Souvenir

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Bio Jesus
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Souvenir

All I need is

Co-ordination

I can't imagine

My destination

My intention

Ask my opinion

But no excuse

My feelings still remain

OMD. 1981

 

“Salto hiperespacial concluido. Última etapa completada. Destino en el rango de las cámaras ULR. Imagen en pantalla”.

Frente a la tripulación apareció la imagen de una estrella hipertrofiada que, en su senectud, había tomado las tonalidades rojas que serían su mortaja. Mucho más cerca, un planeta grisáceo se bamboleaba, torpe, describiendo su órbita.

El comandante Pao sonrió flemático, mientras sus subordinados celebraban ruidosamente el anuncio. No era para menos. Se trataba del descubrimiento de otra forma de vida inteligente en la galaxia. Sin embargo, Pao no se dejó arrastrar por la euforia y por ello, tomó un micrófono y dijo:

—Calma, por favor. No olviden los protocolos de seguridad. Mandaremos sondas no tripuladas a examinar el planeta. Mientras tanto, se establece nivel de seguridad  cuatro.

Durante tres días, los expedicionarios aguardaron,  impacientes, el resultado de aquella primera aproximación. Las sondas, sin embargo, no enviaron dato alguno. Al poco de aterrizar enmudecieron repentinamente y tan solo la señal balizadora anunciaba cada cinco minutos que los aparatos seguían allí pero mudos y ciegos.

El insólito suceso alarmó a los tripulantes de la nave de exploración, que comenzaron a mirar al solitario planeta con otros ojos, los del recelo. Sin embargo, el comandante Pao no era un novato y no se amilanó. Siguiendo con la secuencia lógica, ordenó el desembarco de una pequeña patrulla militar, compuesta por synthos y dirigida por la teniente S’Taba.

La nave auxiliar estaba dotada de todo tipo de sensores  y armada con una amplia panoplia de armas. Aun así, Pao la vio partir con creciente desazón, como si tuviera la certeza de aquel planeta brumoso, que orbitaba un gigante condenado, ocultase un secreto.

S’Taba, desde su puesto de mando, pronto experimentaría  la misma sensación.

—S’Taba a Pao. Al aproximarnos, las nubes se han disipado. La superficie del planeta es un inmenso cenagal, como si un millón de volcanes hubieran mezclado sus cenizas con aguas poco profundas. Conecto cámara principal.

—Pao a S’Taba. No recibimos señal visual alguna. Verifique sistema.

La militar miró a un subordinado, negó con la cabeza.

—S’Taba a Pao. Los sistemas de vuelo  y el armamento parecen intactos. Iniciamos aproximación final.

La lanzadera trazó una curva descendente y se aproximó a la superficie, un paisaje monótono de fango ceniciento, un cadáver de rocas y lodo. S’Taba no perdió la calma. La ausencia de vida le preocupaba menos que su evidencia.

—Teniente, observada una luminiscencia en el sector I-3.

—De acuerdo, dirijámonos allí —dijo S’Taba, que a continuación intentó comunicarse  con la nave, sólo para encontrarse el silencio más absoluto. Habían perdido contacto con la nave.

—Hemos venido a explorar y eso haremos —dijo en voz alta y todos sus hombres asintieron. La teniente se asombró un tanto de sus palabras, que había dicho para convencerse de su propia mentira. Iban directos a una trampa y ella, de algún modo lo sabía. De hecho, lo deseaba. Era la primera vez que sentía un anhelo.

La luz que les atraía dibujaba un anillo de un azul espectral sobre un pináculo de roca negra, demasiado bien pulida para ser natural, que se erguía sobre una plataforma de unos trescientos metros de diámetro. Y, encastrada en la base del picacho, una enorme puerta hexagonal.

S’Taba lanzó el habitual torrente de órdenes: activar las defensas electromagnéticas, armar los misiles, comprobar los filtros de aire y detectar cualquier movimiento o vibración del terreno. Y aguardó. Durante dos largas horas, en un silencio solo roto por algún pitido emitido por los sistemas de a bordo.

