Telerrealidead

Cómo mola, al final me voy a tener que hacer a los libros digitales o me perderé bastante literatura...

¿Por qué no me entero de convocatorias tan chulas como esta? Si hora mismo tuviera agente, lo despediría.

Seguramente tarde un poco en poder leerlo, pero ya lo he descargado.

Una lástima que esté como está el panorama editorial actual, porque tiene pinta de valer mucho la pena por lo que he ojeado.

En cuanto le haya pegado una lectura, te cuento mis impresiones 

Bueno, LCS, pues ya he leído Telerrealidad al completo y estoy en situación de comentarlo.

Me parece una antología estupenda, muy original y muy cuidada. Aunque de un modo u otro la televisión aparece en todos los relatos (como es evidente), la manera de abordar la temática desplegada por cada autor es muy distinta, de tal modo que en ningún momento se hace repetitivo, al menos para mí. Ninguno de los relatos me recordaba a los anteriores y esto es muy positivo.

Esto, señores, esta colección de relatos, es la tele, sin más. Así es. Se añaden elementos de ficción imposibles, dosis de locura y mucho futurismo, pero en esencia, así es la tele. En mi caso, me ha gustado sobre todo porque aborrezco la caja tonta. En casa llevamos siete años sin ver la programación convencional, no es coña (aunque tampoco quiero ir de intelectual, sí me trago muchas series en Netflix y similares), así que disfruto un montón cuando la ponen a parir.

Contiene un grado de paranoia bastante serio, un nivel de absurdo muy bien ajustado y mezcla de géneros que incluye el humor, la ciencia ficción y el terror. Estoy muy seguro de que la mayoría de los participantes de este foro lo disfrutaría a lo grande; desde ya os exhorto a leerlo. Que no sé a qué esperáis, vamos.

Las ilustraciones también son geniales, al final de cada relato volvía atrás para verlas de nuevo y entenderlas mejor; todas muy apropiadas, un gran acierto su inclusión, termina de perfilar el resultado final y hacerlo mucho más agradable y completo.

Paso a comentar cada relato para que cada autor se lleve por lo menos unas líneas.

L’enfant machine

Texto: Marina Aguilar

Ilustración: María Delgado

Una gran elección para abrir la antología, tanto la ilustración como el relato. Asienta las bases de lo que vamos a leer, de la artificialidad de la telerrealidad instalada en la mente humana. Una buena narración, muy poética.

No lo considero un relato, más bien una descripción, una idea, emociones transcritas. Por eso creo que el lugar de este texto es el comienzo, no habría brillado igual si hubiera aparecido en otro sitio.

Como pega, destaco el párrafo central, formado exclusivamente por frases interrogativas.  A mí personalmente se me ha hecho algo incómodo leerlo, creo que se podría haber escrito de un modo más sencillo prescindiendo de las interrogaciones y manteniendo de todos modos el tono de pregunta.

Presunto culpable

Texto: Xuan Folguera

Ilustración: Jonatan Alcina Segura

Quizás el dibujo más sencillo y menos “televisivo” del libro, pero gana más sentido una vez que se termina de leer el relato y se comprende de qué huye el hombre (porque huye de más de una cosa), entonces se convierte en una buena descripción de la antología al completo.

El relato, siguiendo el razonamiento del anterior, tiene que ir ahí, en segundo puesto. Es un relato sobre telerrealidad tal y como yo la entiendo (sobre todo tras leer la antología completa). Dentro de la obra completa, la elección del tema principal del mismo es la más evidente, se puede pensar que el autor ha ido a lo fácil. Pero es que el arma que se emplea aquí es la propia narración, realizada, desde mi punto de vista, con gran precisión y acierto. Pides telerrealidad, te sirven dos tazas y te las bebes sin que empachen y disfrutándolas enormemente. Se describen fielmente los elementos propios de los concursos: la charlatanería y seguridad del presentado, los nervios y las dudas del concursante, la simpatía campechana de los reporteros de campo –fíjate, ¡hasta tiene jacuzzi!- y el desconcierto y la ira de la víctima de un Inocente, inocente que termina siendo una broma demasiado pesada. Se presta gran atención a los detalles pequeños y aparentemente nimios pero que son importantísimos para que todo parezca mucho más real y creíble (esa llorosa concursante a la que se le descoloca el vestido, esos disclaimers incendiarios del presentador).

No comento el final porque desde luego no quiero hacer spoiler. Sólo digo… No, no digo nada, cualquier cosa que escriba puede destripar la trama. Pero que me ha gustado.

Lo único que me ha chirriado (y mira que lo leí con el modo Buscar cagadas activo, que llevo dos semanas repasando varios de mis textos) es lo de la ermita del ermitaño, pero tras darle varias vueltas, no se me ocurre qué otras palabras escoger para reemplazarlas (porque el sinónimo de ermitaño que conozco es eremita y es claramente peor), así que lo termino marcando como correcto. Y esto lo escribo por poner algo, para que se note que lo he revisado :D

Doy al relato una puntuación de… Ah, espera, que esto no es el Polidori; perdón, ha sido la inercia.

