Relatos Warhammeriles

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Fingor
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 Abro este post por unos comentarios en el de Empieza con lo que quieras, que me recordaron los tiempos en los que en OJ había varias historias, como el Diario de IC o las Aventuras de Timmy. 

Después de pensarlo un rato, que tampoco es cuestión de darle mil vueltas a la cabeza, me he decidido por colgar en un día no muy lejano algo de Timmy. Se admiten sugerencias sobre cualquier cosa; lugares, situaciones, nuevos personajes, antiguos personajes que deberían aparecer... en fin lo que se os ocurra.

Pero como no voy a poder escribir capítulos a un ritmo regular -ni mucho menos-, este post también podría servir para todo el que quiera colgar una historia o un relato de warhammer que haya escrito y quiera compartir con el foro.

Y... eso es todo, de momento.

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Ghazkull
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podrias pillar lo del Timy y colgarlo por aqui? lei lo ultimo solo y me gusto , pero lo demas no pude verlo.

En cuanto a lugares , historia personajes....los orco, goblins y gnoblars son los mas humoristicos, tambien habia x ahi alguna historia sobre un caballero bretoniano caido en desgracia.Estaria bien escribir sobre un enano del caos o un demonio del caos, eso no se ha visto nunca.¿como es la vida de un demonio de slaneesh?un imperial aliado de los elfos oscuros?o algo mas clasico como la historia de un noble elfo o un señor del caos o  un enano?las matanzas de un ogro?historias que debe montar un goblin para no explicarle a su amo que ha perdido el hacha favorita?traiciones de un Skaven?un Skaven no traicionero, bondadoso?

ahi tienes ideas escritas de forma "poetica"XD

No lucho para ganar sino por el mero placer de combatir y pelear.Viva el Waaagh y todos sus practicantes!!!

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Fingor
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 Jujuju, me has dado una idea. Los capítulos viejos de Timmy los iré subiendo mientras no cuelgo los nuevos. Así hay algo con lo que entretenerse. 

Aquí dejo la introducción/avance de la "nueva temporada":

Atardece en un plácido feudo bretoniano. Los últimos cantos de las aves se unen a las primeras melodías de los grillos, formando un natural coro de belleza y armonía.

En mitad de la verde campiña, a la que llega la sombra de la noche, se alza un imponente y hermoso castillo. En lo alto de sus torreones, los banderines ondean al viento mostrando orgullosos el blasón del señor del lugar.

Dentro, en la magnífica sala de banquetes, un pequeño gnoblar, con un calcetín a su espalda, da buena cuenta de los restos de la cena.

De pronto, un grito rompe la calma.

   -¡¿Dónde cojones está mi espada?!

   -Oh oh.

 

Sí, soy yo, Timmy. Os preguntaréis qué coño hago en este castillo, y qué he hecho con la espada de este educadísimo caballero. Bueno, todo tiene una explicación, pero para darla tendré que hacer memoria y comenzar mi relato justo donde dejé mis anteriores aventuras…

 

Es bastante divertido volver a escribir desde la perspectiva de Timmy. 

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Naftor
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Warhammeriles? 

De toda la vida de Sigmar se ha dicho "warhammeros" no "warhammeriles"

"Dejad de echar miguitas de pan en el camino correcto, que por mucho que os empeñeis, no me gusta el pan y menos, recogerlo del suelo."

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asavar kul
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Cojonudo!

alguien ha seguido más o menos la historia de Asavar,mi personaje del estadio letal?es porque seguramente escriba sobre sus orígenes,como llegó a los 16 a general imperial al morir su padre y heredar el cargo,como su aldea y familia fue arrasada y asesinada,su angustia y huida en busca de poder al caos,la venganza,etc...

-Ya no me queda nada en este mundo,la sangre de miles de almas de inocentes mancha mis manos,sus gritos me persiguen en mis pesadillas.Tengo miedo,miedo al día que caiga en el campo de batalla,pues entonces¿quién estará a mi lado?-Confesiones de un señor

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Fingor
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 Warhammeriles? 