Entonces, cuando se plantaban bajar a explorar, del cenagal surgieron unas siluetas bípedas, envueltas en un halo brumoso que impedía atisbar detalles de las mismas. Aparecieron por cientos, por miles, por millones, cubriendo el lodazal hasta más allá del horizonte.

—Sugiero retirada —dijo el S’Faar, el segundo de abordo.

S’Taba, sabiéndose atrapada y sin escapatoria, ordenó encender motores. Estos se negaron a obedecer, como todos ellos estaban convencidos de que pasaría.

La puerta se abrió y la multitud silente se movió para dejar libre un estrecho sendero entre la nave y la entrada. S’Taba tomó un arma y se despidió de su tripulación.

—Dadme tres horas. Después, disparad todo lo que tengáis. S’Faar, quedas al mando.

Al bajar notó la gravedad del planeta, menor que la generada artificialmente en su nave. Las figuras seguían allí, amenazantes en su quietud. Sin demostrar temor, la teniente avanzó hacia la entrada, deteniéndose en el umbral. Entonces, a ambos lados, surgieron dos de aquellos seres. Tal vez se materializaron de la nada o tal vez avanzaron desde la oscuridad, S’Taba nunca lo sabría.

Los entes hicieron un gesto, invitándola a seguirles y se internaron en las sombras.  Ella comenzó a caminar por un conducto gigantesco que bajaba hacia el subsuelo y que se iluminó de súbito con la misma luz del pináculo. Intentando memorizar el camino, recorrió diversos túneles hasta llegar a otra puerta, mucho menor. La visitante entró.

Una mujer anciana, desdentada con el pelo crespo, vestida con andrajos que dejaban ver unos senos vacíos sobre las costillas marcadas. La vieja alzó los brazos escuálidos, a modo de saludo. S’Taba correspondió, inclinando levemente la cabeza.

—¿Por qué has venido tú? Esperaba a otro —preguntó la anciana.

—Yo soy la líder de la expedición —respondió S’Taba.

—Tú líder se halla en una nave a una distancia segura. Es con él con quien quiero hablar.

—¿Por qué no conmigo? Yo estoy aquí y él no.

—Pero él es un ser vivo y tú no —S’Taba agachó la cabeza, avergonzándose por primera vez, de su condición de syntho, un ser orgánico con cerebro cibernético. La mujer se apresuró a disculparse—. No quería ofenderte. No me importa que seas sintética y no un ser vivo real. Yo tampoco lo soy.

Ante el gesto de estupor de S’Taba, alargó un brazo y ordenó:

—Toca.

Las manos de la militar intentaron asir a la anciana, pero fue como intentar coger humo.

—No soy corpórea, ni yo ni ninguna de las formas de la superficie. Que también son yo, por si no lo habías adivinado.

S’Taba recompuso su figura e inquirió:

—¿Cómo sabes todo eso?

—¿Qué eres sintética? Es fácil, nosotros también tuvimos seres artificiales. Se rebelaron y durante cuatro décadas lucharon por aniquilarnos. Vencimos, claro, si no, no estaría contándote esto. Me concederás que es motivo de desconfianza.

—Los synthos estamos programados para no dañar a los orgánicos. De hecho, estamos obligados a protegerlos a cualquier precio de cualquier peligro. De ti, por ejemplo.

—¿De mí? —la dama fingió sorpresa—¡Todo lo contrario! Creo que sois lo que tan largamente he esperado. Pero para asegurarme, he de entrevistarme con tu líder.

—¿Y por qué habría de traerlo?

—Porque te voy ofrecerte algo que no puedes rechazar.

***

S’Taba permanecía erguida frente al comité científico, que parloteaba sin cesar. Pao, sentado en un extremo de la mesa, se hallaba silencioso. Finalmente se levantó y dijo:

—Voy a  bajar.

—¡Pero es peligrosísimo! —arguyó  Kandara, la xenóloga—. Ese ente es muy poderoso, es capaz de anular nuestras armas e influir en nuestros synthos.