Canal 0

Texto: Julio Fernández Peláez

Ilustración: José A. Rando

El dibujo, buenísimo; quizás no se diferencie bien en mi ebook, lo he comprendido ahora cuando he vuelto a mirarlo antes de comentar :D

Cuando leí el relato pensé: “Voy a poner que este es uno de los más desconcertantes”, pero claro, todavía no me había enfrentado a la paranonia que viene más adelante.

No voy a hacer spoiler, sólo diré: telerrealidad alienígena. La leche.

El relato es un cuento con moraleja pero sin final. La mayor pega que le saco es que se queda cojo, no por el “final” en sí si no quizás por la manera de narrar el mismo, eché de menos una frase más… conclusiva, más definitiva.

Telerrealidad

Texto: Montiel de Arnáiz

Ilustración: Kike Alapont

Una imagen que congela un “oooops” monumental introduce al relato.

Telerrealidad y viajes en el tiempo, la pera limonera. De esos relatos de ciencia ficción en los que sabes que algo va a salir terriblemente mal y estás deseando conocer exactamente qué y cómo.

Brutal, una narración precisa y preciosa, muy fluida, muy profesional. Quizás ciertas partes del planteamiento no sean de lo más original que he leído, pero las otras sí lo son y lo compensan perfectamente.

Evidencia fantasma

Texto: Daniel Fopiani

Ilustración: Marco Gómez Gómez

Un relato bien montado en torno a un final que gusta por inesperado, aunque quizás quede algo flojo. Una manera muy elaborada de contar un chiste muy largo, el resultado es simpático y refrescante. Una vez más, la ilustración lo acompaña perfectamente.

La senda del yakuza

Texto: Eduardo Formanti Llorens

Ilustración: Juan Alberto Hernández

El segundo concurso que emite la antología tiene como elemento central un tipo de adición televisiva en el que nunca me había parado a pensar, creo que es una de las fortalezas de este relato. Por lo demás, bien escrito y entretenido, despertó bastante mi interés por saber cómo iba a terminar todo. Muy buen trabajo el del ilustrador resumiendo la obra en una efectiva imagen.

El show debe continuar

Texto: Gloria Plaza

Ilustración: María Kings

Este relato –y su ilustración- es a la vez uno de los más críticos con la sociedad y también de los más subrealistas. Tenemos aquí telebrasura por escrito, en el buen sentido; el humor corrosivo y estrafalario empieza a filtrarse en la antología para darle un excelente sabor distintivo.

Sacamantecas

Texto: Xabier Sevillano

Ilustración: Toñé

¿Os gustó el humor ácido del anterior? Pues vamos a seguir. Sacamantecas es una obra maestra del humor negro, en serio. Una parodia de esos programas de yanquis que negocian con chatarra, sólo que en vez de chatarra… Bueno, mejor que lo leáis. Uno de los que más me ha gustado; sencillo, directo y efectivo.

El dibujo, desternillante también.

El orinauta

Texto: Miguel Chamizo

Ilustrador: MonoVampiro

Hum… Qué escribir sobre el relato sin destripar nada…

Más que de televisión, el relato comienza tratando sobre realidad virtual involuntaria. En ese sentido, es muy efectivo. Desde mi punto de vista, hay algunos elementos desaprovechados (ese carismático presentador tan bien retratado con ayuda de la imagen termina perdiendo… pues eso, su carisma) y otros poco convincentes (¿por qué sólo unos pocos espectadores?, ¿por qué de la tercera edad?).

Pero la idea gusta mucho y creo que sorprende, así que ese par de elementos negativos no tienen mucha importancia.

Mírate

Texto: Alberto S. Navarro9

Ilustración: Jordi Armengol

Más que un relato, una idea. Una espeluznante. Quizás es la obra que más desasosiego me ha causado porque habla de algo que ya está comenzando, de un Facebook a lo bestia, de un Gran Hermano abierto a todos. Un gran trabajo, sí señor, muy original.

Por poner una pega, quizás habría estado bien un diálogo más apropiado para cerrar. Una vez más, no pido un final, sólo una última frase concluyente.

El asunto tornasol

Texto: Ignacio Galaz Ballesteros

Ilustración: David Rendo

En este caso, la crítica es hacia los personajes casposetes que protagonizan los programas televisivos y hacia la gran mierda que nos hacen tragar. El arma escogida es el humor basado en un elenco, un decorado y una situaciones de lo más absurdo. Me gusta sobre todo que la manera de narrar del escritor es muy distinta al resto del libro, destacando simplemente por el hecho de ser distinta. No me gusta en cambio la escena de Tornasol cayendo por la grieta, lo que encuentra después; quizás me he perdido algo, pero no la he comprendido, ¿a qué viene?

