Últimas lecturas: con qué libros andamos batallando

¡Cuánta abnegación! 

Leyendo "Compañía de sueños ilimitada". Se me ocurre la pregunta de si lo ballardiano puede considerarse una rama de las distopías, algo único y aparte de cualquier clasificación,  o simplemente, una visión particularmente extrema e inquietante de la realidad y el futuro inmediato.

Es verdad que,  los personajes de Ballard, muchas veces, parecen buscar la desgracia, resignarse e incluso disfrutar ese entorno enfermizo que crea para ellos el autor. Tanto en La isla de cemento, como en El mundo sumergido, donde el prota se va  abandonando a la fiebre y el salvajismo (¡por una vez y sin que sirva de precedente, he leído los dos que comentáis!).

Recuerdo que en Rascacielos, los vecinos, peleados a muerte (literalmente, nada de discutir por una derrama; empieza con unos merendándose al perro pastor de otros asado en la terraza) no se van del edificio ni contactan con el exterior simplemente porque no, por no ceder unos ante otros. Iba a rodarla eldirector de Cube, y comentó que se inventaría alguna causa física  para que se quedasen encerrados, porque lo otro, muy psicológico y muy tal, en cine no funcionaría, según él.

Hacía tiempo que no leía al autor y sus visiones siguen resultándome igual de chocantes, malrolleras y extrañas, lo que va muy bien entre la muy racional y lineal Trilogía de Marte.  Me quedan Bienvenidos a Metro-Center y Milenio Negro, donde aplica esa visión suya al futuro inmediato de entonces, que ya es presente.

Distópico o no, pongo el decálogo que hizo Jordi Costa para la exposición de Ballard:

1. Tecnología. Fundidos con la máquina

2. Pornografía. Nuestro deseo de explotar y ser explotados

. 3. Neobarbarie. Arquitecturas asépticas. Vivimos adormecidos.

4. Asepsia. El mundo es un suburbio regido por el aburrimiento.

5. Distopía. La mirada de Ballard desvela la distopía sutil que se esconde en el presente.

6. Psicosis. No tenemos otro remedio que utilizar la locura como fuente de liberación. 7. Espacio (interior). El único planeta que resulta verdaderamente extraño es la Tierra.

8. Desesperación. Paladearla como gourmets del fatalismo.

9. Realidad. Se confunde con la ficción en el bombardeo mediático.

10. Atrocidad. El pan de cada día. La contemporaneidad nos está educando para ser perversos pasivos.

Tal como dice con respecto a otras lecturas un compañero, “más adictivo que brillante”. Terminé “El castillo de los Cárpatos” de Verne, aparqué momentáneamente la novela de un colega y me puse con la recomendación, quedo muy agradecido, que desde aquí se me hizo, “La ruta del hielo y la sal”. La leí, la terminé. Leí rápido. Me dejó esa misma sensación de “más adictivo que brillante”.

Novela incluida en una lista como uno de los 20 mejores libros de narrativa publicados en 1998. Ganadora del “Segundo Premio Internacional de Novela de Ciencia Ficción y Fantasía” o finalista del premio “Ignotus” en la categoría de “Novela Corta”. Y jamás publicada en España hasta 2009. Vamos, es decir, una obra de culto según leo en Internet.

Toca, de forma novedosa y valiente un tema y unos personajes ya tratados y maltratados en otros textos hasta la saciedad, por lo que el argumento engancha contra todo pronóstico. El ritmo es correcto y acertado. El estilo sumamente poético y sus menciones, sin ser cargantes, sí de un enciclopedismo asombroso. ¿Por qué me deja decepcionado su lectura? Fácil.

Es cierto que logra el objetivo de conseguir provocar el efecto buscado, más que terror, producen horror algunas de las reflexiones de sus líneas, del que llaman, ahora, “psicológico”. Los personajes no encuentran sitio a salvo, se transmite una sensación absoluta de desamparo. La intriga y el misterio se resuelven, paulatinamente, de modo lógico e inteligente en esta historia. Historia sobre “la voz del Demeter susurrando su viaje maldito” y sobre el “Hacedor de Monstruos” que, sin saberlo, porta.

Sencillamente hay algo que no me gusta en ella, es claramente experimental, a mi parecer, y no oculta presentarse de tal suerte. Pretende ser muy innovadora, creo, de modo consciente. Lo cual en principio podría no verse sino como virtud. Al margen, recurre, de continuo, a la provocación, así siento, también conscientemente y con excesiva reiteración. Para mejor explicarme: es complicado sentirse por completo identificado con el narrador, en ocasiones poco claro, confuso, y siempre particular en sus pensares. Por momentos, algunas de sus páginas, me suenan a tomadura de pelo. Es brillante este libro, a veces, otras, a mi entender, resbala y patina de forma clamorosa. Es “una puta locura”, no para bien, y, para terminarla, se ha de pasar por el aro sí o sí. No la puedo suspender a esta novela, pero tampoco reconocerla como la gran obra maestra que parecen gritar en las redes sociales.

