), han complicado las cosas. El primero, mi formación como profesor de kendo, con sus correspondientes exámenes, al tiempo que realizaba la apertura del dojo, algo que ha implicado tiempo, dedicación y que ha traído mucho cansancio meramente físico con sus efectos colaterales. El segundo, que me surgiera la oportunidad de trabajar de profesor de español en un instituto justo cuando, por razones familiares, más lo necesitábamos. Al tiempo que implica adentrarse en un nuevo trabajo y una nueva estructura se añadió una complicación adicional: solventar las cuestiones administrativas que implicaba trabajar en Francia, desde que no se puede ser autónomo en España si eres asalariado en otro país de la Unión Europea a algo tan tonto y a veces tan complicado como abrir una cuenta bancaria.

Visto así en resumen puede parecer poca cosa, pero entre tensiones varias y aumento de ritmo, me planté con diez kilos menos este verano y la necesidad de desconectar al menos un par de semanas. A la vuelta, problemas con la línea telefónica (una de las particularidades de la Ardecha que están solventando a golpe de excavadora en estos momentos) me tuvo un mes desconectado, con lo que a la vuelta estaba más que desbordado. Todavía ando poniéndome al día, aunque eso es algo que abordaré en otras entradas por no extenderme demasiado. El objetivo de estas dos parrafadas es señalar una evidencia: cuando los proyectos editoriales (algo típico en el fandom) reposan demasiado en una o pocas personas, están sujetos, evidentemente, a sus circunstancias personales. Una editorial típicamente fandomita rara vez ha podido considerarse un ganapán en condiciones y, por lo tanto, está marcada por estos problemas.

Dicho esto, también hay que matizar la (en apariencia) caída brutal de ventas. Por un lado, el año pasado venía inflada por el crowdfunding de Walpurgis y la inclusión de las ventas de Lektu del 2015 junto a las del 2016. Este año, por el contrario, además de no haber habido crowdfunding, están desinfladas por el lado Lektu, pues aún no he podido solicitar la liquidación de lo vendido durante el 2017. Esto afecta sobre todo a las ventas digitales, que han caído a 64 unidades, un 22,5% de las del año pasado (que fueron 294 unidades). Señalar, para información que, de estas, 6 se realizaron a través de la web de la editorial (www.sacodehuesos.com) y 58 a través de Amazon. Está claro que tenemos que poner al día nuestro catálogo en la casa. Es una de las prioridades de este año.

Así mismo, tampoco he podido facturar una buena parte de los libros de A sangre que se vendieron en presentaciones porque todavía no me los han liquidado (como microempresario francés tengo que liquidar cuando los ingresos son efectivos), por lo que faltan, estimo, en torno a 200 ejemplares por contabilizar que se vendieron en 2017 pero que no se han cobrado aún o se cobraron en el 2018. Espero que el año que viene, al funcionar con Librinde como distribuidor, tenga algo más de estabilidad en estos aspectos al no depender de mi gestión directa.

Finalmente, es obligado decir que este año pasado las dos citas de venta directa que mejor nos habían funcionado fueron francamente mal en ese aspecto (no en otros, ojo, que fueron muy enriquecedoras en lo personal). En la Feria del Libro de Zaragoza apenas salvamos los platos y pudimos pagar la caseta ya que, además de contar con menos días, nos cayó una tromba de agua que espantó a todo el público salvo un puñado de valientes lectores poco dados a amedrentarse con las tempestades. El Penumbra: II Cónclave de Terror en Zaragoza, que en su primera edición nos dio un buen empujón en cuanto a ventas, este año funcionó (para nosotros) fatal en ese sentido. Baste decir que yo solo me compré más libros de otras editoriales de los que se vendieron de Saco de huesos.

Ahora, antes de pasar a las colecciones, especifico una vez más que aquí hablamos solo de ventas efectivas: no contabilizamos ni ejemplares regalados en concursos, ni ejemplares de autor, ni promociones varias, ni libros que van a prensa, ni depósitos legales, por lo que la cantidad de fosquerías que hemos lanzado al mundo es mucho mayor. Por otro lado, solo se contabilizan los ejemplares de Saco de huesos y Gorgona Pulp Ediciones, no los de A.C. Tusitala ni de otros proyectos con los que colaboramos de alguna manera.

Este año es Calabazas en el Trastero quien lidera el ranking de ventas con 172 ejemplares (44 de los cuales en formato digital), el 49% que el año pasado (que fueron 354 unidades, 164 de las cuales en formato digital). Como vemos, la diferencia en papel no tan abismal y la digital se explica por Lektu, por lo que me permito reincidir en el apartado de la disponibilidad: gracias a los colaboradores que han mantenido viva la página de Calabazas en el Trastero en Facebook a pesar de mis desapariciones y en general viva la llama del proyecto, tomando las riendas de los jurados, los acuses de recibos y la actividad en su conjunto, es la línea que mejor ha soportado este año accidentado. Y eso que, por desgracia, no he podido recuperar el ritmo de publicación que deseaba, algo que estas semanas, por fin, empieza a parecer factible con la reedición de Calabazas en el Trastero: Entierros. Desde aquí, una vez más, mi más enorme agradecimiento.

