Ex utero

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Germinal
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Ex utero

…Mareos o vómitos?

El gesto de la doctora te arranca de la ensoñación.

—Lo siento, últimamente ando un tanto despistada —dices frotándote los ojos.

—Es habitual experimentar ciertos cambios. Durante las próximas semanas su organismo presentará importantes alteraciones fisiológicas, piense que ahora tiene a cargo una nueva vida.

«Una nueva vida», repites en tu interior. Años atrás la tuya era tan diferente…

En tu juventud no hubieses concebido acudir algún día a una clínica de fertilidad; incluso dejaste de visitar al ginecólogo familiar durante aquella época de rebeldía; lo hacías, sin duda, influenciada por los mantras que habías oído en él una y otra vez: «ningún animal precisa medicinas o vacunas», «la naturaleza provee de todo lo necesario para vivir», «no son más que engranajes del sistema capitalista que enferman a la sociedad y al planeta».

Pretendías despojarte del yugo materno a cualquier precio, pese a que el futuro se presentase ante ti como una resbaladiza telaraña de incertezas. Sin embargo, de la noche a la mañana optaste por cambiar las clases de piano y a tus amigas del club por un puñado de gallinas y un huerto biodinámico plagado de escorpiones.

«En Montfosc nos irá bien», te dijiste aquel día que él te presentó a la Vieja y al resto de camaradas. La comunidad ocupaba caserones, algunos con importantes defectos estructurales, en una apartada villa abandonada años atrás. Como quisiera que la anciana de piel aceitunada hubiese convencido a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio. Y pese a todo, allí te encontrabas tú, dispuesta a convertirte en una más.

De nuevo te descubres absorta con la mirada en las brumas distantes de aquella otra vida.

—Aunque el test de progesterona haya dado positivo esperaremos a los tres meses para realizar la primera ecografía —apunta la doctora captando de nuevo tu atención—. No sería extraño que durante este tiempo se presentase un aborto espontáneo; como sabe, la edad es un factor de riesgo añadido.

Te despides de la especialista hasta la próxima visita. Abandonas la clínica y te diriges a la parada de taxis que hay a pocos metros de la entrada. Te subes al primero de ellos y das la dirección de tu casa.

«Mi casa», reflexionas. A pesar de haberte criado en ella y de tener la certeza de heredarla el día que tu anciana madre fallezca, sientes que en realidad nunca lo ha sido y nunca lo será.

Montfosc era tu hogar.

Tu casa era de piedra; el musgo crecía en la parte donde nunca tocaba el sol. La cubierta del pajar se había desplomado años atrás y hubo que reforzar la viga principal, podrida por las lluvias, antes de continuar con la rehabilitación. «Para querer huir de los convencionalismos, vamos a recrear una de las estampas más icónicas de la religión cristiana», le dijiste mientras te acariciabas el vientre y sonreías. A pesar de tener una falta de pocos días, lo sabías con seguridad: el bebé estaba en camino.

Evitaste informar entonces a tu familia, la pelea con tu madre al marcharte había sido de órdago; en otro tiempo incluso habías albergado la esperanza de compartir con ella momentos especiales como aquel; pero sentías que pertenecíais a mundos diferentes y, en su lugar, cosechabas los consejos de la Vieja…

Pagas la carrera, bajas del vehículo y picas al timbre. La mujer del servicio te abre la puerta. Encuentras en la cocina a tu madre con el almuerzo. Tomas una taza del armario dispuesta a rellenarla de café hasta el mismo borde, pero te detienes un instante al caer en la cuenta de que quizás no deberías.

—¿Adónde has ido esta mañana? —te pregunta.    

—He ido al centro, a mirar tiendas —respondes evitando cruzar con ella la mirada.

 

—Hay algo inusual. Aquí, ¿ve esa masa hiperecoica?

El índice señala en la pantalla del ecógrafo una ballenesca línea blanca en un mar de difusos puntos grises.

—Pensaría que se trata de algún tipo de artefacto; sin embargo, por la forma y el tamaño… Debemos hacer una tomografía.

«Es un error», te rebelas en primera instancia; sin embargo, a medida que pasan los minutos comienzas a asimilar que quizás el error lo hayas cometido tú al dejar pasar demasiado el tiempo; es posible que ahora llegues tarde a tu propia fiesta: ya no queda tarta, ni amigos y los globos esparcidos por el suelo se empiezan a desinflar. Durante esas interminables horas, te embarga la duda y regresa a ti el eco recurrente y lejano de aquel momento que quedó grabado a fuego en tu memoria.

Una cuchillada en el vientre.

La amarga infusión de hierbas de la Vieja apenas había logrado aliviarte. Te agitó la impetuosa idea de que todo pudiera acabar mal; no se suponía que debía suceder así. Tras largas horas de agonía, dudaste: ¿y si te equivocabas al no acudir a un hospital?; pero la Vieja ya te había advertido sobre el dolor; el dolor era algo soportable y bueno; y era bueno porque te hacía sentir viva, en comunión con tu propio espíritu.

Otra cuchillada.

No imaginaste nunca una sensación semejante rezumando desde tu interior. Los gritos durante aquella noche interminable fueron vientos en la tempestad. Al amanecer sangraste como nunca antes lo habías hecho; finalmente había terminado mal, muy mal. Tenías lágrimas en los ojos, las manos en el vientre dolorido; la Vieja entonces te dijo que habías fracasado en tu gestación porque el espíritu aún permanecía vinculado a tu antigua vida. Te estremeciste al comprobar que el fuego que iluminaba también era capaz de quemar.

—Se trata de un litopedion —confirma la doctora—. Un hallazgo del todo infrecuente, sin duda…

—¿Puede explicármelo de manera que pueda comprenderlo? —dices irritada.