Lo primero que leo del autor, no obstante, intuyo, todas las excentricidades gratuitas que en nada enriquecen a la trama de la novela, pues podrían funcionar igual sus golpes de efecto sin ellas, no se deben sólo a la mejor construcción de un personaje concreto, es la mismísima firma del autor. Un tipo cuya carta de presentación es siempre un pato de goma, gafas de sol incluidas. Excéntrico. Que habla desde un “yo” muy personal. Lo cual puede encantar o distraer (a mí, por falta de afinidad o sensibilidad, puede ser, más bien me distrae de lo que de terror se cuenta).

Uno de sus seguidores escribe de sus novelas que son “rápidas, de golpes certeros, espectaculares en sus movimientos y, cuando se termina su lectura, no queda más remedio que darles el lugar de campeón”. Yo prefiero quedarme en tierra de nadie, en mitad del océano. No es obra para releer, quizá, más bien, para guardar en la memoria sólo parte de ella y, por mi parte, olvidar necesariamente algunos de sus desatinos, que así los veo.

La apruebo, y con notable, pero no todas sus lecturas son para todo el mundo, que es de lo cual, estoy convencido, a mí me ocurre. Eso sí, ya digo, agradecido me la recomendasen y haberla podido leer.

A-M-A-Z-O

Creo que es uno de los personajes que más me han impactado en los últimos años. Soberbio.

Por cierto, me gusta la idea del hilo para personajes que han dejado huella...

Últimamente he leído Maldito karma, de David Safier (ya era hora, que se lo había leído casi todo el mundo xD) y, aunque le tenía miedo porque no me suelen gustar los libros de humor, he de decir que ha sido una lectura agradable. También he leído algunas novelas románticas de las que no quiero acordarme, aunque de todo se aprende. Calabazas: Entierros (volveré a dejar enlace con una reseña, cuando la tenga lista) y Entremundos, de la compañera L. G. Morgan. Dejo aquí enlace a la reseña que acabo de publicar.

Así me has dejado, mimo querido. Pedazo de reseña, mil gracias.

(Aunque hubieras dicho alguna cosa mala también me hubiera molado, ¿eh?... Pero no tanto, tanto )

Empecé ayer, y ya llevo medio, "Un puñado de centeno" de Agatha Christie. Nunca habia leido nada de ella y la verdad me sorprende lo ameno del libro, me lo imaginaba más denso. Mola

Calumnias.

Ya vi que hablásteis en este u otro hilo sobre Geralt de Rivia. Yo llegué al tercero, el de después de los cuentos, y tengo ya en la estantería hasta "Bautismo de fuego", pero todavía sin leer. Ma ha llamado la atención que en los siguientes se le pire (o no) la pinza al autor, poque a mí lo que me parecía curioso de la saga es la naturalidad con la que se toman las cosas los personajes y lo razonables que son estando en un entorno  tan fantástico. Creo que esa es la peculiaridad de la serie, o al menos lo que más me llamó la atención, en comparación con, por ejemplo Moorcock, en cuyos libros todo es más hiperbólico y desconcertante.

He seguido con Ballard, ahora ha tocado "Playa terminal", antología con algunos relatos brillantes. Tengo también "A cabeza descalza"de Aldiss  siguiendo con los libros descoyuntamentes, sobre un viaje por Europa después de un bombardeo de LSD, pero todas las reseñas que he leído lo ponen a parir, a sí que no sé si lo leeré, al final. De Gifford, que recuerde ahora, no he leído nada.

Pues yo de momento ando con el 'Alas Tenebrosas' de Valdemar; hasta el punto que he leído, estoy disfruntando la lectura, ya os contaré cuando lo termine.

Bueno, no voy a seguir dando la matraca con Geralt de Rivia. Entiendo que no es una saga para todos los públicos al uso, dentro de la fantasía. Es rara, con los cuentos de primeras, luego a veces es muy tópica y típica pero con ese punto tan diferente y sus personajes, que son para amar u odiar. Bah, que me lío.  Aunque he de decir que la mejor saga de fantasía que yo he leído es la trilogía de Príncipe de Nada, de R. Scott Bakker. Me parece una obra superlativa en todos los aspectos. Estoy deseando hincarle el diente a la segunda, que deberían de traducir, maldita sea.

