El grito de la hormiga

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Invierno
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Puntos: 903

El grito de la hormiga

 

El campesino torturado caminaba por el sendero. Lo hacía despacio, con precaución, temeroso de no ser capaz de volver a ponerse en pie si tropezaba y caía. Apenas lograba arrastrar la pierna derecha. La rodilla estaba rígida, la pantorrilla se apreciaba torcida bajo el pantalón. No se había atrevido a levantar la pernera, pero el color y la hinchazón del pie no prometían nada bueno. Ya poco importaba, en cualquier caso. Una hora más, por favor, tan sólo una hora, le pedía a los dioses. Habían ignorado todas las súplicas anteriores, pero quizá con esta, más modesta, por fin se mostrarían generosos.

Faltaba poco para el amanecer. En el campamento enemigo no tardarían en descubrir su ausencia. El hombre confiaba en que los soldados no fuesen capaces de seguir su rastro, o quizás ni siquiera se molestasen en salir a buscarlo; sabían que no podría llegar muy lejos en su estado.

Pero no necesito ir lejos, pensaba él.

El camino era empinado y tortuoso. Aún estaba oscuro. Tenía los ojos tan hinchados que apenas podía abrirlos, pero eso no le impedía orientarse. Había recorrido la sierra, y aquel brazo montañoso en particular, miles de veces.

Aquellos monstruos lo habían roto, por fuera y por dentro, le habían arrebatado muchas cosas, pero aún conservaba su memoria. Lo recordaba todo. Y a todos. A su mente acudió, una vez más, la imagen del rostro de su madre iluminado por las antorchas. El resplandor anaranjado en la piel, los ojos brillantes. El orgullo en la voz de la mujer mientras esta narraba las leyendas de su pueblo. Allí, en ese mismo sendero, el campesino había aprendido la historia de N’Gar-Ezzim, la gran montaña. La historia de la cueva sagrada.

Cada vez le costaba más respirar. Temblaba. Apretó los puños.

Está justo ahí, a unos pasos. Solo un poco más.

No era fácil encontrar la entrada a la caverna, oculta entre árboles y maleza. Tras superar la barrera de vegetación era necesario sortear una hilera de estalactitas y estalagmitas que, contempladas de cerca, revelaban tratarse en realidad de columnas talladas por manos expertas mucho tiempo atrás. El campesino acarició aquellos relieves desgastados.

Nunca dudó de las historias de su madre, por mucho que sus vecinos las despreciasen. Para él nunca fueron «cuentos». Ese pueblecito de agricultores era el vestigio de una nación que en otra época fue grande y poderosa; aquellas tierras habían sido el escenario de batallas colosales, de luchas entre dioses, de héroes y villanos extraordinarios y muy reales; esos signos esculpidos en la piedra eran runas mágicas. Magia, sí, magia que habría sido capaz de defenderlos frente a la invasión enemiga, pero por desgracia su pueblo había renegado de su herencia y lo pagó caro.

Ahora, al menos, que sirva para vengarnos.

Se irguió todo lo que le permitió su maltrecha columna e intentó aparentar más determinación de la que en realidad poseía. Los espíritus de sus antepasados lo observaban. Entró.

No era, ni mucho menos, la única cueva sagrada de la región, pero sí la única que aún conservaba su poder. Según le había explicado su madre, el paso del tiempo o, con más frecuencia, la acción irresponsable de buscatesoros y expoliadores había destruido o inutilizado al resto. También existían cavernas corrientes que fueron decoradas con relieves y esculturas en tiempos más próximos, pero eran simples imitaciones. N’Gar-Ezzim era auténtica y permanecía intacta.

En el interior la negrura era absoluta. Olía a humedad, a moho. El hombre caminó con los brazos extendidos frente a él. El suelo era irregular, con multitud de charcos. Podía oír el silbido del viento a su espalda, el chapoteo de sus pies y el eco de sus jadeos. Tardó más de lo esperado en toparse con el muro y, cuando lo hizo, apoyó su peso en él por completo, agachó la cabeza y lloró.

N’Gar-Ezzim sólo entiende un lenguaje secreto. Un lenguaje complicado y casi, casi olvidado. Yo te lo enseñaré —había dicho su madre, solemne, treinta años atrás. Luego colocó sus manos sobre los hombros del niño y, con gesto preocupado, añadió—: lo haré porque es un tesoro que merece ser preservado, porque algún día tú deberás transmitirlo a tus propios hijos. Pero, antes de nada, te explicaré por qué nunca has de utilizarlo.