—Razón de más para conocer que quiere de nosotros, por qué no ha atraído hasta su mundo. No hemos realizado treinta saltos hiperespaciales para huir con el rabo entre las piernas. S’Taba, condúzcame a conocer a esa mujer.

—Como ordene —respondió la syntho.

De nuevo se repitió el ritual durante el viaje: la pérdida de comunicaciones, la muchedumbre etérea y el portal que se abre. Pero es Pao quien desciende. La multitud, entonces, comienza a sollozar y, mientras lo hace el velo brumoso que los rodea se disipa dejando al descubierto rostros de todas las edades, claros y oscuros, de hombre o mujer. Sonríen a pesar del llanto y dos se adelantan para guiar al comandante a través del portal.

Al llegar al trono de la anciana esta se torna ante sus ojos en una mujer en la plenitud de la vida,vestida con una clámide, el pelo castaño y ondulado recogido en una coleta, el busto lleno, los miembros fuertes, los ojos tristes y sabios.

—Saludos Pao, el Largamente Esperado.

—Saludos, Señora del planeta.

—Soy Gaia.

—¿Qué quiere Gaia de estos pobres expedicionarios?

La mujer rió de buena gana.

—Directo al grano. Me gusta tu estilo. Pero permíteme agradecerte primero que acudieras a nuestra llamada. ¿Cómo descubristeis nuestra existencia?

—Hace varios siglos encontramos los restos de un artefacto con un disco de oro con información de vuestro sistema planetario. Eso nos espoleó para descubrir la tecnología de los viajes interestelares. Llegaron más mensajes vuestros, pero luego cesaron. Y salimos a buscaros.

—¡Buen viejo Voyager, fiel hasta el final! Me alegro que fuera así.

—El planeta es muy distinto al que mostraban lo mensajes…—dejo caer Pao.

—Nuestro planeta era bello y generoso. Durante miles de años soportó los desmanes de la más díscola de sus criaturas, los humanos. Guerras entre ellos y contra sus creaciones, desastres nucleares, pandemias, cambios en el clima… todo esto azotó nuestro planeta. Pero la humanidad lo superó con ingenio, ciencia, imaginación y solidaridad.

“ Incluso cuando nuestro campo magnético se extinguió conseguimos sobrevivir en ciudades subterráneas. Hasta que nuestro señor, nuestro  Sol entró en su fase final y comenzó a tragarse a sus hijos. Nuestra última esperanza era alcanzar otro mundo, otra estrella. No lo conseguimos. Entonces, de los hombres y mujeres agonizantes surgí yo, Gaia, el fantasma de la Humanidad”.

“Mi mundo, la Tierra, es ahora un mundo muerto, desplazado de su posición, arrasado por la radiación y convertido en un lodazal que espera la explosión de su padre y asesino. El Sol entrará en nova en menos de doscientos años”.

Gaia se había levantado y, mientras pronunciaba su parlamento, había guiado a Pao a una cámara enorme. En el centro se situaba un centenar de sencillos cofres de metal.

—Hace mucho, mucho tiempo un rey de nombre olvidado quiso reunir en su ciudad todo el saber de la Humanidad. Aquella ciudad se llamaba Alejandría y así llamamos a la última epopeya en la que los humanos nos embarcamos. En esta habitación, Pao, está la esencia de la Tierra, el recuerdo de sus habitantes, desde los microscópicos hasta los más grandes, y de los hombres. Nuestra historia, logros y descubrimientos. Lo que fuimos y lo que quisimos ser. Honra nuestra memoria y salva nuestro recuerdo, Pao, el Largamente Esperado.

Pao hubiese querido llorar, pero su raza, no podía hacerlo. Gaia lo consoló.

—-Ahora transpórtalos a tu nave. Y cuando encontréis otros habitantes del espacio, hacedles partícipes de nuestro recuerdo. Yo me seré feliz, un pobre fantasma que encuentra al fin la paz.