—Claro. Hay un pequeño porcentaje de gestaciones en las que el feto no crece en la matriz, si no en algún otro lugar de la cavidad abdominal haciéndose inviable su desarrollo. En la mayoría de estos embarazos ectópicos, los diminutos embriones son reabsorbidos sin clínica alguna, quiero decir, sin que la madre presente síntomas. En contadísimas excepciones, el embrión continúa desarrollándose hasta que en algún momento muere y comienza entonces el proceso de momificación del feto que termina calcificándose. Es lo que llamamos un litopedion; literalmente, un niño de piedra.

No consigues dar crédito a sus palabras.

—Sin duda es causa de un embarazo ocurrido años atrás. En otras circunstancias, se trataría de un hallazgo casual sin mayores implicaciones. El problema, en este caso, es que existe un riesgo considerable de hemorragia debido a la ubicación. No solo afectaría a la salud del feto actual, también a la de usted. La opción lógica y prudente sería practicar la exéresis, una cirugía para extraerlo. Asimismo, la resección provocará con toda probabilidad la interrupción del embarazo actual.

—¿Lo que dice es que porto en mi vientre un hijo momificado —Un escalofrío recorre tu cuerpo al pronunciar las palabras— que podría matarnos a mi bebé o a mí?

—Es una posibilidad más que plausible, efectivamente.

—¿Y que la cirugía para arrancarlo de mí acabaría también con el bebé?

—Entiendo que necesita algo de tiempo para asimilar la noticia, sin embargo, no debería demorarse, si me comprende.

 

Has regresado a Montfosc.

Estás estirada sobre el vetusto tálamo; reconoces su aspereza al tacto, así como los enseres que te rodean, aunque de alguna forma percibes que todo en el pajar es diferente. Notas la presencia. La Vieja que te observa desde los pies del lecho; porta una vela en la mano y te contempla en absoluto silencio. Te percatas de que tu camisón está impregnado por una mancha roja en la parte baja del vientre. La risa afilada de la Vieja penetra en ti igual que las palabras que tanto daño te causaron tiempo atrás. No quieres escucharla. Tuerces la mirada hacia el grueso muro de piedra. En la penumbra descubres una roca que gira sobre sí misma, se desprende y cae al suelo. Ves cómo se retuerce y distingues la forma de un bebé, un bebé de piedra.

Abres los ojos. Despiertas con el corazón desbocado y un sudoroso rocío en la frente. Te palpas el vientre. El dolor es un espejismo que se desvanece con la pesadilla.

—Me ausentaré unos días —anuncias a tu madre esa misma mañana. En su semblante distingues un rictus de preocupación—. Necesito despejarme, tan solo es eso.

«Es lo mejor», te convences, así no deberás darle explicaciones tras la intervención. Recoges la maleta que tenías dispuesta en tu dormitorio antes de marcharte. No hay vuelta atrás. Te arrancarán la vida que fue, que pudo haber sido y que todavía es.

Tu ginecóloga te acompaña en la sala preoperatoria. Los narcóticos han empezado a hacer su efecto. Intentas sin éxito alejar la imagen del día que todo empezó a morir en tu interior antes de cerrar los ojos y entregarte por completo a la vacua inconsciencia…

El murmullo de las enfermeras charlando en el pasillo te despierta. No hay nadie más en la habitación. El efecto de la anestesia todavía se hace patente en tu cuerpo. Eres incapaz de sentir algún alivio al descubrir que, al menos, tú sigues viva.

Al rato, el cirujano entra a la habitación acompañado por la doctora y comienza a explicar algunos detalles de la operación. Te confirman que no solo has perdido a tu hijo nonato, sino que también será realmente complicado, otra manera de decir imposible, volver a quedarte embarazada.

Tras unas breves palabras, ambos abandonan la habitación y de nuevo te encuentras sola sobre la fría cama de hospital. Apuntas la mirada hacia la pared lisa y blanquecina mientras una lágrima resbala por tu mejilla y moja la almohada.

 

Ni siquiera has deshecho la maleta. Continúas postrada en la cama del hotel. La bandeja con la cena del día anterior continúa intacta sobre el escritorio. Te preguntas si tu vida tiene ahora un propósito; todavía queda algo por hacer, pero, ¿y después?

Abandonas el alojamiento y tomas el coche con destino a Montfosc. Una práctica masoquista, una etapa más del luto, qué importa lo que en realidad sea…

A medida que recorres quilómetros y quilómetros de carretera, los remordimientos empiezan a aflorar, unos pensamientos incómodos que calan en tu mente como perdigones disparados en el recuerdo: fuiste tú la que decidió acompañarlo y abandonar la vida anterior junto a tu madre, te repugnaba convertirte en una mujer solitaria y anodina como ella; incluso antes de quedarte embarazada, ya habías decidido prescindir de un ginecólogo o de cualquier otro tipo de médico; en el día fatídico, optaste por los remedios de la Vieja en lugar de acudir a un hospital. Podías no haber tomado ninguna de aquellas decisiones. Tuviste elección, por lo que, en definitiva, lo que ocurrió… fue culpa tuya.

La verdad es una nueva cuchillada en el vientre; y la cicatriz de tu piel será su recuerdo perpetuo. Con los ojos humedecidos observas por el retrovisor la maleta en el asiento trasero. Tu espíritu ansía hallar la paz tras la penitencia, pero temes no encontrarla.