Juguetes rotos

Texto: Fran Chaparro

Ilustración: Lorena Raven

Sobre vidas destrozadas por la fama frugal y fugaz con la que recompensa y castiga la televisión. Locura y terror se mezclan en un relato llamativo y violento, el mensaje que el escrito quiere dar queda grabado en sangre, de principio a fin. Destacar la segunda persona que se usa para narrar; me costó pillarla, pero al final la encontré muy apropiada porque da a entender (al menos para mí) que alguien está mirando al otro lado. Muy televisivo.

Espeluznante ilustración.

El negociador de sexo

Texto: Daniel Alhermann

Ilustración: Rafael Estrada

Un gran trabajo. Para empezar, la televisión no es ni mucho menos el elemento central, es una herramienta para contar la historia y no se me ocurre otra mejor. Y hablando de la historia, no es tal, este es otro relato que lo que narra es una idea. Y mencionando la idea, es genial, es muy original (estoy de acuerdo, ¿cómo no se nos ha ocurrido antes?). Y pensando en lo que no he comentado…: la narración estupenda, un estilo directo, sin florituras, que cuadra con ese marco de programa de televisión; un protagonista muy carismático que a mí me ha convencido (ojo, como personaje, no estoy pensando en contratar sus servicios…); un elenco que lo acompaña y completa de manera magistral. Y terminando por el principio de este párrafo: un gran trabajo.

La casa de arriba

Texto: Elisa Puerto Aubel

Ilustración: Juan Carlos Rivas

Vaaaaale. A ver, cómo empiezo…

El relato es una amalgama de ideas. Una niebla densa y lúgubre, una invasión de insectos pegajosos, unos visitantes misteriosos, una tele idiotizante y unos vecinos idiotizados. Quitando las dos últimas, no he logrado conectarlas. La palabra que me viene a la cabeza (bueno, son dos): ¿Por qué?

Por separado, cada una de las ideas es agobiante y poderosa. En conjunto, me hacen fruncir el ceño cuando termina el relato.

Es raro, muy raro…

La imagen es quizás la mejor unión para todo: un vecino idiotizado, mosqueado, cubierto de niebla que mira la tele… Faltan los forasteros.

Mierda, qué hacen ahí los forasteros…

La termita

Texto: Israel Alonso

Ilustración: Cecilia G. F.

Y vamos a por el relato final, el más largo y el que está escrito por el que creo es el padre de todo.

Un relato genial, impresionante. Una protagonista de cine, en más de un sentido; rezuma de esa personalidad gamberra que tanto me atrae, es lista y fuerte aunque sin pasarse, tiene un compañero que no es otra cosa que ella misma con forma de dalek y unos ideales firmes por los que luchará hasta el final. Un mundo roto de esos que tanto me atraen, con algunas personas locas y otras muy locas, donde la mansedumbre es la moda y la televisión la droga que la provoca. Un misterio oscuro y horrible de esos que tanto me atraen, que te mantienen en vilo, que te hacen leer compulsivamente como si te hubieras metido Neurotix en vena.

Es un gran relato, a mi medida, perfecto, horrible y precioso, pero tengo que sacarle dos pegas (con posible spoiler, ojo).

Primero, se hace largo. Llega un punto donde avanzas páginas y páginas sin que la historia continúe, y ese punto es en mitad de una frenética carrera hacia rebelión final, con Aracne guiando a un improvisado ejército de desarrapados hacia la liberación. Se rompe el ritmo del relato. La idea está clara desde el principio, no veo necesidad de prolongar tanto esa escena.

Segundo, la respuesta al misterio es otro misterio mayor, al estilo Perdidos. Me dejó un poco frustrado. ¿De dónde vienen esos seres? ¿Cuál es la explicación? Vale, esto puede quedar en el aire. ¿Por qué dieciséis sujetos? ¿Por qué tres mujeres? ¿Qué eran esos colores? ¿Por qué hay guardias de seguridad humanos? ¿O no son humanos? ¿Hay un plató en cada país, lo dice en el relato…, ¿por qué entonces se la llama La madre? ¿No será una madre? Mi opinión es que se generan demasiadas expectativas y luego no se dan explicaciones. Pero vamos, esto por supuesto es personal.

Y en definitiva, pese a estas dos pegas, es una gran narración. Ojalá pudiera leer más sobre Aracne (una precuela, tendrá que ser) y el mundo que la rodea.

No, al final parece que queda así a propósito. Ermita no tiene sinónimos que signifiquen 100% lo mismo. Y si el ermitaño es famoso en el pueblo y se lo conoce como "el ermitaño", no vas de pronto a llamarlo "el anacoreta". Además tampoco es estrictamente lo mismo.

No siempre es posible dar con un sinónimo adecuado.