 

***

En el puente de mando, antes del inminente alto espacial, Pao levantó sus cuatro brazos a modo de despedida. S’Taba, a su lado, sonrió.

La memoria de los humanos perduraría un tiempo más en las mareas del Universo.

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Patapalo
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Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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El violinista
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Puntos: 41

Un buen relato que se apoya en la ciencia ficción para brindarnos una historia de fantasmas muy original. El autor consigue trasladar al lector al escenario con gran maestría. Me encanta cómo está plasmado el giro. Hasta el último momento crees que lo que estás viendo es una historia de conquista espacial humana, y cuando el autor te indica que nuestro planeta es el visitado, vuelves atrás, relees, y te quitas el sombrero. También me gusta mucho cómo se han encajado las piezas sobrenaturales en la historia. Como pega, el relato en su parte final se vuelve un tanto explicativo y pierde gran parte de la tensión y misterio que hasta ese momento lo acompañaban. Por último, he encontrado un par de gazapos, como ese "plantaban" en lugar de "planteaban", y existe un cambio de tiempo verbal en un par de párrafos en mitad de la narración, que no soy capaz de comprender, y que te sacan de la historia cuando pasas por ellos.
4 estrellas.

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Germinal
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Puntos: 1307

Me he metido de lleno desde el principio y creo que al margen de mis filias personales es mérito del autor haberlo logrado. El misterio inicial planteado, el tema de fondo, la ambientación y el giro final soberbio.

¿Qué le juega en contra a esta joya?

Obviando el repaso que le falta para evitar numerosos errores (colleja al canto que te va a bajar la nota), creo que se podría haber generado algo más de desasosiego en la atmósfera considerando la naturaleza del certamen. En algún momento se diluye un tanto la “magia” del relato, por ejemplo la frase “—Porque te voy ofrecerte algo que no puedes rechazar.” (errata incluida) que suena demasiado vulgar, ¿dónde está el misticismo, oiga?

Pues eso, un diamante en bruto que con un pulido fino podría ser uno de esos relatos memorables.

El título es absolutamente genial, por cierto.

4 estrellas

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Patapalo
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Puntos: 208859

Una idea muy ingeniosa y bien presentada. Me ha gustado mucho la tensión con la que se desarrolla la primera llegada al planeta moribundo. El escenario es muy sugerente y tenemos la sensación de sumirnos en él. Y el concepto que late detrás es muy potente, muy melancólico, y unido de un modo muy especial con la idea del fantasma. En ese sentido, me ha parecido un gran relato.

Sin embargo, hay aspectos en la ejecución que no me han terminado de convencer, en particular algunas partes de los diálogos. Gaia me resulta demasiado contemporánea y mundana en algunos momentos, lo que me choca con su esencia y su situación. Las referencias a Alejandría y demás están pensadas, evidentemente, para nuestro imaginario popular, pero de algún modo me han sacado del escenario.

En cualquier caso, son alguna motas dentro de un relato muy bien construido y bien ejecutado. Muchas gracias por compartirlo.

ps.- Ah, y las erratas, demonios.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Patapalo dijo:

Una idea muy ingeniosa y bien presentada. Me ha gustado mucho la tensión con la que se desarrolla la primera llegada al planeta moribundo. El escenario es muy sugerente y tenemos la sensación de sumirnos en él. Y el concepto que late detrás es muy potente, muy melancólico, y unido de un modo muy especial con la idea del fantasma. En ese sentido, me ha parecido un gran relato.

Sin embargo, hay aspectos en la ejecución que no me han terminado de convencer, en particular algunas partes de los diálogos. Gaia me resulta demasiado contemporánea y mundana en algunos momentos, lo que me choca con su esencia y su situación. Las referencias a Alejandría y demás están pensadas, evidentemente, para nuestro imaginario popular, pero de algún modo me han sacado del escenario.

En cualquier caso, son alguna motas dentro de un relato muy bien construido y bien ejecutado. Muchas gracias por compartirlo.

ps.- Ah, y las erratas, demonios.