Tu casa era de piedra; el musgo crecía en la parte donde nunca tocaba el sol. ¿Seguirá igual que la dejaste? ¿Cómo te recibirá la comunidad? Pronto esas preguntas obtendrán respuesta…

Te acoge el abrazo sombrío del valle. No has advertido indicios de actividad desde que tomaste el sendero empedrado antes de dejar atrás el último pueblo. Al llegar a la entrada de la villa, detienes el vehículo a un lado del camino. El silencio lo embarga todo. ¿Cuánto tiempo en la ciudad necesitaste para olvidar el sonido del silencio? Recobras una conexión telúrica que tu mente había relegado al más completo ostracismo.

Bajas del coche dispuesta a recorrer el último trayecto a pie. Caminando entre los muros de mampostería, esperas que en cualquier momento te asalte un nuevo recuerdo inesperado. Enseguida te percatas de que las hierbas invaden los senderos y las chimeneas se erigen mortecinas. Allí no habita nadie desde hace tiempo.

Encuentras la entrada del pajar, aquel en el que un día depositaste tus sueños de futuro, sin embargo, ahora te invade una incómoda sensación de ajenidad. Tu casa era de piedra; el musgo crecía en la parte donde nunca tocaba el sol. ¿De qué servía volver a un lugar cuando en realidad querrías hacerlo a un momento?

Pero aquellos latidos de piedra pertenecen al pasado. La vida que un día albergaron en su interior los abandonó tiempo atrás, por eso decides enterrar el minúsculo cuerpo pétreo de tu hijo a escasos metros de la casa, en la parte donde nunca toca el sol.

Llega la hora de abandonar Montfosc para siempre.

Rodeas el pajar, pero dudas del camino que debes tomar para regresar a la entrada del pueblo, pues no identificas la construcción ante ti. Caminas en uno de los sentidos que te lleva a un grupo de caserones en ruinas que tampoco alcanzas a reconocer. Tomas la otra dirección, pero a los pocos pasos descubres que también es errónea. Intentas volver sobre tus pasos al pajar, pero en su lugar acabas llegando a la casa de la Vieja. No tiene sentido alguno, no estaba ahí antes. De nuevo das media vuelta intentando alejarte. Un nuevo muro de piedra te barre el paso. Un escalofrío te trepa por la nuca. Es ilógico, inconcebible, aquel lugar no quiere dejarte marchar. Estás atrapada en un laberinto. Giras una vez y otra, y otra, y otra…

 

—Un grupo de cazadores nos alertó —La voz del agente rural te llega amortiguada—. Deambulaba desorientada. Debía llevar toda la noche vagando por el bosque pues los sanitarios nos han informado de que presentaba síntomas evidentes de hipotermia.

Tu madre, junto a la camilla en la que permaneces estirada, sostiene tu mano en las suyas. Apenas puedes sentirlas.

—No estás sola, ¿me oyes? —dice entre lágrimas—. Vamos a volver a casa.

—Mi casa era de piedra… El musgo crecía en la parte donde nunca tocaba el sol… —dices al vislumbrar la insustancialidad de tu propia existencia, tan ilusoria e ingrávida como la de una mota de polvo flotando en la inmensidad del cosmos.

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Efepe
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Poblador desde: 28/05/2017
Puntos: 320

Vaya relato más bonito. Muy poético, muy cuidado. Me ha gustado mucho.

La única pega que le veo es que no se acerca mucho al tema de la momia como monstruo.

El uso de la segunda persona del singular me parece muy acertado, lo has llevado muy bien y me has metido en la piel de la protagonista desde el principio. Me has sorprendido.

Muchas gracias por compartirlo, me has hecho pasar un buen rato. Mi puntuación es un 4,2. Un saludo.

Por cierto, me ha llamado mucho la atención quilometro en lugar de kilómetro, es correcto también?

EFePe

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Me descubro ante ti, Germinal. Es un relato bellísimo, lleno de lirismo y sentimiento.

Creo que no me equivoco al darle un 5.

Enhorabuena

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Magnífico, me ha encantado. Creo que está muy bien conseguido el retrato de la protagonista y hay un par de escenas de las que se te quedan grabadas: el descubrimiento del niño de piedra y el final labertíntico. Bravo.

Muy bien llevada la historia, muy sugerente, con una gran habilidad para sugerir y mezclar el desarrollo con la prosa. La única pega que le puedo poner es que la momia es un poco tangencial, de alguna manera. Bueno, quizás simplemente no sea canónica. En cualquier caso, a mí me vale.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Efepe dijo:
Por cierto, me ha llamado mucho la atención quilometro en lugar de kilómetro, es correcto también?

Es correcto, sí. Cuando yo era crío, de hecho, no era tan infrecuente.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Efepe dijo:
Vaya relato más bonito. Muy poético, muy cuidado. Me ha gustado mucho. La única pega que le veo es que no se acerca mucho al tema de la momia como monstruo. El uso de la segunda persona del singular me parece muy acertado, lo has llevado muy bien y me has metido en la piel de la protagonista desde el principio. Me has sorprendido. Muchas gracias por compartirlo, me has hecho pasar un buen rato. Mi puntuación es un 4,2. Un saludo. Por cierto, me ha llamado mucho la atención quilometro en lugar de kilómetro, es correcto también?

Gracias por tus palabras.

Respecto a quilómetros, hice la consulta en la RAE, pues a menudo dudo de palabras o expresiones que viajan en mi cabeza de un idioma a otro, y vi que estaban aceptadas ambas. Al haber una repetición de la palabra y ser la letra k más extraña me decanté por escribirla con la q para que no resultase una aspereza a la vista. Pero parece que he conseguido justo lo contrario devil

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Bio Jesus dijo:

Me descubro ante ti, Germinal. Es un relato bellísimo, lleno de lirismo y sentimiento.

Creo que no me equivoco al darle un 5.

Enhorabuena

Muchas gracias por la generosísima valoración.