Warhammeril me hacía más gracia 

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Ghazkull
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jejejejeje

No lucho para ganar sino por el mero placer de combatir y pelear.Viva el Waaagh y todos sus practicantes!!!

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Naftor
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Bueno... no sé exactamente si esto debería ir aquí. No es un relato de WH explícito (vamos, no mento ninguna raza ni ningún nombre relacionado) pero la verdad, está bastante relacionado con todo lo que he heredado de los mundos de fantasía y grandes batallas épicas. Espero que os guste ^^

Voluntad de Cristal

Llovía.

Sólo recuerdo que llovía.

Los grandes heroes se apostaban en sus posiciones, dando moral a los nuestros, colocando al resto en cada rincón de la inmensa e inexpugnable fortaleza, construida por los ancestros hará ya un millar de millares.

Pero incluso hace un millar de millares, las rocas siguen siendo rocas y nada más. Si colocas una piedra sobre otra, son dos piedras. Si colocas cien mil, una fortaleza. Y si tienes alguien que sepa dónde colocarlas, un reino.

No soy nada más que eso. Otro bloque de piedra más que colocar para formar una fortaleza de espadas, cotas de malla y escudos. Ahora mismo, no soy nada más.

Pues son los grandes heroes los que ganan las batallas. Las que sus nombres son recordados en esos pergaminos que tarde o temprano serán quemados, roídos o simplemente olvidados. Un heroe sabe donde colocar a sus tropas, como hacer que se mantengan firmes y saber dónde tiene que estar. No importa que sea tierra de nadie. Si un heroe debe estar allí, estará.

Eso son los heroes, heroes y nada más.

La batalla comenzó y todos nos mantuvimos fuertes. El primer impacto fue brutal, su carga desmesuradamente potente. Pero nosotros no cedimos ni un paso, los heroes no dudaron ni un instante. Las rocas, seguían siendo rocas.

Y crash, la puerta se rompe y empieza el combate. La madera, se vuelve astilla y se clava en aquellos que mueren o se arrodillan. Se abalanzan sobre nosotros e incansables y moribundos, incluso en el suelo dan centelladas. Valientes hijos de puta... ni con mil hombres podríamos haber hecho callar sus gritos de venganza.

Y poco a poco, nuestra ferrea disciplina se va mermando. Y su ira se va acumulando cada vez más. El primer de los heroes ya yace muerto y astillado y lentamente como el mejor de los venenos, se van extendiendo planta por planta, matando a todos nuestros compañeros.

Susurros que cobijan el miedo entre las filas de las murallas empiezan a surgir. Susurros que ven como a quedado la primera guarnición. La roca, sigue siendo roca, pero tiembla ante el inminente terremoto.

Y por fin se muestra el primero de los heroes enemigos. El sólo, sin nadie, con el pecho descubierto y tan sólo un hacha, avanza hasta la segunda de nuestras puertas. El capitán de la guarnición, un joven heroe que ganó todo su rango en un golpe de suerte, pareció haber olvidado que los milagros solo ocurren una vez.

Y se oye el crujir del hacha contra el metal y el hueso. Vemos como nuestro capitán yace muerto en el suelo, con un bulto sangrante donde antes tenía el bonito yelmo dorado. Ya le dije que no importaba que fuera de plata oro o hierro, que si le golpeaban, le matarían igual. Y el heroe enemigo le zarandea para comprobar si sigue vivo. Acto después, simplemente lo agarra y lo lanza ante las nuestras puertas. La roca, sigue siendo roca y está manchada de sangre amiga.

Y mientras iracundos, los hombres disparan sus flechas al minúsculo heroe enemigo, el resto del ejercito avanza en dirección contraria a este. A por la puerta, a por nosotros, a por mi. Los crujidos de la puerta, asustan a los hombres, los gritos del enemigo, el viento frío, la lluvia y el cielo oscuro. La roca, dejó de ser roca, ahora son hombres.

Y la moral de los hombres es tan quebradiza como el cristal. Un golpe duro y se hace trizas. Basta con uno heche a correr para que hechen a correr todos los demás. Y así perecierón aquellos que protegian la Segunda Puerta, pisandose los unos por los otros, en pos de correr más que nadie para poderse salvar.