Pero ya no tengo hijos, Madre. Los soldados los han matado, pensó él.

Sacó del cinto un pequeño guijarro afilado. Cortó las palmas de sus manos. Sintió la calidez recorrer sus antebrazos y gotear desde los codos.

Habló en voz alta:

—Levántate, N’Gar-Ezzim. Ponte en pie y venga a tu pueblo.

Su voz resonó por toda la estancia. Creyó percibir ecos extraños, tenues, de voces ajenas. Comenzó a dibujar símbolos en el muro con su sangre.

—Levántate, N’Gar-Ezzim —repitió en ese lenguaje que moriría con él—. Quiero que los aplastes a todos. Aplástalos, como si fuesen hormigas.

Se le formó un nudo en la garganta. Respiró hondo. Continuó escribiendo. Trazos firmes, decididos.

—Aplástalos a todos —insistió.

El silbido del viento se volvió más intenso. El aire le revolvió el cabello, le erizó la piel.

Lo rodeó entonces un estruendo grave, un rugido de tierra y de roca que le retumbó en el pecho. Los símbolos en el muro resplandecieron con un brillo rojizo.

Nunca fueron «cuentos».

El campesino torturado se dejó caer. Al fin, descansó.

 

***

 

El general del ejército invasor abandonó su tienda de campaña. Lo hizo malhumorado, como era habitual, aunque en esta ocasión sumaba además un ligero desconcierto. Era demasiado temprano, lo habían despertado varios alaridos y el relincho nervioso de los caballos. Se frotó los párpados y miró en derredor, pero no consiguió localizar el origen del alboroto. Bostezó.

Se tratará de otro numerito de alguno de los prisioneros, dedujo. Esos malditos paletos seguían sin colaborar. El ejército llevaba ya diez días malgastados en esa región de mierda y todavía no habían encontrado ni rastro de esos supuestos tesoros que ocultaban los nativos. Se me está empezando a agotar la…

Recibió un empujón en el muslo que estuvo a punto de derribarlo. Uno de los perros del campamento corría enloquecido, sin rumbo aparente, y gimoteaba sin parar. Un recluta muy joven lo perseguía y gritaba órdenes que el chucho ignoraba. A pocos metros, otro soldado dejó caer la espada al suelo y se llevó las manos a la cabeza. Estaba pálido, con los ojos muy abiertos.

Él no entendía nada. Se acercó al soldado pasmado y lo agarró del brazo, dispuesto a soltar la primera bronca del día.

El suelo comenzó a vibrar.

—¿Pero qué cojones está pasando aquí? —exclamó.

Su subalterno no respondió, se limitó a señalar hacia el este con un dedo trémulo. El general giró la cabeza.

Más allá de los límites del campamento, en esa dirección, había una montaña. El sol despuntaba ya en el horizonte, justo sobre la cumbre.

La montaña se movía.

El temblor del terreno se hizo más feroz. El general perdió el equilibrio y cayó de rodillas. El aire se había llenado de polvo. Sobre el coro de voces aterradas del campamento se impuso un ruido ensordecedor, un gruñido grave salpicado de chasquidos de piedra. La montaña prosiguió su transformación: su nueva silueta, recortada contra el amanecer, se volvía cada vez más reconocible, más imposible. Ya había duplicado su altura inicial.

El general miró a la cima, allí donde brotaron dos llamaradas rojas e inmensas.

La montaña le devolvió la mirada.

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Patapalo
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Puntos: 208859

Un relato muy bien escrito y estructurado, clásico en el planteamiento y en la ejecución, con frases magníficas y muy bien armado. La utilización del gólem es correcta y la idea de su tamaño descomunal, muy sugerente.

La única pega que le veo es que es muy canónico. No hay grandes sorpresas, no hay grandes giros argumentales. Es un relato muy sobrio y donde se ve la competencia del autor, pero que quizás carece de algún elemento adicional para dejar más huella.

He disfrutado mucho leyéndolo, en cualquier caso, y eso, en el fondo, es quizás lo más importante en narrativa. Gracias por compartirlo.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Danduay
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Poblador desde: 07/05/2020
Puntos: 256

Un relato interesante. Buena ambientación y atmósfera desde el principio. Bien escrito, claro y sin florituras innecesarias.