De la señorita Bujold escuché muchas virtudes de Miles Vorkosigan y me puse manos a la obra. Lo cierto es que no me entusiasmaron mucho los dos que leí (En caída libre y Fragmentos de honor) aunque también es cierto que en esos libros ¡ni siquiera ha nacido el protagonista de saga!

Creo que ese ha sido mi problema (aparte de que la ci-fi tampoco me entusiasme en exceso), el empezar la saga en el orden cronológico interno en vez de engancharme con Miles Vorkosigan en su plenitud y posteriormente interesarme por sus padres y demás trasfondo.

Aunque hablando de ci-fi... LA HEREJÍA DE HORUS ES DIOS

Devoré Horus, el Señor de la Guerra y no pude evitar lanzarme con Falsos Dioses (son primero y segundo de la veintena de títulos que conforman La Herejía), que todavía no he terminado y el cual por problemas logísticos me ha hecho leerme un cuentito (Cora) de George Sand (seudónimo de una escritora francesa del siglo XIX, lo digo lor si L.G. Morgan no la tenía localizada) a la cual la iglesia prohibió sus obras, o por lo menos eso decía la contraportada. El cuento no es gran cosa pero ha suscitado mi interés en probar en adelante alguna novela suya de más enjundia. Comencé también con El hombre duplicado de Saramago pero me vuelvo a desviar...

¡¡¡HORUS!!! ¡¡¡POR LOS LOBOS LUNARES!!! ¡¡¡POR LOS HIJOS DE HORUS!!! ¡¡¡POR LA XVI LEGIÓN!!! ¡¡¡LUPERCAL!!! ¡¡¡LUPERCAL!!! ¡¡¡LUPERCAL!!!

Impresionante, me ha dejado cautivado. Es una lectura adulta del episodio más mítico de todo el amplísimo trasfondo del Warhammer 40.000. Hablo del primero, el segundo viene un poco a remolque y ya no impacta tanto. La profundidad de los personajes en su psicología, en sus pensamientos, es algo que nunca había leído del 40K. Planteamientos filósoficos sobre la expansión imperial o la abolición de la religión son el germen de la Herejía y la escisión de las tropas del Emperador que está por venir. Va más allá de lo bélico, que tiene su cupo, obviamente, pero que no es lo primordial. Nunca había ni soñado la diversidad de ambientes y situaciones sociales en los que están envueltos los Marines Espaciales más allá de la guerra. Es muy interesante, muy divertido y está muy bien contado. Además creo que no hace falta tener ningún conocimiento previo de nada, incluso para los que ignoren qué es el Warhammer 40.000. Va mucho más allá del juego. Es una obra literaria plena.

Bueno, ya sabemos que estas cosas son totalmente subjetivas. A mí me ha encantado, y además creo que me ha llegado en el momento perfecto, no sé si en otra época la habría leído igual, la verdad. Y también, puede influir que a mí no me ha parecido "propaganda". Sí lo he visto literatura feminista, como dije, hasta cierto punto, pero en el sentido de que "recupera" para el mito (uno tan conocido como la leyenda del rey Arturo) la parte femenina, dándole relieve y quitándole el matiz siniestro y completamente negativo a Morgana(claro, también es que Morgana es mi "heroína" desde que puedo recordar , incluso considerada bruja y malvada, no sé por qué),  o el de objeto decorativo a Ginebra.

Pero para mí lo más relevante de la saga es la contraposición que hace entre el emergente cristianismo, en su versión más ultra, y la antigua religión, que veneraba la naturaleza, la vida y, por tanto, la figura de la mujer en cuerpo y alma. Vemos cómo esa consideración influye poderosamente en conceptos tales como el sexo, el pecado, la culpa (incluida la original, que hay que "lavar" mediante expiación).

Parece estar bien documentado, ya que he encontrado por ahí varios análisis que hacen referencia a datos históricos (dentro de lo que son, al final, interpretaciones) y hallazgos materiales, que parecen apoyar las nociones del culto a la Diosa, su triplicidad (quizá heredada, con sus transformaciones, por la "Santísima Trinidad"), su integración de la potencia masculina, su mirada positiva sobre los actos reproductivos y el sexo en general... Aunque es cierto que esto pertenece a una corriente definida, de rescate de divinidades femeninas y de su papel en "otra" sociedad. ¿Que podría considerarse una especie de moda? Pues sí, pero, ¿no lo es todo entonces? Como los símbolos religiosos convertidos en trama de novelas, las búsquedas (de cualquier cosa) que se llevan más o menos, el desempolvar cuestiones históricas y mezclarlas o fundirlas con aspectos de ci-fi o fantasía...