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Patapalo dijo:

Magnífico, me ha encantado. Creo que está muy bien conseguido el retrato de la protagonista y hay un par de escenas de las que se te quedan grabadas: el descubrimiento del niño de piedra y el final labertíntico. Bravo.

Muy bien llevada la historia, muy sugerente, con una gran habilidad para sugerir y mezclar el desarrollo con la prosa. La única pega que le puedo poner es que la momia es un poco tangencial, de alguna manera. Bueno, quizás simplemente no sea canónica. En cualquier caso, a mí me vale.

Muchas gracias por las palabras.

Sin duda no es el canon de momia, y entiendo perfectamente que esto pueda perjudicar el relato a nivel de puntuación, yo mismo lo penalizaría. Pero buscarle un enfoque diferente y personal al monstruo es algo que vengo haciendo desde que participé por primera vez en la V edición del Polidori. ¡Y cómo lo disfruto!

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Danduay
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Poblador desde: 07/05/2020
Puntos: 256

La realidad supera a la ficción, dice el tópico. Me parece muy bueno el detalle de darle a la momia una faceta distinta y sumamente inquietante. En mi humilde opinión, no es una aproximación tangencial sino una aproximación directa a más no poder (creo que ya se entiende, no entro en detalles para no espoilear a nadie).

Los manuales advierten contra el uso de la segunda persona, pero las reglas están para romperlas. Aun así las narraciones en segunda persona pueden hacerse pesadas, dan la impresión de ser imperativas, de estar dando órdenes continuamente al lector. Aun así, el resultado es un texto muy cuidado y que demuestra gran sensibilidad.

El terror se aborda desde ese punto de vista lírico (el de la pérdida) reforzado por el inquietante personaje de La Vieja y el punto de irrealidad de la penúltima parte.

Un apunte: hay una frase extraña, quizá ha habido problemas de "cortapega" ("Como quisiera que la anciana de piel aceitunada hubiese convencido a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio"). Y una curiosidad: también aquí aparecen los escorpiones (como en "El Ashé").

Un cuatro y medio. Quizá le hubiera dado más si en la parte final, en el regreso al hogar, el relato hubiera girado hacia lo sobrenatural en vez de mantenerse en el realismo lírico. Gustos personales. Enhorabuena, un relato estupendo.

 

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Puntos: 1307

Danduay dijo:

La realidad supera a la ficción, dice el tópico. Me parece muy bueno el detalle de darle a la momia una faceta distinta y sumamente inquietante. En mi humilde opinión, no es una aproximación tangencial sino una aproximación directa a más no poder (creo que ya se entiende, no entro en detalles para no espoilear a nadie).

Los manuales advierten contra el uso de la segunda persona, pero las reglas están para romperlas. Aun así las narraciones en segunda persona pueden hacerse pesadas, dan la impresión de ser imperativas, de estar dando órdenes continuamente al lector. Aun así, el resultado es un texto muy cuidado y que demuestra gran sensibilidad.

El terror se aborda desde ese punto de vista lírico (el de la pérdida) reforzado por el inquietante personaje de La Vieja y el punto de irrealidad de la penúltima parte.

Un apunte: hay una frase extraña, quizá ha habido problemas de "cortapega" ("Como quisiera que la anciana de piel aceitunada hubiese convencido a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio"). Y una curiosidad: también aquí aparecen los escorpiones (como en "El Ashé").

Un cuatro y medio. Quizá le hubiera dado más si en la parte final, en el regreso al hogar, el relato hubiera girado hacia lo sobrenatural en vez de mantenerse en el realismo lírico. Gustos personales. Enhorabuena, un relato estupendo.

 

Gracias por las palabras, compañero. Desconocía que era desaconsejado el uso de la 2a persona, la verdad.

Agradezco que hagas el apunte de la frase, no es debido a ningún cortapega, pues dudé infinidad de veces entre "Como quisiera que la anciana de piel aceitunada hubiese convencido a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio" y "Como quisiera que la anciana de piel aceitunada hubo convencido a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio" y terminé optando por la primera opción porque me sonaba mejor al oido. No obstante, he hecho la consulta a la RAE y espero recibir respuesta en los próximos días, ya dejaré constancia de la respuesta por aquí.

Ah, una curiosidad bien vista, con el tema de los escorpiones. Bufff no sé cómo voy a explicarlo...

Digamos que los escorpiones son una influencia directa a causa del certamen concreto de este foro. La vuelta de Patapalo, al parecer vive rodeado de ellos, después de tanto tiempo confirmó que no había muerto a causa de la picadura de estos, hipótesis que se había planteado en diversas ocasiones en El Patio. Esa parte del foro es muy extraña. Piensa en una endogamia retroalimentada a sí misma durante más de una década, sus miembros hacen siempre lo mismo, básicamente abrir hilos para hablarse unos a otros de cualquier cosa, resalto cualquier. Los hilos progresan hasta que entra en liza un poblador en concreto, que por otro lado parece sufrir algún tipo de desorden que lo conduce al masoquismo (yo que frecuenté esa parte del foro durante un tiempo todavía no me explico) y entonces empiezan a llover en uno y otro sentido descalificaciones, reproches, etc. obviando por completo el motivo del hilo. Es un ciclo que se repite una y otra vez, una y otra vez... Esa es mi percepción del lugar, aunque creo  que hay gente maja, en realidad, bueno, no estoy del todo seguro... Anyway, el caso es que volví a echar un vistazo cuando descubrí que volvía el certamen para ver cómo era recibido Patapalo y de nuevo lei acerca de un escorpión que se había colado esa misma mañana en su zapato o en su calcetín, no lo recuerdo exactamente.

Y he ahí el Easter Egg, felicidades por atraparlo.