¡Ay, capitan! Escribí el relato el penultimo día "oficial" (el último me iba a ser imposible)  y, mira la hora de entrega, acabé medio dormido y era consciente de que había errores de concepción y erratas (¡más de las habituales!) pero quería presentarlo.

¡Imaginate el facepalm cuandome enteré de la prorroga! crying no

Seguramente la referencia a Alejandría (acabo de empezar "El infinito en un junco" y algo habrá influido...) o los cofres de metal no estarían allí.

Pero las cosas son como son y me hago reponsable del relato como es. A ver si tiene suerte.

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Patapalo dijo:

Una idea muy ingeniosa y bien presentada. Me ha gustado mucho la tensión con la que se desarrolla la primera llegada al planeta moribundo. El escenario es muy sugerente y tenemos la sensación de sumirnos en él. Y el concepto que late detrás es muy potente, muy melancólico, y unido de un modo muy especial con la idea del fantasma. En ese sentido, me ha parecido un gran relato.

Sin embargo, hay aspectos en la ejecución que no me han terminado de convencer, en particular algunas partes de los diálogos. Gaia me resulta demasiado contemporánea y mundana en algunos momentos, lo que me choca con su esencia y su situación. Las referencias a Alejandría y demás están pensadas, evidentemente, para nuestro imaginario popular, pero de algún modo me han sacado del escenario.

En cualquier caso, son alguna motas dentro de un relato muy bien construido y bien ejecutado. Muchas gracias por compartirlo.

ps.- Ah, y las erratas, demonios.

¡Ay, capitan! Escribí el relato el penultimo día "oficial" (el último me iba a ser imposible)  y, mira la hora de entrega, acabé medio dormido y era consciente de que había errores de concepción y erratas (¡más de las habituales!) pero quería presentarlo.

¡Imaginate el facepalm cuandome enteré de la prorroga! crying no

Seguramente la referencia a Alejandría (acabo de empezar "El infinito en un junco" y algo habrá influido...) o los cofres de metal no estarían allí.

Pero las cosas son como son y me hago reponsable del relato como es. A ver si tiene suerte.

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Bis

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Me gusta la ambientación, el toque space-opero, y muy al principio me ha recordado al universo del juego Mass Effect. Probablemente por la de horas de vicio que le he dedicado a la trilogía en los últimos meses, pero bueno. Que me recuerde a eso es muy buena señal, que es lo que importa. Luego el relato al relato en sí creo que le falta algo de empaque. Hay aquí buenos cimientos pero creo que se le podría sacar más partido, darle un par de vueltas más para aportarle más textura y más cuerpo, y especialmente intentaría darle más vida o naturalidad a los diálogos. Por ejemplo, el final me parece acertado, pero esa melancolía o esa pena que intenta transmitir no me ha llegado a calar. Luego, tampoco iría mal un repaso para corregir erratas, tipo “te voy ofrecerte” o “yo me seré feliz”, o ese cambio a narración en presente en cierta parte central que distrae bastante.

3,5 estrellas

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solharis
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(relato 24)

Me alegra no ser el único extravagante que ha recurrido a la ciencia ficción. Supongo que fantasmas y ciencia ficción no parecen buena mezcla (vale, olvidemos la chusca película Fantasmas de Marte) pero no estoy de acuerdo. Reconozco que tu apuesta es más arriesgada que la mía porque está más lejana en el tiempo.

El giro está conseguido porque yo también pensaba que eran terrestres explorando la galaxia, que es lo habitual. Me gustó la referencia al famoso disco de oro y la referencia a la Biblioteca de Alejandría es bastante adecuada más allá de que estuvieras leyendo el famoso ensayo. El título es bueno.

Coincido en que falta solemnidad a la intervención de Gaia. El relato exige ese tono y eso requiere un buen pulido. No es nada fácil si te ocurrió como a mí y tuviste que escribir el relato con prisa.

