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Un relato de corte bastante clásico, pero bien ejecutado. Un poco desaprovechada, a mi parecer, la parte en la que la difunta comienza a comunicarse. Creo que se podría haber buscado un impacto mayor en el lector. No es que sea particularmente sorprendente, pero debería ser uno de los momentos escalofriantes del relato. La pelea final, por el contrario, me ha parecido muy bien resuelta, dinámica y contundente.

En el apartado formal, hay algunas cosas que revisar. Falta, por ejemplo, alguna coma (como entre "Mierda" y "Curita"), unas cuantas tildes, la cursiva para el nombre del perro es innecesaria y hay alguna construcción extraña, como "ver por ir al ambulatorio". Tampoco afea el conjunto del relato, en cualquier caso.

El tema de los modismos en algún momento me sacó de la lectura. No había oído nunca el término de "bóveda" para toda la cripta. Tampoco "zafar" como retirar o quitar. Siempre son interesantes estas cosas. Sin embargo, hay otros usos que veo menos apropiados. Por ejemplo, si los tornillos están podridos, no veo qué problema hay en zafar la tapa. Estarán más bien oxidados o soldados por la corrosión.

En conjunto, creo que es un buen relato al que quizás le falta un poco de intensidad o un giro de tuerca.

Sí, eso debe de ser. Cité de memoria. La verdad es que no tomo notas para hacer los comentarios porque prefiero quedarme con lo que de verdad me marca.

En cuanto a las correcciones, en efecto no se pueden añadir durante el concurso, pero luego sí en la antología si el relato es seleccionado.

Los protagonistas de este relato, auténticos maleantes, acaban recibiendo el castigo por sus actos perpetrados a través de los años. La trama no incorpora nada novedoso, aunque no por ello deja de ser una historia muy bien hilada.

Hago algunos apuntes sobre errores en la escritura ya que he encontrado unos cuentos: varios tú sin acentuar, acentos perdidos en: pérdida, está casi se desmoronó, hacía quizás un siglo, tanteó, eclipsó… El uso de cursivas/comillas creo que ya lo he comenté en el relato de algún otro autor americano, en cualquier caso, o se emplea una u otra, por lo que me ha chirriado doblemente leer “el Cura”, porque entiendo además que los nombres propios no deberían escribirse en cursiva. También hay una cursiva perdida en “Claro que es una momia” o quizás es intencionado y trata de dar énfasis, ahí lo dejo por las dudas. Una frase a enmendar especialmente ya que convergen dos errores: “—¿Y esta mierda para dónde va ahora?”

He echado en falta también en algún diálogo los signos de exclamación por ejemplo en: “—Que bajes, coño”, aunque quizás esto sea lo más subjetivo de todo.

Por otro lado, me ha resultado agradable encontrar ciertos modismos hispanoamericanos.

Voy a valorar el relato con 3,5 estrellas. Felicidades y gracias por compartirlo.

Los leves errores ortotipográficos no entorpecen la lectura. Muy conseguida la ambientación y tipos. Cuando califica de hedor el olor a azahar se me hace raro porque es algo intenso pero no desagradable, lo dejaría en fragancia agobiante o algo así.

Cuatro estrellas: ****

Creía haber comentado este relato, pero veo que no. En algún momento durante la lectura y valoración de las obras debí de perder el hilo. Pero tranquilo porque tengo a mano las anotaciones, así que será como si lo comentara recién leído.

Buen cuento, muy tétrico. El autor ha ido a lo fácil (y no es una crítica negativa): si todo comienza con unos tíos excavando en un cementerio, los lectores que abundamos por estos lares vamos a abordar la lectura con mucho interés (si algo nos gusta más que los entierros son los desentierros). Pero, aunque se parta de una base tradicional y poco arriesgada, se hace con gran maestría y se aportan muchos detalles diferenciadores muy a tener en cuenta: la particularidad personalidad del trío protagonista (unos motes muy bien escogidos, les dan mucha personalidad y permiten al lector saber quién es quién sin gran esfuerzo mental), su reacción ante las distintas situaciones que encuentran y el “subrealismo realista” que empapa todo. Son factores que enriquecen mucho la experiencia. Ayer cené croquetas y pensé: las croquetas es algo que gusta a todo el mundo, pero si encima son buenas croquetas, ya es la leche. Pues eso, este relato son croquetas muy bien cocinadas.