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Patapalo
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Puntos: 208859

Germinal dijo:
Ah, una curiosidad bien vista, con el tema de los escorpiones. Bufff no sé cómo voy a explicarlo...

no Fue en el calcetín. Me había resistido a decir nada, pero reconozco que me encantan estos guiños.

El Patio se podría perfilar con un homenaje a Monterroso: Cuando despertó, el Patio ya estaba ahí.

Es más viejo que OcioZero y de hecho más viejo que Patapalo, o incluso que Akhul. Es como cuando te encuentras un grimorio en La llamada de Cthulhu, que sabes que es peligroso, pero que debe de tener algún conocimiento entre tanta locura y te arriesgas a conservarlo con la sospecha de que es tan poderoso que igual te destruye si te lo pones en contra.

Germinal dijo:
No obstante, he hecho la consulta a la RAE y espero recibir respuesta en los próximos días, ya dejaré constancia de la respuesta por aquí.

Me encanta la idea de la RAE asesorando a los participantes del Polidori.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Danduay
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Poblador desde: 07/05/2020
Puntos: 256

Germinal dijo:

Danduay dijo:

La realidad supera a la ficción, dice el tópico. Me parece muy bueno el detalle de darle a la momia una faceta distinta y sumamente inquietante. En mi humilde opinión, no es una aproximación tangencial sino una aproximación directa a más no poder (creo que ya se entiende, no entro en detalles para no espoilear a nadie).

Los manuales advierten contra el uso de la segunda persona, pero las reglas están para romperlas. Aun así las narraciones en segunda persona pueden hacerse pesadas, dan la impresión de ser imperativas, de estar dando órdenes continuamente al lector. Aun así, el resultado es un texto muy cuidado y que demuestra gran sensibilidad.

El terror se aborda desde ese punto de vista lírico (el de la pérdida) reforzado por el inquietante personaje de La Vieja y el punto de irrealidad de la penúltima parte.

Un apunte: hay una frase extraña, quizá ha habido problemas de "cortapega" ("Como quisiera que la anciana de piel aceitunada hubiese convencido a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio"). Y una curiosidad: también aquí aparecen los escorpiones (como en "El Ashé").

Un cuatro y medio. Quizá le hubiera dado más si en la parte final, en el regreso al hogar, el relato hubiera girado hacia lo sobrenatural en vez de mantenerse en el realismo lírico. Gustos personales. Enhorabuena, un relato estupendo.

 

Gracias por las palabras, compañero. Desconocía que era desaconsejado el uso de la 2a persona, la verdad.

Agradezco que hagas el apunte de la frase, no es debido a ningún cortapega, pues dudé infinidad de veces entre "Como quisiera que la anciana de piel aceitunada hubiese convencido a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio" y "Como quisiera que la anciana de piel aceitunada hubo convencido a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio" y terminé optando por la primera opción porque me sonaba mejor al oido. No obstante, he hecho la consulta a la RAE y espero recibir respuesta en los próximos días, ya dejaré constancia de la respuesta por aquí.

Ah, una curiosidad bien vista, con el tema de los escorpiones. Bufff no sé cómo voy a explicarlo...

Digamos que los escorpiones son una influencia directa a causa del certamen concreto de este foro. La vuelta de Patapalo, al parecer vive rodeado de ellos, después de tanto tiempo confirmó que no había muerto a causa de la picadura de estos, hipótesis que se había planteado en diversas ocasiones en El Patio. Esa parte del foro es muy extraña. Piensa en una endogamia retroalimentada a sí misma durante más de una década, sus miembros hacen siempre lo mismo, básicamente abrir hilos para hablarse unos a otros de cualquier cosa, resalto cualquier. Los hilos progresan hasta que entra en liza un poblador en concreto, que por otro lado parece sufrir algún tipo de desorden que lo conduce al masoquismo (yo que frecuenté esa parte del foro durante un tiempo todavía no me explico) y entonces empiezan a llover en uno y otro sentido descalificaciones, reproches, etc. obviando por completo el motivo del hilo. Es un ciclo que se repite una y otra vez, una y otra vez... Esa es mi percepción del lugar, aunque creo  que hay gente maja, en realidad, bueno, no estoy del todo seguro... Anyway, el caso es que volví a echar un vistazo cuando descubrí que volvía el certamen para ver cómo era recibido Patapalo y de nuevo lei acerca de un escorpión que se había colado esa misma mañana en su zapato o en su calcetín, no lo recuerdo exactamente.

Y he ahí el Easter Egg, felicidades por atraparlo.

 

De nada, gracias a ti por la explicación. Veo que hay todo un trasfondo detrás. A partir de ahora calzarme o ponerme los calcetines no volverá a ser lo mismo :). Intentaré estar al tanto para conocer la respuesta de la RAE.

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Dr. Ziyo
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Vaya, después de esta segunda lectura debo confesar que me he encontrado con un relato realmente bonito. Un lengujaje muy poético y muy cuidado, como ya te ha comentado Efepe, y que te va dejando, al menos a mí, una sensación de tristeza y melancolía al leerlo.

Quiero comentar una cosa que tal vez sea fallo mío, lo más probable, pero en la primera lectura me perdí en el cambio de escena en que la protagonista está hablando con su madre y de repente pasa a estar hablando con la doctora. Me costó un momento entenderlo, hasta que me di cuenta de que eran dos escenas diferentes y me di cuenta también que lo habías hecho notar mediante un espacio doble que yo no percibí en primera instancia. Tal vez, opinión mía subjetiva a tope, poniendo cualquier símbolo separatorio (asteriscos, guiones...) esto resultaría más evidente. Pero si soy el único que te lo comenta, entonces ni caso.