4 puntos

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Germinal
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Puntos: 1307

solharis dijo:

(relato 24)

Me alegra no ser el único extravagante que ha recurrido a la ciencia ficción. Supongo que fantasmas y ciencia ficción no parecen buena mezcla (vale, olvidemos la chusca película Fantasmas de Marte) pero no estoy de acuerdo. Reconozco que tu apuesta es más arriesgada que la mía porque está más lejana en el tiempo.

El giro está conseguido porque yo también pensaba que eran terrestres explorando la galaxia, que es lo habitual. Me gustó la referencia al famoso disco de oro y la referencia a la Biblioteca de Alejandría es bastante adecuada más allá de que estuvieras leyendo el famoso ensayo. El título es bueno.

Coincido en que falta solemnidad a la intervención de Gaia. El relato exige ese tono y eso requiere un buen pulido. No es nada fácil si te ocurrió como a mí y tuviste que escribir el relato con prisa.

4 puntos

No iba a contestar pero esto no lo puedo dejar pasar.

Más allá de lo literario, es bueno corregir ciertas ideas preconcebidas sobre inmigración.

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Puntos: 1514

Germinal dijo:

solharis dijo:

(relato 24)

Me alegra no ser el único extravagante que ha recurrido a la ciencia ficción. Supongo que fantasmas y ciencia ficción no parecen buena mezcla (vale, olvidemos la chusca película Fantasmas de Marte) pero no estoy de acuerdo. Reconozco que tu apuesta es más arriesgada que la mía porque está más lejana en el tiempo.

El giro está conseguido porque yo también pensaba que eran terrestres explorando la galaxia, que es lo habitual. Me gustó la referencia al famoso disco de oro y la referencia a la Biblioteca de Alejandría es bastante adecuada más allá de que estuvieras leyendo el famoso ensayo. El título es bueno.

Coincido en que falta solemnidad a la intervención de Gaia. El relato exige ese tono y eso requiere un buen pulido. No es nada fácil si te ocurrió como a mí y tuviste que escribir el relato con prisa.

4 puntos

No iba a contestar pero esto no lo puedo dejar pasar.

Más allá de lo literario, es bueno corregir ciertas ideas preconcebidas sobre inmigración.

¡Ey, que se supone que este hilo es para darme cera a mi, no entre vosotros!

Bueno, tal vez sea una idea preconcebida. blush

 

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Angelito
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Puntos: 263

Un texto que aporta una notable diferencia escenográfica con una intriga bien construida. (Por cierto, Mass Effect tremendo juegazo, trilogía en mes y medio, tuve que volver a aprender a caminar y todo).

Ojo, la Tierra no puede ser un lodazal ni puede ser brumosa, porque el Sol es una gigante roja y hace rato que se evaporó el agua. No habría ni nubes.

Por otra parte, la oferta que S´Taba no podía rechazar a cambio de subir para decirle al jefe que baje es un cabo suelto. A la vez, se crea un tono profético con el “Largamente Esperado”, pero si saben que igual es él (aunque quiere asegurarse, pero es que apenas lo ve y ya lo recibe dando por hecho que es el Largamente Esperado), tampoco era necesario que el tipo bajara. Dale los cofres a S´Taba, soltale el discurso y a otra cosa mariposa.

También hay algunos momentos “yeah, bro!” que desentonan con el resto del relato, incluso con esa mística seria que barniza los párrafos finales. “—Directo al grano. Me gusta tu estilo”. “Se rebelaron y durante cuatro décadas lucharon por aniquilarnos. Vencimos, claro, si no, no estaría contándote esto”. “—¡Buen viejo Voyager, fiel hasta el final! Me alegro que fuera así”.

“Pao hubiese querido llorar, pero su raza, no podía hacerlo. Gaia lo consoló”. Si no puede llorar cómo sabe que quiere llorar. Si un alien A orina por una fosa nasal cuando se ríe, no veo a un alien B, de otra especie totalmente diferente, deseando orinar por una fosa nasal cuando algo le cause gracia, aunque lo haga el alien A.

La sumatoria pesa.