Tras compartir mi absurdo simil culinario que poco venía a cuento (lo siento), prosigo: Todo se tuerce un poco conforme la historia avanza y uno siente que la momia se deja un poco de lado. La discusión sobre qué hacer con la misma o cuánto y cuándo cobrará el sobrino se disfrutan porque están muy bien escritas y los personajes son carismáticos, pero en el fondo el lector empieza a desear saber más de la momia y qué va a suceder con ella. Cuando los acontecimientos prosiguen tras un salto temporal de casi una semana (todo un acierto, desde mi punto de vista, porque sirve para “dejar macerar” el horror e incomodar al lector que piensa que allí se va a encontrar una buena movida), mis expectativas se desinflaron un poco al encontrarme… lo mismo… Cierta obsesión del Cura con la momia como ya la tuvo antes el Mono. El cierre de la historia también es ya previsible. Al final todo gira en torno a la momia pero sin la momia, por decirlo de otro modo.

En resumen… Hay muchos ingredientes de primera (una exhumación, una momia muy misteriosa que da mucho miedo, obsesiones perversas, traición), pero el resultado no termina de convencerme. Quizás porque no se ahonda en la parte antinatural y se le da la importancia que merece; o, al revés, no se aligera esa parte antinatural y se hace cuestionable para que el lector pueda tener la libertad de plantearse si en verdad el cadáver tiene algo mágico o simplemente los personajes son unos (lo diré ahora que creo que todavía no es políticamente cuestionable, mañana igual alguien se dedica a reunir firmas y tengo que borrar estas palabras) asquerosos necrófilos. Confieso que me planteé esa segunda posibilidad, pero la descarté porque la obsesión del Cura y el Mono eran demasiado parecidas entre sí y no se explica el porqué del aroma a azahares que da título al relato.

¿La puntuación? Es una de las que más me ha costado decidir porque no sé si he logrado argumentarla lo suficiente, pero le doy 3,5 estrellas por eso que no me ha terminado de cuajar. Muy bien escrito, pero el final de la historia no me convence. Siento si parece demasiado subjetivo.

En cualquier caso, señor Stendek, un placer leerle (y van dos).

Relato clásico bien ejecutado. Mucho màs redondo en su conjunto que la otra entrada ("El aprendiz de Brujo"). Como en el anterior texto, algunos adjetivos de otra época puede resultar desde obscuros hasta molestos, pero la mayor parte del tiempo funcionan bien. Mucho mejor que en el otro texto, al ambientarse en una época más acorde con ese léxico. En el resto no tengo nada que objetarle, tal vez un poco más de profundidad en la conversión del cura y en su nueva obsecion. Tres estrellas.

Muy bueno, tétrico y divertido como una 'Historia de la Cripta'.  El lenguaje utilizado y la forma de ser narrado le añade un plus de encanto.

4 estrellitas por mi parte.

Un relato bien escrito en general, salvo por pequeños errores, sobre todo falta de tildes y algún descuido. Me encanta el inicio, la presentación de esos tres perdedores que, como suele ocurrir en estos casos, la vida acaba por juntarlos en algún momento u otro. La forma de narrar me ha gustado mucho también y los diálogos están perfectamente acotados. 

Es en la segunda parte cuando noto que se desinfla un poco el conjunto. Me da la impresión que el autor se encontró con el tope de palabras y no tuvo más remedio que simplificar el desenlace. Una lástima, pues ese final merecía un poco más de desarrollo y, por lo tanto, disfrute por parte del lector. 

Un abrazo y gracias por compartir.

Mi puntuación es:

★★★☆

(3.5 estrellas)