Levanté los ojos y allí estaba: la mujer de mis sueños. Y no quiero decir mi mujer ideal, sino la que se me había estado apareciendo en sueños últimamente. Con todos sus gloriosos detalles: el pelo largo y brillante, la estilizada figura y aquellos ojos color miel de aspecto tan triste… que yo recordaba haber visto alguna vez alegres y chispeantes. ¿Pero cómo podía recordarlos haciendo chiribitas si era la primera vez que veía semejante belleza en carne y hueso?
Se acercó directamente hacia mi escritorio, ignorando al oficial de guardia y las miraditas de mis compañeros, me sonrió y aquella voz de mis sueños, puro almizcle y terciopelo, se deslizó perezosa entre sus labios, como si no quisiera abandonar un lugar tan agradable, y me llamó por mi nombre:
– Qué alegría verte, Dxnw. Klte ñflñjñ añ gg –a g a.z-..-…….s ------
Fallo de sistema.
Localización: módulo DAG - 3/6/2020.
Clasificación: época inicial, conservación pobre (archivo inicial dañado), recuperación fragmentaria.
Informe de actividad: programada reproducción secuencial en bucle de bloques recuperados.
Ámbito de permeabilidad: permeabilidad pasiva operativa, no detectada permeabilidad activa.
Acción programada: activar bloque siguiente.
El hecho de que aquella hermosa desconocida conociera mi nombre dejó de tener importancia cuando su voz susurrante acarició mis oídos de una forma tan cariñosa, que un escalofrío de placer se derramó desde mi nuca, cayendo en tromba por mi espalda de forma tumultuosa; torrencial hasta tal punto que, realmente, me dio la impresión de que toda la comisaría había oído cómo este pobre funcionario caía enamorado para siempre, arrojado sin remedio por aquella catarata con forma de mujer, ahogado perdidamente en su amorosa presencia.
– Seré tu perrito faldero para siempre –me oí decir a mí mismo en medio de los socarrones comentarios de media comisaría.
No me importaron las bromas de los compañeros porque la mujer, sus ojos… Esos luceros de miel chispearon un instante al oír aquella tontería mía, mostrando la alegría brillante y esplendorosa que recordaba haber visto alguna vez tras sus airosas pestañas. Enseguida, para mi desgracia, la luz de mi vida se apagó en sus pupilas y una tristeza antigua, infinita, silenció su risueña mirada. Y su sonrisa se volvió lejana y melancólica, marchitando aquellos suaves labios de seda que me suplicaban…
– Recuerda, mi travieso trovador, recuerda…
Fallo de continuidad.
Acción programada: activar bloque siguiente.
Como si despertara de un sueño continué con mi trabajo hasta terminar el retrato robot. Temblando por dentro igual que un adolescente di la vuelta al monitor y le mostré el rostro a la hermosa mujer.
– Se… ¿Se parece a éste? El hombre que la acosa…
– Olvida eso y acuérdate de mí. Ya me ayudaste con él, todo salió bien, ¿recuerdas? Casi todo… No te preocupes por aquello, ya da igual. Lo que importa es… ahora; nosotros. Ahora importa que te acuerdes de nosotros, de mí y de ti. Acuérdate de nosotros, cariño. ¡Acuérdate de mí! ¡ACUÉRa··ñk--a—bh.aX .ldf
Sobrecarga (fallo cíclico).
Acción programada: continuar con protocolo (revisión de módulo acoplado).
Módulo acoplado: ADA - 15/2/2057.
Clasificación: época inicial, conservación buena, recuperación óptima.
Permeabilidad pasiva (operativa): limitada a Módulo DAG - 3/6/2020.
Permeabilidad activa (operativa): limitada a Módulo DAG - 3/6/2020.
Acción programada: reproducción en bucle de bloque clave (seleccionado por sujeto pre-módulo ADA - 15/2/2057).
Ni siquiera en aquel despacho tan pulcro podía olvidar dónde estaba, porque el olor a desinfectante lo impregnaba todo. O quizá se me había quedado grabado en la mente. O adherido a la nariz, quién sabe. Quizá no debería haber visitado la sala de conservación…
– ¿Está bien, señora?
– Sí, no se preocupe. Es este sitio, el ambiente. Ese olor picante… –contesté al técnico, tratando de sonreír un poco.