Al margen de lo que ya han visto otros compañeros, voy a marcar algunos ejemplos de cuestiones gramaticales para facilitar un poco la futura corrección, hace falta una revisión profunda:

“Durante tres días, los expedicionarios aguardaron,  impacientes, el resultado de aquella primera aproximación”. Sobran la comas de inciso en impacientes.

“Aun así, Pao la vio partir con creciente desazón, como si tuviera la certeza de aquel planeta brumoso, que orbitaba un gigante condenado, ocultase un secreto”. Falta un que entre de y aquel.

“—Pero él es un ser vivo y tú no —S’Taba agachó la cabeza, avergonzándose por primera vez, de su condición de syntho, un ser orgánico con cerebro cibernético”. La inercia del enunciado hace que sobre la coma después de vez.

“No quería ofenderte. No me importa que seas sintética y no un ser vivo real. Yo tampoco lo soy”. La aclaración redunda.

“—¿De mí? —la dama fingió sorpresa—¡Todo lo contrario!”. Falta espacio entre la raya y la apertura de exclamación, y falta punto después de esa misma raya.

Sobran espacios en los siguientes ejemplos:  “—Voy a  bajar”. “—¡Pero es peligrosísimo! —arguyó  Kandara, la xenóloga—“. “S’Taba, desde su puesto de mando, pronto experimentaría  la misma sensación”. “Hasta que nuestro señor, nuestro  Sol entró en su fase final y comenzó a tragarse a sus hijos”. En este último, también falta coma de cierre de inciso después de Sol. Otro ejemplo, “… dijo S’Taba, que a continuación intentó comunicarse  con la nave, sólo para encontrarse el silencio más absoluto”. La palabra solo no necesita tilde, no hay riesgo de anfibología.

“—Razón de más para conocer que quiere de nosotros, por qué no ha atraído hasta su mundo”. Falta tilde enfática en el primer que.

“La multitud, entonces, comienza a sollozar y, mientras lo hace el velo brumoso que los rodea se disipa…”. Falta coma de cierre de inciso después de hace.

“Al llegar al trono de la anciana esta se torna ante sus ojos en una mujer en la plenitud de la vida,vestida con una clámide…”. Falta coma después de anciana y espacio entre la coma y vestida.

Falta la s: nos,  “… por qué no ha atraído hasta su…”

“—El planeta es muy distinto al que mostraban lo mensajes…—dejo caer Pao”. Falta tilde: dejó     

O bien falta coma después de los puntos suspensivos, o bien debe comenzar con mayúscula la palabra todo,  “… cambios en el clima… todo esto azotó”.

«“ Incluso cuando nuestro campo magnético se extinguió conseguimos sobrevivir en ciudades subterráneas.». Sobra espacio entre la comilla e incluso. Y ojo que la comilla normativa para dar continuidad a la voz del personaje cuando se abre otro párrafo es la española (»). Además falta coma entre extinguió y conseguimos.

“—Hace mucho, mucho tiempo un rey de nombre olvidado”. Falta coma entre tiempo y un.

“En el puente de mando, antes del inminente alto espacial”. Falta la s: salto.

2

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jane eyre
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Germinal dijo:

solharis dijo:

 pensaba que eran terrestres explorando la galaxia,

No iba a contestar pero esto no lo puedo dejar pasar.

Más allá de lo literario, es bueno corregir ciertas ideas preconcebidas sobre inmigración.

jajjaajajajajjajaajaajajajaajjaja acabo de regar con café la pantalla del portátil jajajajjajaja

 

 

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Me ha gustado el enfoque, que se aleje de fantasma como espíritu de un humano para mostrar la idea de fantasma como espíritu personalizado de toda la vida del planeta Tierra, aporta originalidad.

Me gusta el tono con el que se cuenta porque recuerda a la mitopoeia y su deje de leyendas. Sin embargo, tengo la sensación de que se me queda a medias y después de darle vueltas, creo que es “culpa” de los diálogos, la interactuación es lo que no me convence, no me suena igual y eso me saca de la lectura.

