Del revés
Desde que llegaron al reino de SANAR, los niños desaparecen sin dejar rastro. En las charcas proliferan las ranas que, con su croar "in crescendo", saturan el aire nocturno. "Será un conjuro de la hechicera", piensan en vano.
...Y regresaron al reino de ADÁN, donde jamás ocurría nada.
Aunque me gusta la idea que subyace en Del revés, creo que su autor se queda a medio gas al jugárselo todo en esos dos palíndromos que dan nombre a los reinos visitados por los protagonistas (reinos que no hubiese puesto en mayúscula). Se me queda a medias. Me gustaría saber por qué desaparecen los niños, qué papel juegan las ranas (más allá del obvio), o que hay detrás de esa curioso Adán. Echo en falta más cestos para tanto buen mimbre. En este sentido, Érase que se era un colorín colorado me parece un relato mejor hilado y cerrado. Me gusta la forma en que el autor usa el lenguaje y el ritmo para dar lugar a una escena oscura, tan contraria a lo que el Desafío sugiere.
Mi voto para Érase que se era un colorín colorado
Del revés nos anuncia el truco desde el título. Y además lo resalta con las mayúsculas en las palabras “clave”. Pienso: ¿vas a dejarme hacer algo a mí como lector?... Pues, supongo que todo lo que no ocurre entre el primer párrafo y los puntos suspensivos con que empieza el segundo. Pero eso, en lugar de incitarme a crear mi propia historia, me da la sensación de que el autor cercenó la suya por falta de espacio. No sé. Es un juego bonito e ingenioso, pero no me dice nada más
Érase que se era un colorín colorado nos presenta un Hamelin decadente que observa atento a los “cervatillos”. Un personaje pintado con pocas palabras que nos provoca repulsión. Y esas madres como rebaños, que deben apresurarse a contar los cuentos a sus niños. Me gusta mucho la frase final. Una historia siniestra que no sé si necesitaba un título tan largo. Pero entiendo que se pone para contraponer su tono infantil y juguetón ante una realidad mucho más siniestra.
Mi voto es para Érase que se era un colorín colorado.
Atila nos ofrece un relato dentro de otro relato,pero la clave para llegar a el es tan evidente que te quedas con la sospecha de que, o bien se te ha escapado algo o bien el autor hubiera necesitado 20 palabras más para plasmar el efecto deseado.
El Suizo Decantado devuelve el golpe con un relato que podría ser un documental de Félix Rodríguez de la Fuente. El depredador, el rebaño, los cervatillos... acertados símiles que redondea una frase final lapidaria que redondea un duro micro que, además, nos lleva a los tiempos en que los cuentos eran
truculentas advertencias: no vayas al bosque, no cojas comida a desconocidos,huye del lobo....
Mi voto es para "Erase que se era un colorín colorado"
PD.- ninguno de los dos títulos me convence. El de Atila descubre el pastel muy pronto, el de el Suizo es muy largo para lo que aporta realmente a la historia.
Enhorabuena, Suizo!!
Estoy totalmente de acuerdo con sus valoraciones, sus señorías. Se me fue la pinza con este tema.
En mi humilde opinión, era una idea muy chula, a lo mejor en 50 palabras no le podías dar el recorrido que necesitaba y por eso quedan flecos pero lo mismo puedes sacar algo si le das una segunda oportunidad.
En mi humilde opinión, era una idea muy chula, a lo mejor en 50 palabras no le podías dar el recorrido que necesitaba y por eso quedan flecos pero lo mismo puedes sacar algo si le das una segunda oportunidad.
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Érase que se era un colorín colorado
Hamelín salivaba su armónica desde el nicho de un quiosco de chuches. Artritis nicotinada, encías mohosas y el ojo atento a los cervatillos. Los rebaños de madres apresuraban los cuentos. Porque en el barrio o se crece pronto o no se crece.
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