Vuelve el pedigüeño buscando ideas
A ver, creo que estoy ya totalmente decidido a montar el wargame basándome en tablero de hexágonos. Las ventajas más evidentes que veo es que facilitan el movimiento y el contar distancias de disparo, lo que agilizará la mecánica de juego y permitirá montar batallas con más miniaturas. Lo de medir con reglas y tal suele ser un engorro.
Ahora me surge la segunda gran cuestión. ¿En cada hexágono irá una unidad? Si tomo como referencia los soldaditos estos de plástico de época, que pueden ser una buena primera base, el problema es que cuando meta bichos grandes (carros de guerra o mastodontes, poco importa), ocuparán varios hexágonos e igual complica el movimiento. Sin embargo, ganaría en vistosidad.
¿Qué opináis? ¿Mejor me dejo de historias y cada unidad ocupa un hexágono y fiesta y el resto para la imaginación, es decir, más en plan wargame antiguo donde lo que importan son las posiciones y los peones representan mucha gente? ¿O mola más si hay tamaños relativos, aunque solo sea por utilizar los elefantes cartagineses que tiene mi chico mayor? ¿Vosotros a qué daríais mayor peso?
Me inclino por la opción wargame clásico porque, a falta de miniaturas específicas, creo que la mejor baza del juego sería su jugabilidad, pero por consultar...
Para mí, clásico. Prefiero jugabilidad y no es difícil imaginar lo que de verdad representa el tablero.
El rebaño del lobo