http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20100609/cultura/todavia-cobro-euros-derechos-20100609.html
Aquí les dejo una entrevista que le hicieron al presidente de la SGAE que para mi no tiene desperdicio leerla, personalmente mas atributos no le puedo dar a este hombre.
4.000 euros al año si es una mierda pero es practicamente lo que yo cobraba al año por trabajar ocho horas al día en un restaurante (Si, estaba explotado) pero 4.000 euros al año ¿Por lo que hace este hombre? Exactamente que ha hecho desde aquello y su sueldo es bastante suculento lo que mas me parece mas increible es la entrevista como defiende su posición a sabiendas de que es inconstitucional
Hombre, no mezclemos churras con merinas. Anticonstitucional sería condenar a alguien por hacer copia privada, pero eso lo hará un juez, no este hombre. A este se le puede acusar de mala gestión, que yo es lo que haría: quitar la gestión a la SGAE y hacerla a través de un ente público.
Luego, sobre la cantidad, ni idea. Para la cantidad de tiempo que parece llevar sin producir nada me parece grande, pero dependerá de los parámetros que tengan para hacer el reparto.
En el tema de la música no sé como funciona. En el literario es por los libros editados en los dos años anteriores (incluye reediciones, claro), así que el libro tiene que estar "vivo" para que compute.
En Francia sí que me han explicado cómo hacen el reparto para la música y es de risa, porque lo hacen en función de las emisiones de las radios que eran mayoritarias hace no se cuantos años, cuando ahora el modo de difusión libre de música principal no son las radios convencionales.
Como digo, creo que todo este asunto merece una revisión en profundidad, pero prefieren darnos a este de cabeza de turco.
OcioZero · Condiciones de uso
Pues con esto ha dado en el clavo, la verdad.
No comparto para nada los planteamientos de la SGAE, pero lo más alucinante de este tema es cómo la dejan sin más para que sea despellejada en público.
Hasta que el gobierno no tome las riendas de este asunto, no dejará de ser un circo mediático en el que no se abordan soluciones ni para los usuarios ni para los artistas.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.