¡Salve!
Por fin podemos anunciaros que estamos desarrollando y avanzando a buen ritmo con "ONUS! Traianus". Estamos trabajando en las ilustraciones de cada una de las unidades, así como en el testeo de sus atributos y habilidades, en los escenarios y campañas, en los generales y en el nuevo manual revisado de ONUS!, más completo y con más ejemplos.
ONUS! Traianus será un juego completo, con su propio motor de cartas de Órdenes y Eventos, más específicos para la guerra en la Antigüedad en época del Imperio Romano, especialmente durante los siglos I y II. Pero también se podrá combinar con el anterior juego «ONUS! Roma vs Cartago», «Griegos y Persas» y «Terreno y Fortalezas».
Pretendemos que el juego sea enorme, con 6 facciones y cerca de 80 tipos unidades...
¡Pero habrá muchas más facciones, muchos más generales, muchas más campañas y... muchas más unidades que en todos los juegos anteriores juntos!
Poco a poco os iremos enseñando más información sobre el nuevo ONUS!
Para comenzar os incluyo una introducción escrita por nuestro amigo David Soria, doctor en historia y especialista en Trajano, qué nos está guiando en esta apasionante aventura y reto, para meter en una caja una parte tan importante de la Historia que nos haga soñar, recrear y disfrutar con infinitas posibilidades.
El rítmico estruendo de la columna de legionarios, marchando a través del alargado puente sobre el Danubio, se traga el repiqueteo de la lluvia y, con él, la calma que imperaba desde el alba. En un alto cercano a la orilla, Marco Ulpio Trajano, emperador de Roma, contempla a su ejército marchando hacia el interior de Dacia, mientras las gotas caídas del cielo resbalan por su cesárea faz. Aún no lo sabe, pero acaba de poner en marcha una guerra que cambiará para siempre el rostro de Europa. Las guerras dácicas (101-106 d.C.) a las que acaba de dar inicio acabarán con la muerte del astuto rey dacio Decébalo, la conversión de su reino en una nueva provincia romana, y la derrota de sus poderosos aliados germanos y sármatas.
Conocido por sus victorias y ducho en el arte de la guerra, Trajano, sin embargo, no tendrá suficiente. Acariciando el recuerdo de Alejandro Magno, soñará con la conquista de todo Oriente, con emular al afamado macedonio y convertirse él mismo en leyenda inmortal. Su ambición le llevará a atravesar Armenia y Mesopotamia con sus ejércitos, poniendo contra las cuerdas al formidable Imperio Parto. Será entonces cuando, aclamado como Optimus Princeps por el Senado, sentado a las orillas del Golfo Pérsico entre el sonido de lenguas extrañas, Trajano extenderá su mano tratando de asir, inútilmente, esa nave de mercaderes que parte hacia el Sol naciente, a la lejana India. Aunque jamás podrá cumplir su sueño de extender su manto hasta más allá del Indo, falleciendo camino de Roma, anciano y agotado, en mitad del decidido contraataque parto y la rebelión de buena parte de los territorios conquistados. Trajano se convertirá en sinónimo del emperador perfecto, en espejo en el que los césares sucesores habrán de mirarse, gustosos o no.
Será su sucesor, Publio Elio Adriano, quien lidie los ataques de dacios libres y sármatas en las fronteras de Dacia, y quien sofoque la rebelión de los celtas en Britania, que amenazará con expulsar al poder romano de la isla, devolviendo la paz a un Imperio romano que entra en su Edad Dorada.
Muy pronto, también vosotros seguiréis los pasos de los césares y los de sus enemigos. A vosotros corresponderá tomar el mando de los ejércitos de Roma, Partia, Dacia, Germania, Sarmatia o Britania, y lanzaros a la batalla por la gloria.
¿Cumpliréis, al fin, el sueño de Trajano y abrevaréis vuestros caballos en el Ganges?
¿Tomaréis el testigo de los grandes reyes partos y devolveréis a Oriente la gloria que le corresponde?
