El antifascismo

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solharis
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Me parece que es un tema interesante. Lo he tratado con humos en El Patio pero merece ser tratado con más seriedad. Aquí un análisis acertado para mí de Alain Benoist. Se trata del último punto de su libro Nazismo y comunismo.

***

[Nazismo y comunismo, Alain Benoist]

XXV

Este antifascismo póstumo, él mismo anacrónico o residual, es sin embargo muy distinto del que instrumentalizaba el Kremlin en los años treinta o incluso en los cincuenta, durante la época de la guerra fría. Ha cobrado, ante todo, mayor extensión, con el riesgo de vaciarse de todo significado bajo el efecto de su propia dilución. Como el fascismo ya no es reivindicado por nadie, sino que solamente es presumido en todo el mundo (y tanto más fácilmente presumido cuanto que nadie se reclama de él), el antifascismo ya no se basa en una constatación efectiva, sino en una simple imputación. Al no remitir a ningún fenómeno histórico real, se reduce a un Schimpfwort; es decir, a una operación de descalificación que funciona con total vaguedad, recurriendo al imaginario ambiental, como mito incapacitante y repulsivo: intentando capitalizar su efecto repulsivo, se lucha contra un fantasma al que se declara omnipotente. Por otro lado, ya no caracteriza a un sector preciso de la opinión, sino que forma parte de un consenso prácticamente general, en la medida misma en que ataca a un adversario con el que nadie quiere identificarse. Por último, y por esta misma razón, se ha modificado su beneficiario .

 

Ya no sirve para legitimar al sistema soviético, sino por el contrario a esa sociedad establecida y a esa ideología burguesa que el antifascismo de ayer pretendía destruir o suplantar. Por ello, forma parte de lo políticamente correcto y constituye una inversión tanto más rentable cuanto que está absolutamente desprovista de riesgo. En la época de los fascismos reales, el antifascismo podía conducir a los campos de concentración o ante el pelotón de ejecución .

 

El nuevo antifascismo sólo constituye un medio entre otros, pero sumamente destacable, para que a uno le abran las puertas de los medios de comunicación y de las cadenas de televisión .

 

Definido por Thierry Wolton como «el mayor común denominador de una izquierda nostálgica del marxismo-leninismo»,el antifascismo contemporáneo constituye, ante todo, una expresión de la pereza intelectual, pues siempre resulta más fácil identificar los males del pasado que darse cuenta de los del presente. En un mundo que ha aprendido a desconfiar de la idea de un bien absoluto, pero que sigue sintiendo más necesidad que nunca de un mal absoluto, el antifascismo representa, por otra parte, una cómoda forma de profesar una moral mínima. «La actual oposición al nacionalsocialismo, oposición tardía y sin ningún peligro, constituye un sustitutivo de la religión», constata Ernst Nolte.El antifascismo posee, por último, un evidente aspecto utilitario. «La posteridad — decía también François Furet — se asombrará sin duda de que las democracias hayan inventado tantos fascismos y amenazas fascistas después de que los fascismos hubieran sido vencidos .

 

Ello se debe a que, si la democracia estriba en el antifascismo, le resulta necesario a la misma vencer a un enemigo constantemente renaciente»Hacer de un fascismo imaginario una omnipotente amenaza permite hacer aceptar todas las taras, todas las patologías del mundo actual como un mal menor frente al «mal absoluto».{[122]} Fascismo y antifascismo, comunismo y anticomunismo comparten hoy la misma nostalgia y la misma incapacidad de analizar el presente. Las pulsiones actuantes en los totalitarismos del siglo XX siguen estando obviamente presentes. Pero si todavía están ahí, es porque ya estaban ahí antes; es decir, porque pertenecen a fin de cuentas a la naturaleza humana. Situar el comunismo y el nazismo en su época es comprender que tanto el uno como el otro representaron «respuestas» a un tipo de coyuntura, a una problemática política y social que difiere radicalmente de la que conocemos hoy. Los totalitarismos modernos fueron los productos de una modernidad que ya está hoy acabada. La era abierta en 1917 concluyó en 1989. La posmodernidad plantea una problemática que nada tiene que ver con la que le precedió. La tozudez de concebir el futuro tan sólo como una repetición del pasado, la terquedad de querer entrar en el siglo XXI marchando hacia atrás, impide imaginar lo que podría ser un totalitarismo futuro. «Veo surgir — señala también Ernst Nolte — una amenaza concreta: que el “capitalismo” totalmente desencadenado, dominando al mundo entero, haga que el vacío que trae consigo sea llenado por un “antifascismo” que simplifica y mutila la historia de igual forma que el sistema económico uniformiza el mundo».No hay peor error, para un observador, que el de equivocarse sobre el momento histórico que es el suyo.

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Estoy totalmente de acuerdo. Salvo en las generalizaciones genércias alrededor del término totalitarismo y su equiparación con el comunismo.

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Maddmax
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El comunismo es totalitario.

El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes, la virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria - Winston Churchill.

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Maddmax dijo:
El comunismo es totalitario.

A esto me refiero. Este tipo de lugares comunes, de propaganda anticomunista. 

http://blogs.publico.es/trabajarcansa/2012/02/13/marx-is-back/

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Patapalo
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Es interesante la reflexión, sí, y al mismo tiempo supongo que es natural que utilicemos estos términos sin pararnos en el fondo de la cuestión. Forman casi como un santoral moderno.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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knightCry
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Buena lectura.

HOLA HOLA MIS DRUGOS

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solharis
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Estoy totalmente de acuerdo. Salvo en las generalizaciones genércias alrededor del término totalitarismo y su equiparación con el comunismo.

No, el autor no considera que el comunismo sea el único totalitarismo posible. También el nazismo puede considerarse totalitario, si bien el estalinismo puede considerarse la forma más perfecta de totalitarismo fuera de la ciencia ficción.

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solharis dijo:

Estoy totalmente de acuerdo. Salvo en las generalizaciones genércias alrededor del término totalitarismo y su equiparación con el comunismo.

No, el autor no considera que el comunismo sea el único totalitarismo posible. También el nazismo puede considerarse totalitario, si bien el estalinismo puede considerarse la forma más perfecta de totalitarismo fuera de la ciencia ficción.

Toda definición no es más que una palabra. Cuidado con considerar realidad una idea. Totalitarismo sirve para definir unas relaciones de poder, pero no caigamos en 1984...

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Montes
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Hey, fellas, have you heard the news? You know that Montes is back in town? It won’t take long just watch and see how the fellas lay their money down.

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solharis
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Toda definición no es más que una palabra. Cuidado con considerar realidad una idea. Totalitarismo sirve para definir unas relaciones de poder, pero no caigamos en 1984...

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