Érase una vez
Han hecho de su historia una certeza, agasajados con el extraordinario regalo de vivir. Visten vaqueros y regresan a su apartamento después de salir del trabajo, interpretando su papel intrínseco dentro de una disfrazada libertad.
Sonríen, pero ignoran que el cuentacuentos padece un incipiente alzhéimer.
Perdices
El príncipe las caza, pero no las come. La princesa tampoco. Se ha hecho vegana.
Hace algún tiempo que el fuerte olor a podrido amenaza con destruir la felicidad de la pareja.Todos lo saben. Menos él.
Los hunos contra los "hotros".