Por otro lado, esa frase rara (para mí) que dice:

"Como quisiera que la anciana de piel aceitunada hubiese convencido a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio".

Me pregunto si sustituyendo ese "quisiera" por un "fuera", resultaría menos extraña.

Felicidades por tu relato. 4,5 estrellas.

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Mzime
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Cuestiones ortoformales aparte, este relato me ha gustado mucho en lo ambiental y en lo literario, a pesar del uso de la segunda persona. Yo la odio  -lo he dicho ya incluso así en otras ediciones- porque nunca me la creo. Nunca veo al narrador contándole cosas que este ya sabe, pues las hace o las hizo, al protagonista de los hechos. Pero está tan bien llevada en este caso que casi parece más una introspección creíble, un contemplarse a sí misma desde fuera, disociada por el trauma. Muy bien creado el paisaje personal de la protagonista.
En lo del subgénero, ya no lo tengo tan claro. Si acaso, más por parte de la Vieja que del litopedión. Y en cuanto a la momia como monstruo, pues...
En todo caso, y si no fuera por las más que buenas maneras en las que el caramelo viene envuelto, no consideraría tanto este relato, el cual con una mayor fosquedad hubiera superado, sin duda, las cuatro estrellas en mi valoración. 

 

"Si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina acompañado", (proverbio masái)..

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Germinal
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Puntos: 1307

Mzime dijo:

Cuestiones ortoformales aparte, este relato me ha gustado mucho en lo ambiental y en lo literario, a pesar del uso de la segunda persona. Yo la odio  -lo he dicho ya incluso así en otras ediciones- porque nunca me la creo. Nunca veo al narrador contándole cosas que este ya sabe, pues las hace o las hizo, al protagonista de los hechos. Pero está tan bien llevada en este caso que casi parece más una introspección creíble, un contemplarse a sí misma desde fuera, disociada por el trauma. Muy bien creado el paisaje personal de la protagonista.
En lo del subgénero, ya no lo tengo tan claro. Si acaso, más por parte de la Vieja que del litopedión. Y en cuanto a la momia como monstruo, pues...
En todo caso, y si no fuera por las más que buenas maneras en las que el caramelo viene envuelto, no consideraría tanto este relato, el cual con una mayor fosquedad hubiera superado, sin duda, las cuatro estrellas en mi valoración. 

 

Muchas gracias por la valoración.

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Germinal
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Respuesta de la RAE sobre la frase en cuestión:

@RAEinforma

¿Es correcto decir "como quisiera que los hubiese convencido para que la dejasen en paz continuaba siendo un misterio" o "como quisiera que los hubo convencido para que la dejasen en paz continuaba siendo un misterio"? #dudaRAE Gracias

#RAEconsultas Lo correcto en este caso es utilizar el pretérito imperfecto de subjuntivo: «Cómo quisiera que los hubiese convencido». En el caso que plantea, no es correcto el uso del pretérito anterior.

 

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Efepe
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Germinal dijo:

Respuesta de la RAE sobre la frase en cuestión:

@RAEinforma

¿Es correcto decir "como quisiera que los hubiese convencido para que la dejasen en paz continuaba siendo un misterio" o "como quisiera que los hubo convencido para que la dejasen en paz continuaba siendo un misterio"? #dudaRAE Gracias

#RAEconsultas Lo correcto en este caso es utilizar el pretérito imperfecto de subjuntivo: «Cómo quisiera que los hubiese convencido». En el caso que plantea, no es correcto el uso del pretérito anterior.

 

Joder, con consultas a la RAE y todo. Nos darán algún diploma por partucipar en tan distinguido certamen, ¿no?

EFePe

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Patapalo
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no

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Danduay
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Germinal dijo:

Respuesta de la RAE sobre la frase en cuestión:

@RAEinforma

¿Es correcto decir "como quisiera que los hubiese convencido para que la dejasen en paz continuaba siendo un misterio" o "como quisiera que los hubo convencido para que la dejasen en paz continuaba siendo un misterio"? #dudaRAE Gracias

#RAEconsultas Lo correcto en este caso es utilizar el pretérito imperfecto de subjuntivo: «Cómo quisiera que los hubiese convencido». En el caso que plantea, no es correcto el uso del pretérito anterior.

 

La clave era la tilde, el "cómo" acentuado. Así la frase cobra el sentido interrogativo y se entiende.

 

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Mzime
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Sin embargo, yo creo que el problema no está ahí, ni en la consulta efectuada a la RAE, sino en una mala elección del verbo "querer" que, por otra parte creo yo que se debe a un cambio de orientación y posterior corrección. Estimo que el autor solo pretende apuntar  que sigue siendo un misterio el cómo la vieja convenció a las autoridades. Sin más. Y para eso solo es necesario cambiar el verbo querer y los tiempos verbales:

"Cómo fue (o fuera) que la anciana de piel aceitunada convenciera (o convenció,si se sigue la línea de "fuera") a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio". 

"Si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina acompañado", (proverbio masái)..

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Germinal
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Mzime dijo:

Sin embargo, yo creo que el problema no está ahí, ni en la consulta efectuada a la RAE, sino en una mala elección del verbo "querer" que, por otra parte creo yo que se debe a un cambio de orientación y posterior corrección. Estimo que el autor solo pretende apuntar  que sigue siendo un misterio el cómo la vieja convenció a las autoridades. Sin más. Y para eso solo es necesario cambiar el verbo querer y los tiempos verbales:

"Cómo fue (o fuera) que la anciana de piel aceitunada convenciera (o convenció,si se sigue la línea de "fuera") a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio". 