En segundo lugar se mantiene la línea A sangre con 125 unidades (11 de las cuales en formato digital) frente a las 360 del año pasado, es decir, tan solo un 35%. Como decía más arriba, el problema no es tanto que no haya habido novedades (que las ha habido, y de gran calidad: Ghoul de Juan Díaz Olmedo, Sala de terapia de Blanca Libia Herrera Chaves, la reedición de Alma y el poeta de José María Tamparillas y Marifé Castejón, 13 Dioptrías de Jorge Biarge, Sergio Perales y Ernesto Sierra, Las 7 vidas de un gato de Gema del Prado Marugán y Miguel Martín Cruz, Los que ven de Daniel Andueza Gay y El hombre tras el monstruo de Francisco José Segovia Ramos) como que en buena parte las liquidaciones de sus puestas de largo no llegaron en el 2017. Por otro lado, y esto sí que es más grave, mi falta de disponibilidad tampoco ha ayudado en nada a promocionarlas como es debido, algo que espero ir solventando ahora que voy recuperando una cierta normalidad.

En tercer lugar, la línea Laberinto se consolida a pesar de tener menos novedades (solo una este año: La daga del asesino, de José Luis López Morales ilustrada por Huargo) y menos catálogo como una referencia dentro de la editorial con 98 ejemplares vendidos (todos en papel). Esto no solo se debe a que el público responda mejor, sino también a la labor realizada por el coordinador de la misma, Fernando Lafuente Clavero. Sin duda, su empuje ha subsanado en buena medida mi falta de disponibilidad.

En cuanto a Taradaña, se sigue manteniendo gracias a Edgar-Max, que este año nos ha presentado a Duncan, el frailecillo valiente. Con tan solo 38 ejemplares vendidos de cómics y libros ilustrados, todos en papel, sigue siendo minoritaria, pero poco a poco se va dando a conocer. Y eso que nos hemos arriesgado con un cuento infantil que, además, no encaja en los moldes (como no podía ser de otra forma).

En el espacio dedicado al fantástico, que metemos bajo el saco de Gorgona, hemos vendido 22 unidades, 8 a través del sistema Print-on-demand de Amazon, ninguna en digital. El principal empujón lo ha dado La sombra sobre Binara, pero resta modesto.

La línea Aquelarre sigue renqueando con 11 unidades (8 de ellas en digital) junto a la colección Nosferatu, cuyo único título (Un extraño descubrimiento) ha vuelto a registrar 2 unidades vendidas, aunque esta vez en papel. Personalmente, creo que se impone una reorganización del catálogo que llevaré a cabo aprovechando los cambios administrativos y sobre la que hablaré en las próximas entradas del blog.

De momento, lo primordial es ir recuperando el ritmo, insistir con la promoción porque es el único modo de dejarse ver. Vamos a ir dando la salida a los proyectos que teníamos casi listos en el 2017 y que tuvimos que dejar congelados y, sobre todo, a afianzar la editorial, reduciendo en algunos frentes para asumir las nuevas restricciones temporales que tengo.

Sé que han sido unos meses áridos y de incertidumbre (también para mí), pero confío en que el trabajo que no resulta tan visible nos dé los cimientos necesarios para remontar el vuelo, especialmente en lo que se refiere a distribución y presencia. Nuestros títulos lo merecen. Sus autores también. Si vosotros lo veis así, no dudéis en hablar de nuestro catálogo a quienes puedan estar interesados. No podemos competir copando estanterías en los puntos de venta, como tampoco podemos hacer nada cuando una feria termina pasada por agua, pero sí que podemos mantener la ilusión y seguir aprendiendo de los errores. Sobre todo si, como hasta ahora, contamos con vuestro apoyo.

Gracias a todos los que habéis hecho posible que este extraño 2017 Saco de huesos y sus aventuras hayan sobrevivido. Vuestra paciencia y cariño no tienen precio.

 

Si tenéis curiosidad por los balances de los años anteriores, los tenéis en:

http://www.ociozero.com/blog/2690/edit-ando/37219/balance-de-ventas-2014

http://www.ociozero.com/blog/2690/edit-ando/38655/balance-editorial-de-saco-de-huesos-2015

http://www.ociozero.com/blog/2690/edit-ando/39739/balance-editorial-de-saco-de-huesos-2016

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stikud
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Ánimo, compañero. Seguiré combatiendo contigo para que la editorial salga adelante y se afiance como una referente del género. SdH lo merece, y sus autores y lectores más.

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Patapalo
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Muchas gracias, compañero. Seguiremos dando guerra, qué demonios.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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