No se concreta época o localización, creo que tampoco hace falta; esa indefinición le hace ganar interés desde mi punto de vista, porque el lector puede vestir la acción prácticamente desde la edad de bronce hasta el siglo XIX, incluso el XX (todavía se usaban espadas por aquel entonces). Lo que pasa es que en un momento determinado aparecen un par de palabras, “reclutas” y “cojones”, que me han sacado del relato. Quizá son demasiado contemporáneas. Puede que me equivoque, no lo sé; pero esa ambientación casi etérea, indefinida, se ve afectada por el uso de esas palabras, a mi modo de ver.

Por lo demás, lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y este relato lo es: bueno y breve. Quizá termina de una forma demasiado abrupta. Digo quizá, porque tampoco necesita más, es un buen final. Y lógico. Pero la primera parte de la narración es más reposada, más detallista, puede que el relato quede un poco descompensado en ese sentido. Ya digo, en cualquier caso, que se entiende por qué termina así, de forma tan abrupta.

Me ha gustado, sí señor. Un pedazo de gólem en todos los sentidos. Igual hay lectores que echarán de menos nombres para los personajes, descripciones físicas… A mí no me molesta en absoluto, al contrario. Prefiero que prime la acción, y la descripción de la caverna y del gólem final me parece más que suficiente.

Una estrella por el gólem, otra por el tono fosco, otra por la historia, 0,75 por la forma y 0,5 extra por la brevedad y la indefinición de escenario. Total, 4,25 estrellas y mis felicitaciones. ¡Suerte!

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LCS
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Poblador desde: 11/08/2009
Puntos: 6785

Un relato muy solvente. Escrito con mucha pulcritud y de forma más que correcta. Me ha gustado la idea de la montaña. Muy original. El título también es genial. 

 

Mi puntuación tres estrellas y media. 

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torpeyvago
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Puntos: 1890

¿A que llamo a mi primo?

Un mezcla de «Terminator» y el Vesubio.

Lo +

Lo bien escrito que está. La estructura. La leyenda —el lenguaje oculto, las cuevas sagradas, el contenido de éstas...—. El título. El gólem tan original, en el filo del tema —me parece, claro—.

Lo -

Sólo dos cosas: alguna expresión que me ha sacado de la narración [tras leer los comentarios, coincido con Danduay]. El final se me hace un poco...mmm... no sé, ¿soso? Creo que tiene que ver con el argumento tipo western —nadie se ofenda: me encantan los espaguetis—, es decir, hay una ofensa y después una venganza y ya está. Creo que el protagonista debería haber tenido algún obstáculo cuya resolución cambiase lo esperado. O la montaña, o el general, no sé. [Creo que Patapalo lo ha explicado mucho mejor que yo.]

En cualquier caso, un gran relato, que me ha entretenido y me ha hecho disfrutar con su lectura:

★★★¼

Estadísticas

Palabras : 1242
Matrices : 7315
Caracteres : 6113
Letras : 5878
Párrafos : 43
Sílabas : 2551
Frases : 110
Szigriszt1993: 68
Perspicuidad : Bastante fácil

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Ozymandias
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Poblador desde: 27/04/2020
Puntos: 79

Aquí discrepo con Dunduay: la indefinición del escenario no juega a favor, al menos en mi caso. Me parece claramente un relato de fantasía y no sólo por el nombre de "N’Gar-Ezzim". Me cuesta imaginar un contexto histórico para este relato. 

Siendo pues (en mi humilde opinión) un relato de fantasía, no entiendo que no se haya dado un poco más de color, sobre todo en la segunda parte. Los personajes no tienen nombres, que parece una tontería pero ambienta el relato y define a los personajes. Ni siquiera el protagonista tiene nombre, aunque su historia es interesante y sin duda el dramatismo de su historia y sus palabras son lo mejor del relato. 

Luego llega la segunda parte y el relato da un bajón porque no hay un villano para nuestro héroe. A esa parte le falta el dramatismo de la primera parte y el final es precipitado. Es cierto que lo que pasará lo adivina perfectamente el lector, pero teñir de rojo el final podría haberle dado color al relato.    

Mi nota es 3'5.