Toda la razón, la idea es la que has expuesto, por algún motivo adopté el quisiera en lugar del fuera. No obstante, a raíz de lo que apuntas me surge la duda de la acentuación de eso cómo. Se me hace muy extraño ver la acentuación de ese cómo en expresiones como "como sea que" o "sea como sea". Se podría argumentar que tiene carácter interrogativo, pero me sigue rechinando.

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Dr. Ziyo
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Germinal dijo:

Mzime dijo:

Sin embargo, yo creo que el problema no está ahí, ni en la consulta efectuada a la RAE, sino en una mala elección del verbo "querer" que, por otra parte creo yo que se debe a un cambio de orientación y posterior corrección. Estimo que el autor solo pretende apuntar  que sigue siendo un misterio el cómo la vieja convenció a las autoridades. Sin más. Y para eso solo es necesario cambiar el verbo querer y los tiempos verbales:

"Cómo fue (o fuera) que la anciana de piel aceitunada convenciera (o convenció,si se sigue la línea de "fuera") a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio". 

Toda la razón, la idea es la que has expuesto, por algún motivo adopté el quisiera en lugar del fuera. No obstante, a raíz de lo que apuntas me surge la duda de la acentuación de eso cómo. Se me hace muy extraño ver la acentuación de ese cómo en expresiones como "como sea que" o "sea como sea". Se podría argumentar que tiene carácter interrogativo, pero me sigue rechinando.

Yo creo que en este caso sí que va acentuado porque se interpreta como "de qué manera".  Pienso que quedaría así, aunque es una frase que me sigue sonando rara:

De qué manera fue que la anciana de piel aceitunada convenció a las autoridades...

Yo la habría dejado así, eliminando el fue o fuera:

Cómo (de qué manera) la anciana de piel aceitunada había convencido a las autoridades, etc...

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Stendek
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Puntos: 198

Este no es solo un excelente relato, sino que es un inmenso relato; sin duda, el mejor de todos los que he leido hasta ahora. Pero le voy a poner dos pegas:

1- No es para nada un relato de terror, ni fosco, ni de ninguna otra clase. 

2- A lo mejor parezco muy detallista, pero para  considerar a un litopedion una momia, hay que estirar muchísimo la definición.

Igual, felicitaciones a Germinal por esta joya. En otro lugar, le daria como un millón de puntos.

Un saludo,

Javier Garrido B.

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Dr. Ziyo dijo:

Germinal dijo:

Mzime dijo:

Sin embargo, yo creo que el problema no está ahí, ni en la consulta efectuada a la RAE, sino en una mala elección del verbo "querer" que, por otra parte creo yo que se debe a un cambio de orientación y posterior corrección. Estimo que el autor solo pretende apuntar  que sigue siendo un misterio el cómo la vieja convenció a las autoridades. Sin más. Y para eso solo es necesario cambiar el verbo querer y los tiempos verbales:

"Cómo fue (o fuera) que la anciana de piel aceitunada convenciera (o convenció,si se sigue la línea de "fuera") a las autoridades para que los dejasen residir en aquel valle continuaba siendo un misterio". 

Toda la razón, la idea es la que has expuesto, por algún motivo adopté el quisiera en lugar del fuera. No obstante, a raíz de lo que apuntas me surge la duda de la acentuación de eso cómo. Se me hace muy extraño ver la acentuación de ese cómo en expresiones como "como sea que" o "sea como sea". Se podría argumentar que tiene carácter interrogativo, pero me sigue rechinando.

Yo creo que en este caso sí que va acentuado porque se interpreta como "de qué manera".  Pienso que quedaría así, aunque es una frase que me sigue sonando rara:

De qué manera fue que la anciana de piel aceitunada convenció a las autoridades...

Yo la habría dejado así, eliminando el fue o fuera:

Cómo (de qué manera) la anciana de piel aceitunada había convencido a las autoridades, etc...

Sin duda, tendré que darle una vuelta a esa frase no

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Stendek dijo:

Este no es solo un excelente relato, sino que es un inmenso relato; sin duda, el mejor de todos los que he leido hasta ahora. Pero le voy a poner dos pegas:

1- No es para nada un relato de terror, ni fosco, ni de ninguna otra clase. 

2- A lo mejor parezco muy detallista, pero para  considerar a un litopedion una momia, hay que estirar muchísimo la definición.

Igual, felicitaciones a Germinal por esta joya. En otro lugar, le daria como un millón de puntos.

Un saludo,

Javier Garrido B.

Muchas gracias por el comentario, ya me puedo ir satisfecho a dormir hoy.

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Curro
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Un relato excelente que me resulta sin embargo difícil de comentar y valorar.

Siempre me ha gustado mucho cómo escribe el autor, desde que lo descubrí en el Polidori de hombres-lobo. Con esto se ha superado; es un texto cuidadísimo, mimado (uso mucho ese término en este Polidori, pero siempre con motivo), medido al detalle. Me gusta comprobar cuando leo los comentarios que incluso algunas estructuras gramaticales que a mí me también me llamaron la atención no han sido introducidas a la ligera, sino que se le ha dado una vuelta a todo (con mayor o menor éxito; a mí me suelen gustar más las frases sencillas, que no requieran pararse a pensar si están bien o mal escritas desde el punto de la gramática, pero esto es personal).

El tiempo presente no siempre queda bien, sobre todo en segunda persona; me chirriaba algo al principio porque intuía que había alguien mirando, alguien que seguía a la protagonista e iba contando la historia, pero al final se comprende que expresa quizás las propias reflexiones de la mujer. Ahora creo que es el mejor tiempo verbal, en efecto; aplaudo la decisión.

La historia en dos tiempos engancha. Los elementos intrigantes que se introducen ―la comuna hippie, la vieja, el litopedion― y la magistral narración envuelven todo en un aura de misterio que me dejó fascinado por completo.