Me ofreció un café, al lado del escritorio tenía una de esas cafeteras de cápsulas tan de moda. Acepté. El olor torrefacto se extendió poco a poco por la habitación e hizo que me sintiera aliviada; aunque no iba a poder beber mucho, la edad empezaba a pesarme. Y justo ahora mi marido había tenido que partir, precisamente en el invierno de nuestra vida... Traté de contenerme. No quería emocionarme, debía estar serena, atenta y firme; nada de temblores de ancianita ahora, debía tomar esta decisión con la mente clara. Sabía que me agarraba a un clavo ardiendo. A un clavo ardiente que todavía nadie había clavado; es que ni siquiera lo habían fabricado… pero, aun así, era lo único que tenía.
– Tenga, disculpe que no tenga una taza –dijo el técnico poniéndome un vaso de plástico entre las manos.
Aspiré un instante el tranquilizador aroma, cálido y familiar, tratando de serenarme para que mi voz no temblara demasiado al dar mi consentimiento:
– Adelante.
El técnico me miró fijamente y asintió.
– Es una buena decisión. Créame, señora. Pondremos el proceso en marcha ahora mismo; pero antes, una pequeña formalidad: debe leer y firmar esta autorización.
El técnico me pasó un texto en el que, con mi firma, autorizaba a que criogenizaran el cerebro de mi marido. Lo poco que había quedado tras el tiro que le metió aquel maldito acosador en cuanto salió de la cárcel. La empresa se comprometía a conservar el órgano hasta que, en un futuro, existiera la tecnología necesaria para “reactivarlo”, “reproducirlo”, “extraer sus datos” o lo que fuera posible hacer con él una vez incorporado su “contenido vital” a algún sistema “informático o de cualquier tipo similar” que llegara a fabricarse. O sea, un clavo ardiendo; sin clavo y sin clavar, pero agarrarme a aquella nada era todo lo que podía hacer.
Firmé inmediatamente y el técnico me pasó otro formulario para autorizar mi propia criogenización “en el momento de mi muerte o antes, si mi salud mental diera muestras de deterioro de algún tipo”.
– Tenga fe, señora. Piense en los antiguos egipcios, ellos intuyeron algo. Que algún día, quién sabe cómo, sería… será posible devolver a la vida a los muertos. Algunos científicos hablan de “regenerar” individuos concretos a partir del ADN. Nosotros vemos más viable la extracción de recuerdos y su incorporación a sistemas informáticos o análogos. Al menos para conservar o reproducir personalidades individuales. Con el ADN se reproduciría sólo un cuerpo, creemos; pero, ¿y sus recuerdos, su forma de ser? Eso es lo que va a preservar usted. Antes o después, usted y su marido serán devueltos a la vida, confíe en nosotros. Recuerde lo que le digo. Tenga presente esta conversación en su memoria y no la olvide nunca. Póngaselo fácil a los científicos del futuro, que sepan que usted quiere… “recuperar” a su marido.
Informe de actividad: fin de bloque seleccionado (módulo ADA - 15/2/2057).
Acción programada: revisar informe de permeabilidad de módulo acoplado (DAG - 3/6/2020).
Informe de permeabilidad módulo DAG - 3/6/2020: permeabilidad pasiva operativa, permeabilidad activa no detectada.
Acción programada: continuar con el acoplamiento de ambos módulos y las reproducciones en bucle programadas.
Acción alternativa propuesta por el sistema: valorar la posibilidad de desconexión y borrado de ambos módulos.
Resultado acción alternativa propuesta por el sistema: dada la falta de operatividad de la permeabilidad activa del módulo DAG - 3/6/2020 se decide el borrado de este módulo y de su módulo acoplado ADA - 15/2/2057. Dada la condición de módulos-piloto de ambos y el fracaso de su reactivación combinada se propone el borrado del banco completo (todos los módulos conservados) previa comprobación rutinaria de vida orgánica exterior o interior.
Comprobación rutinaria de vida orgánica exterior o interior: inexistente e inviable dadas las condiciones climato-atmosféricas actuales y previstas.
Acción: estudiadas y valoradas las dos entradas inmediatamente anteriores, se procede al borrado completo de todos los módulos conservados.
Informe de actividad: borrado efectuado.
Informe de actividad: ausencia de actividad.
Informe de actividad: ausencia de actividad.
Informe de actividad: ausencia de actividad.
Acción propuesta por el sistema: dada la ausencia de actividad en el sistema, de vida orgánica exterior o interior y de condiciones compatibles con ésta, presentes o futuras, se propone la desactivación del sistema.
Acción final: estudiada y valorada la entrada inmediatamente anterior, se procede a la desactivación del sistema.
*Cualquier parecido con la novela de Dickens… es poco probable.
Relato admitido a concurso.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.