And on the pedestal these words appear:

My name is Ozymandias, king of kings:

Look on my works, ye Mighty, and despair!

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Aquí hay muy buena pluma como se demuestra en toda esa primera parte que personalmente me ha cautivado, fantástica. Me ha sorprendido por tanto, el desequilibrio con el resto del texto y la linealidad en la trama. Pasamos de la introducción al desenlace, y de alguna forma se pincha repentinamente la burbuja de fantasía en la que nos había situado previamente, y de la que solo deja ese pantagruélico remate final.

Es curioso el empleo de la cursiva en lugar de las comillas, estilo americano.

Voy a darle 3,5 estrellas. Gracias por compartirlo.

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jane eyre
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Poblador desde: 02/03/2009
Puntos: 10051

Cuánta información y tan bien contada en tan poco espacio de tiempo. Muy conseguido el cambio de tono en las dos partes porque afianza la distancia entre las dos circunstancias, entre los dos mundos de los personajes.

Avanzaba en la lectura pensando que me iba a hacer falta una ubicación concreta, ya fuera de lugar físico o raza concreta, pero no, el relato se sostiene perfectamente con esa universalidad que no necesita concreción. Puede ser cualquier pueblo masacrado del mundo y cualquier ejército.

Que la figura del golem sorprenda a estas alturas de concurso también tiene mérito y aunque es verdad que puede tener poco protagonismo, también es cierto que es imprescindible para la historia.

 

Mi puntuación es: 5 estrellas.

 

 

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Un buen relato, sólido y bien escrito, donde el gólem es canónico en lo material y en la misión pero elevado a la milésima potencia.

Una atmósfera creada con mimo, con una mitología propia, juegan a favor de relato, pero tengo la sensación de que la segunda parte desmerece a la primera porque no aprovecha esa ambientación. Es como si el relato de partiera en dos.

Otro punto, que señalo por si sirve de algo al autor, es el hecho de que, en un punto, el narrador y el general se confunden.

Quote:

Se tratará de otro numerito de alguno de los prisioneros, dedujo. Esos malditos paletos seguían sin colaborar. El ejército llevaba ya diez días malgastados en esa región de mierda y todavía no habían encontrado ni rastro de esos supuestos tesoros que ocultaban los nativos.

El narrador no puede decir "región de mierda". (es neutral) y si lo dice el general debe ir en cursiva.

El relato me ha gustado y tiene un enorme potencial, pero creo que le falta "algo" que le haga brillar mucho más.

Mi nota es 3'8.

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L. G. Morgan
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Poblador desde: 02/08/2010
Puntos: 2674

Me ha encantado. He conectado totalmente con el protagonista, con el tono y el ritmo, con el escenario (pese a la supuesta indefinición, para mí los malos son claramente romanos no). Y ese Gólem-montaña me parece fantástico, cómo va transformándose en antropomorfo para culminar con esos ojos en llamas.

Yo no veo pega ninguna en la falta de sorpresa, que no de punch. Aquí, de nuevo, el tema de base es universal, pero, sin embargo, el cómo se nos conduce a través de él, de principio a fin, es absolutamente personal. El relato además logra crear una persona, no un personaje. Con unos sentimientos, pensamientos y motivaciones con los que todos conectamos porque son de verdad, no son una ficción construida solo para la ocasión. A mí me gusta que las historias me digan algo y esta lo hace. El legado de un pueblo, ignorado por muchos, vive en una persona para, finalmente, servir al fin de ese único ser que ha creído en ello.

En relación con esto, me voy a permitir una sugerencia sobre este párrafo:

Magia, sí, magia que habría sido capaz de defenderlos frente a la invasión enemiga, pero por desgracia su pueblo había renegado de su herencia y lo pagó caro.

Magia, sí, magia que habría sido capaz de defenderlos frente a la invasión enemiga si su pueblo no hubiera renegado de su herencia, sumiéndola en el olvido.

O algo así. Quitaría el pero y ahorraría palabras. Me parece una frase clave que así ganaría fuerza.

5 estrellas

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Dr. Ziyo
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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

Bueno, pues un relato cuyo final me pareció algo abrupto y precipitado en la primera lectura, pero que al releerlo lo he visto de otra manera. Ya sé que no todos tenemos el mismo tiempo disponible, pero os aseguro que por lo general, se ve todo mejor cuando se ha leído dos veces.