Gracias por compartir y suerte.

 

*La colleja es para el título, me parece que frivoliza y le juega en contra al mensaje. (La del pulido ya te la han dado los compis)

 

 

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Dr. Ziyo
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Puntos: 2776

Me sorprendió gratamente leer una estrofa del tema Souvenir, de OMD, uno de mis grupos favoritos desde siempre, al principio del relato, aunque eso no me sirviera para saber de qué iba el asunto.

El principio me ha encantado, es tan... ciencia ficción. Luego flojea un poco en esos diálogos que, como han comentado algunos, no parecen tener la solemnidad que se merece el espíritu de Gaia.

También yo había pensado que eran humanos explorando el espacio, pero no. Ahí me la has colado. XD

Hay varios errores evidentes que hubiera debido ser pulidos con un repaso y que lo afean un tanto, pero la impresión en general ha sido muy buena.

4,25 estrellas.

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Ligeia
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Puntos: 1152

Los errores ortotipográficos y falta de más punch ya comentados me llevan a restarle medio punto a este relato con buen giro:

Tres estrellas y media: ***'

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Curro
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Puntos: 1048

Puntuación: 3,5 estrellas.

Pendiente comentar.

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Curro
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Poblador desde: 24/09/2015
Puntos: 1048

Curro dijo:

Puntuación: 3,5 estrellas.

Pendiente comentar.

Al lío; la tengo que escribir muy rápido, a ver si no meto gazapos:

Otro relato más de ciencia ficción y fantasmas; me sorprende haber encontrado tantos y tan dispares.

El subgénero de opereta espacial encaja muy bien con los fantasmas. En ese sentido, al comienzo de la lectura, temía que me fuera a enfrentar a un argumento no demasiado original. Esto queda desmentido en el primer encuentro con esos fantasmas pacíficos que solo quieren hablar y negociar.

Me sucede como a otros lectores: no le acabo de encontrar el tono a la anciana. En mi cabeza debería ser un ser místico, pero habla de forma desenfadada y casi en jerga. Bien es cierto que puede ser un prejuicio ―justo acabo de comentar el relato iGhost en el que en los comentarios se habla de esto―, que en realidad ese espíritu es a la vez ancestral y a la vez futuro, podría simplemente hablar como hablaban los últimos humanos del planeta.

Pienso que en ciertos momentos la historia se va un poco por los cerros de Úbeda. Por ejemplo, lo que para mí es la mayor pega: ese primer viaje compuesto por androides ¿qué aporta a la trama, en realidad? Si uno lo piensa, podría haber bajado directamente el capitán, la trama habría quedado igual. Entiendo que se pretender añadir elementos al lore creado e incluso aumentar la sensación de credibilidad ―no van a bajar directamente los humanoides a un planeta desconocido y quizás hostil―, pero, desde mi punto de vista, parece innecesario hacer un capítulo entero solo con este primer encuentro, no se justifica. Quizás podrían haberle reportado al capitán lo que habían visto sin que se tenga que narrar en estilo directo. ¡Ojo!, no es que me sobre esa escena de los androides, es que, cuando por fin desciende Pao, se genera cierta sensación de repetición que considero negativa. El misterio acerca de los habitantes vaporosos de ese planeta desconocido podría haberse mantenido en suspenso un poco más. La segunda visita es la buena y es la menos sorpresiva, vaya.

Hay otra cosa que no termino de comprender sobre el argumento. Gaia dice…:

—Porque te voy ofrecerte algo que no puedes rechazar.

¿Por qué no podrán rechazar? Queda implícito que va a haber cierto quid pro quo, pero luego no lo veo. ¿Qué gana Pao? ¿Conocimientos? No lo veo claro en la historia, aunque supongo que es así.

Es de esos comentarios que parece que solo llevan puntos negativos, pero la sensación final no es esa ni mucho menos. Creo que la idea es muy buena y está bien contada, quizás solo le faltan aristas demasiado afiladas por limar. Con ciertos retoques, podría ser un relato excelente.

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