¿O descenderéis de las brumosas montañas de Dacia para hacer de ambas orillas del Danubio vuestro dominio indiscutible?
¡Vuestra es la elección y el destino del Mundo Antiguo!
¡Salve!
En «ONUS! Traianus» tendrán gran importancia las dos Guerras Dácicas. En la Primera (101-102 d.C.) los romanos, al mando de generales como Trajano, Laberio Máximo y Licinio Sura, tendrán que enfrentarse a dacios, bastarnos y sármatas roxolanos, dirigidos por Decébalo, Vezinas, Diegis, Susago, Inismeo y Adelmaro. En la Segunda Guerra Dácica (105-106 d.C.) los generales romanos tendrán que volverse a enfrentar a los dacios de Decébalo, tras duras derrotas que finalmente desencadenaron la victoria del Imperio.
Os incluimos una muestra de las unidades que se están desarrollando y testeando, en el siguiente orden:
Nobles dacios – Catafractos nobles sármatas
Arqueros a caballa esteparios – Legionarios desertores (luchando con Dacia)
Lenguas de bruma descienden desde las montañas que rodean Sarmizegetusa Regia, capital del reino dacio. Lentamente envuelven árboles, prados y rocas, como si de un etéreo torrente a cámara lenta se tratara. Desde lo alto del Área Sacra, entre las columnas de sus templos y santuarios, los ojos del rey Decébalo recorren, embrujados, el espectáculo que el gris amanecer brinda a quien pueda mirarlo. Solo empujado por su ambición, consigue arrancarse a sí mismo de su abstracción para descender las escalinatas, seguido de inmediato por los nobles, a la par próceres y sacerdotes del reino, que le aguardaban con callada paciencia. Confían en él, en aquel al que los romanos comparan con el mismísimo Aníbal. Le siguieron cuando aplastó a todo un ejército romano en tiempos del emperador Domiciano y le seguirán ahora, hacia la gloria o hacia el abrazo de la eternidad que su dios, Zalmoxis, desde lo alto de los tormentosos cielos, promete a los puros y valientes en lugar de la muerte.
Los últimos mensajeros dijeron que Trajano había atravesado el Danubio con su ejército y que marchaba hacia el interior del reino, decidido. Al pie de las ciudadelas y montañas que protegen el corazón de Dacia, un poderoso ejército les aguarda ya, a las órdenes de Vezinas, sumo sacerdote y hermano del propio Decébalo, quien se encamina para reunirse con él para la batalla que está por llegar. En el estrecho al que la localidad de Tapae da nombre, aguardarán a las legiones romanas. Allí se medirán con ellas de nuevo.
Mientras tanto, una tempestad se está formando en el Este. Sin que Trajano parezca haberlo advertido, los más fieles y arrojados aliados de Decébalo, los sármatas roxolanos y sus hermanos bastarnos, de germánica sangre, concentran sus fuerzas bajo las órdenes de sus reyes, Inismeo y Susago, y de la esposa de este, Ziais, la hermana más joven del soberano dacio. Cuando llegue el momento, sus huestes de diestros jinetes y estoicos guerreros cruzarán el Danubio hacia suelo romano, decididos a cumplir el sueño, largamente acariciado, de expulsar a Roma y conquistar para los dacios y sus aliados toda la región.
Toda la Europa danubiana se verá sacudida por un conflicto que decidirá el destino del mundo romano. El emperador Trajano se enfrenta al mayor desafío conocido por Roma, desde que la poderosa Cartago pugnara por defender su hegemonía sobre el Mediterráneo occidental: hoy la entente dácica se ha levantado finalmente, cual jauría de lobos, a la caza de su propio destino como superpotencia, un premio por el que los dioses exigen la sangre del gigante romano. Mas el gigante no está dispuesto a dejarse vencer sin lucha. De la mano de Marco Ulpio Trajano, nombres como el del futuro emperador Adriano, Lusio Quieto o Laberio Máximo, escribirán la historia de la última gran conquista del águila romana, la que la consagrará definitivamente como la señora indiscutible de toda Europa.
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