Solamente una cosa no me queda clara:

La montaña prosiguió su transformación...

¿En qué momento se cuenta que la montaña haya empezado a transformarse o de qué manera puedo yo deducir tal cosa?

Quizás le falta algo para ser un relato redondo, no sé qué exactamente, si lo supiera lo diría, pero es la impresión que me deja al leerlo.

Muy bueno el título, por cierto.

4,5 estrellas.

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Buen relato, muy bien escrito, poco ambicioso pero efectivo. El uso de la montaña le da un toque muy original. Quizá la segunda parte no quede a la altura de la primera, muy bien trabajada. De ahí lo de la falta de ambición que relataba, quizá no tanto a nivel de trama, sí de dramatismo. Muy buen título.

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Coincido con lo ya comentado de que es un buen relato, que empieza muy bien, muy evocador, de mundo pretérito pero de repente, el campamento enemigo y plaf, todo ello desaparece, no sé, el big boss parece salido de la guerra de Irak, o como mucho la de Vietnam XD y el golem montaña bien, pero en su telurismo me recuerda a el de La Mina de LG Morgan. 

Tres estrellas: ***

 

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Hekizade
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Poblador desde: 22/05/2021
Puntos: 64

Los puntazos: el ritmo narrativo; la indefinición cronológica y espacial, tanto del opresor como del oprimido, me ha parecido un acierto, crea una ambientación atemporal alejada del manido judíos-nazis; y la idea del gólem-montaña (!), bra-vo. 

Las puntadas: a medida que lo iba leyendo pensaba, ya está, mis primeras 5 estrellas, peeero, el final. Esperaba (necesitaba) un poco más, un final solemne y mitológico a la altura de una inefable montaña vengadora. Pero vamos, cuestión muy subjetiva.

De lo mejor que he leído: 4,75 estrellas. 

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Lenteja
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Poblador desde: 27/04/2020
Puntos: 106

Un relato magníficamente escrito, pero que me ha parecido un poco ingenuo. No he encontrado emoción o sorpresa y la primera parte me ha parecido excesivamente larga para lo que plantea.

3 estrellas

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Stendek
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Poblador desde: 27/05/2020
Puntos: 198

Relato bien escrito, aunque muy lineal: afrenta a la que sigue la venganza. El gólem-montaña me parece un gran hallazgo, al que quizas se le pudo sacar mas provecho. Pierde puntos cuando el general habla, pues parece que acabara de egresar del bar de la esquina.

Le doy 3 estrellas.

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Curro
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Poblador desde: 24/09/2015
Puntos: 1048

La escritura, sensacional. No soy capaz de sacar ninguna pega en absoluto. Ya no es solo que esté deliciosamente bien escrito es que logra enganchar al lector desde el primer párrafo.

El universo fantástico en que transcurre es sugerente. Me gusta mucho el contraste entre la apertura ―en seguida queda claro que es un lugar fantástico― y el final, repleto de elementos ―y lenguaje― que resultan más reales, más de nuestro mundo.

La historia, en cambio, creo que podría dar para más. Me da la sensación de que es más una escena, un pasaje de algo mayor. Si se me permite el modernismo inglés, es casi un teaser trailer. Se dan muy pocos detalles la ambientación en que transcurre; lo que he señalado como punto fuerte, se convierte es un punto flaco cuando parece ser la mayor baza del relato. Nos cuentan sobre una cultura humana ―o, al menos, humanoide―en cuya tierra hay cuevas que tienen cierta magia, en las que habita seres ancestrales; hay un enemigo invasor del que se cuenta menos aun… Poco más. Como empecé diciendo, la calidad de la narración es sensacional y aumenta el deseo del lector por leer más, o al menos que se le den detalles adicionales. Creo que una mayor longitud ―y en este caso, habría sido posible― le habrían beneficiado mucho.

Le asigno tres estrellas.

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Muchísimas gracias a todos por leer y comentar.

Llevaba casi tres años sin escribir nada. Sin ser capaz, ni tener ganas. Para mí, conseguir terminar algo y subirlo aquí ya ha sido toda una victoria.

Tomo nota de todas las opiniones y sugerencias. Poco que decir; sencillamente mi cabeza no daba para más. Ni para pensar en nombres. El único, N’Gar-Ezzim, es solo un anagrama de "Mazinger Z"  no  A ese nivel estoy.