El primer detalle negativo a señalar es el sueño que tiene en el que se ve de vuelta en Montfosc… para luego despertar y volver en realidad. Quizás sea un detalle importante que me he perdido, pero no veo la necesidad de hacer ese primer viaje onírico seguido de uno… físico… Da cierta sensación de repetición.

Y el final… me desinfla un poco. (Aviso legal: en general, suelo tener serios problemas con los finales, tanto cuando asumo el rol de lector como cuando asumo el de escritor). Entiendo que enterrar el litopedion en el lugar al que pertenece ―que es evidentemente la vieja casa de piedra― es un intento de dejar atrás el pasado, y que se da a entender que esto a veces no es tan sencillo. Yo… esperaba más. Algo más potente que esta metáfora. La idea de que aquella mujer llevara a su hijo momificado dentro de su ser durante años es muy poderosa e hizo volar mi imaginación; puede que sea problema mío por querer darle un enfoque fantasioso, pero mi sensación final no fue del todo agradable. Puede que, una vez más, me perjudique cierta predisposición generada por la temática del certamen, que si leyera este relato en cualquier otro momento y sin estar dentro del certamen me hubiera gustado mucho más.

No obstante, eso no resta genialidad al relato, que sin duda es estupendo y muestra una calidad envidiable; y esta palabra tiene mucho peso cuando los que estamos comentando somos ―o pretendemos ser― también escritores. Por ello, se lleva cuatro estrellas para la saca.

Por cierto, ¿es que nadie va a comentar que suena a Monte fosco en francés o catalán? :D

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Patapalo
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Puntos: 208859

Curro dijo:

Por cierto, ¿es que nadie va a comentar que suena a Monte fosco en francés o catalán? :D

No suelo decir mucho de estos guiños, pero reconozco que me encantan y esta convocatoria los autores nos habéis dejado unos cuantos.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
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Muchas gracias por la valoración, Curro, la esperaba con especial interés.

En cuanto a Montfosc, efectivamente es una construcción de nombre típicamente catalán como Montblanc (monte blanco) o Montserrat (monte serrado), en este caso su significado es monte oscuro.

Ya que estamos, explico que este emplazamiento inventado (es curioso que no exista un Montfosc y sin embargo sí una Vallfosca) tiene su origen en uno de los primeros relatos que escribí hace años. De hecho, es hasta la fecha el texto de mayor longitud que he conseguido articular con casi 5000 palabras que debido a su ígneo desenlace reciclé sin ningún pudor para la convocatoria del Calabazas con la temática fuego. Así que, siendo honesto, es la segunda vez que utilizo Montfosc como mi Arkham particular. Y no descarto que haya una tercera, pues años atrás no conseguí que cobrase forma la idea primigenia que tuve sobre Montfosc cuando intenté plasmarla y la historia se fue por otros derroteros.

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Curro
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Poblador desde: 24/09/2015
Puntos: 1048

Germinal dijo:

Muchas gracias por la valoración, Curro, la esperaba con especial interés.

En cuanto a Montfosc, efectivamente es una construcción de nombre típicamente catalán como Montblanc (monte blanco) o Montserrat (monte serrado), en este caso su significado es monte oscuro.

Ya que estamos, explico que este emplazamiento inventado (es curioso que no exista un Montfosc y sin embargo sí una Vallfosca) tiene su origen en uno de los primeros relatos que escribí hace años. De hecho, es hasta la fecha el texto de mayor longitud que he conseguido articular con casi 5000 palabras que debido a su ígneo desenlace reciclé sin ningún pudor para la convocatoria del Calabazas con la temática fuego. Así que, siendo honesto, es la segunda vez que utilizo Montfosc como mi Arkham particular. Y no descarto que haya una tercera, pues años atrás no conseguí que cobrase forma la idea primigenia que tuve sobre Montfosc cuando intenté plasmarla y la historia se fue por otros derroteros.

Tío, pues te juro que mi reseña tenía un último párrafo que no escribí porque veía demasiado personal. Era algo así como...:

Montfosc es uno de esos lugares que invitan a ser recurrentes en los relatos del autor. Esto lo digo por el misterio que genera lo poco que se cuenta de él, la magia que parece envolverlo y la fuerza del personaje de la vieja.

Ahora me da rabia no haberlo dejado escrito, habría acertado...

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Curro dijo:

Germinal dijo:

Muchas gracias por la valoración, Curro, la esperaba con especial interés.

En cuanto a Montfosc, efectivamente es una construcción de nombre típicamente catalán como Montblanc (monte blanco) o Montserrat (monte serrado), en este caso su significado es monte oscuro.

Ya que estamos, explico que este emplazamiento inventado (es curioso que no exista un Montfosc y sin embargo sí una Vallfosca) tiene su origen en uno de los primeros relatos que escribí hace años. De hecho, es hasta la fecha el texto de mayor longitud que he conseguido articular con casi 5000 palabras que debido a su ígneo desenlace reciclé sin ningún pudor para la convocatoria del Calabazas con la temática fuego. Así que, siendo honesto, es la segunda vez que utilizo Montfosc como mi Arkham particular. Y no descarto que haya una tercera, pues años atrás no conseguí que cobrase forma la idea primigenia que tuve sobre Montfosc cuando intenté plasmarla y la historia se fue por otros derroteros.

Tío, pues te juro que mi reseña tenía un último párrafo que no escribí porque veía demasiado personal. Era algo así como...:

Montfosc es uno de esos lugares que invitan a ser recurrentes en los relatos del autor. Esto lo digo por el misterio que genera lo poco que se cuenta de él, la magia que parece envolverlo y la fuerza del personaje de la vieja.

Ahora me da rabia no haberlo dejado escrito, habría acertado...

no

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