Larga vida al Polidori. Intentaré llegar en mejor forma al próximo.

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Invierno dijo:

Muchísimas gracias a todos por leer y comentar.

Llevaba casi tres años sin escribir nada. Sin ser capaz, ni tener ganas. Para mí, conseguir terminar algo y subirlo aquí ya ha sido toda una victoria.

Tomo nota de todas las opiniones y sugerencias. Poco que decir; sencillamente mi cabeza no daba para más. Ni para pensar en nombres. El único, N’Gar-Ezzim, es solo un anagrama de "Mazinger Z"  no  A ese nivel estoy.

Larga vida al Polidori. Intentaré llegar en mejor forma al próximo.

Si el Poldori ha servido para recuperarte como escritor,¡bemdito Polidori!

Y si me llego a dar cuenta de lo de Mazinger, te había dado media estrella más ;-D

 

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Angelito
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Poblador desde: 25/12/2013
Puntos: 263

En pocas palabras se ha erigido al golem más grande de la convocatoria, en un relato que se devora rápido, a pesar de que todo en él se cuece a fuego lento y con un especial cuidado y observación de los momento claves, como el inicio y el final, y el “rito” de animación con la escritura de sangre. Algunas construcciones o palabras rompen esta armonía estética establecida desde el principio, sobre todo, en la segunda parte, en la que el narrador adopta un tono diferente (ej: “mierda”, “chucho”), para acabar retomando el tono anterior justo al final.

Muy inteligente la intercalación de los pensamientos del prota que administran información relevante para componer sus motivos y su voluntad (fórmula también trabajada en Negocios).

Todas las cursivas (los pensamientos) deberían ir entre comillas y no en cursiva.

4

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Invierno dijo:

Llevaba casi tres años sin escribir nada. Sin ser capaz, ni tener ganas. Para mí, conseguir terminar algo y subirlo aquí ya ha sido toda una victoria.

Pues solo por esto ya merece la pena haber montado el concurso.

Invierno dijo:
N’Gar-Ezzim, es solo un anagrama de "Mazinger Z"  no

Bueno, y por esto no

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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jane eyre
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Poblador desde: 02/03/2009
Puntos: 10051

Invierno dijo:

 El único, N’Gar-Ezzim, es solo un anagrama de "Mazinger Z"  no  

Pues suena de escándalo jjajajaja De hecho, al leer el relato lo metí en google por si existía en realidad y aportaba alguna pista 

 

 

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Angelito dijo:
a intercalación de los pensamientos del prota que administran información relevante para componer sus motivos y su voluntad (fórmula también trabajada en Negocios).

Qué memoria, Angelito angry

Gracias por leer y comentar. Cambiaré en mi archivo las cursivas por comillas.

 

Bio Jesus dijo:

Si el Poldori ha servido para recuperarte como escritor,¡bemdito Polidori!

Y si me llego a dar cuenta de lo de Mazinger, te había dado media estrella más ;-D

 

Patapalo dijo:

Invierno dijo:
 N’Gar-Ezzim, es solo un anagrama de "Mazinger Z"  no

Bueno, y por esto no

 

jane eyre dijo:

Pues suena de escándalo jjajajaja De hecho, al leer el relato lo metí en google por si existía en realidad y aportaba alguna pista 

Soy consciente de que esa fue mi idea más brillante, el momento de mayor inspiración. Lo malo es que fue para algo bastante irrelevante.

Gracias a todos!

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Buen relato, Invierno.

Toda la primera parte está muy conseguida, te transporta al lugar y te hace participe de las penurias del protagonista. Me gusta toda a mitología y ese golem final que parece un kaiju.

Pero... me pasa como a muchos, de la primera a la segunda parte siento un bajón, no de estilo ni de calidad, pero si de interés por dos razones:

1. Tengo que resituarme y debido a la cercanía del final es complicado desarrollar mucho esta parte.
2. El final de este párrafo es previsible respecto a la primera parte.

Pero con todo, un buen relato que genera mitología propia.

3'5 estrellas.

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Gracias por leer y comentar, Tony.

Ya estoy dando vueltas a cómo solucionar los problemas que habéis señalado. No contaba con entrar, la verdad, pero ya que los jamones... Ehm... el destino, digo, ya que el destino ha querido que entre en la selección, me pondré las pilas para mejorarlo.

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