Y ya todo, está perdido. Se puede reflejar en los ojos del Tercer Héroe. Ya no tenemos nada que perder, los hombres no seguirán a nadie. Ya no son más que ganado indefenso al que poder devorar con ansia. Y ahora, es cuando, la roca, deja de ser roca para poder ser quién es de verdad. Nada que ganar sin mucho que apostar.

Y la Tercera Puerta se abre ante los ojos de ambos bandos. Salió un simple guerrero, con la misma arma y armadura que todos. Nadie sabia quien era, ni lo sabría nunca. Simplemente, salió, miró hacia atrás un momento y echó a correr ante el enemigo.

Y llovía...

Sólo recuerdo que llovía.

P.D: perdón por el ladrillaco :P

"Dejad de echar miguitas de pan en el camino correcto, que por mucho que os empeñeis, no me gusta el pan y menos, recogerlo del suelo."

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raiserdrc
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De perdón nada xd a sido un relato muy guapo, se le en un suspiro de lo entretenido que es, espero con ganas mas de este relato

Cada cual debe encontrar su propio camino,ninguno kiere una alianza para ver como sus antiguos enemigos prosperan. Y nosotros tampoco deberiamos kererla.

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Varagh
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No esta pero que nada mal, un muy buen relato...pero sospecho que es episodio único ¿o vas a meter continuación? Yo creo que asi ya esta bien narrado y bien cerrado.

“Quien vence sin obstáculos vence sin gloria”

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Ghazkull
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esta muy bien, de ladrillo nada, deberias ver algunas otras narraciones jaja

No lucho para ganar sino por el mero placer de combatir y pelear.Viva el Waaagh y todos sus practicantes!!!

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Naftor
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Graciaaas! No, no tiene continuación, por supuesto. De echo, dejo entrever que el hombre muere en batalla. La verdad, lo escribí en la época de las pelis del ESDLA, algo cansado de que todo el valor recayera sobre los grandes héroes y nunca se nombrara ni se homenajeara a los guerreros mundanos. Los grandes heroes ganan las batallas, pero no hay batalla sin guerreros. Los heroes no son nada sin esos guerreros, y sin ellos los heroes no consiguen la gloria. La verdad, no me gusta darle un poder casi divino a personajes con nombre y rostro ^^

"Dejad de echar miguitas de pan en el camino correcto, que por mucho que os empeñeis, no me gusta el pan y menos, recogerlo del suelo."

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nightbringer93
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Guapifimo

 

Voy a quedarme con tu oro, voy a quemar tu casa y matar a toda tu familia y entonces me pondre a hacer cosas malas de verdad.

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Naftor
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Buenoo, esto está muerto! Pongo otro relatillo por aquí, para ver si esto se anima un poco. Se titula "Lanza del Atarceder", basado en la vida de un hombre condenado injustamente. No es "warhammeril" pero al menos está basado en el feudo.

Allí está, mi guía hacia lo inexplicable.

Pero antes, a las paredes manchadas de mi carcel añado una historia más. La historia de un hombre que luchó por lo que le pertenecia, para que acabaran arrebatandoselo aquellos que no merecían nada. Como siempre, paradojas de un mundo perteneciente a un Dios que desconozco.

Es difícil empezar esta historia. Desde pequeño siempre me he encontrado sólo. Trabajaba para mercaderes por un par de manzanas podridas, y cuando el trabajo escaseaba tanto como las manzanas, me veía obligado a robar. Pero no estaba hecho para eso y gran cantidad de veces soporté palizas de los mismos mercaderes que me explotaban.

Lo único que no perdí en mi vida fue un arma con la que luchar. Me apasionaba el arte de la guerra, y manejaba la lanza mejor que los jovenes recien instruidos. La lanza que siempre sostenia, durante mi juventud a modo de bastón, era el único y basto recuerdo que portaba mi familia, ya extinguida por las crecientes guerras de los reyes.

No era lujosa, ni artistica. Era una lanza simple, de madera dura y a la vez flexible. Sin ornamenta alguna. No era nada más que madera y acero viejo, afilado una y otra vez. Ligera y adaptada para mi, o quizás yo adaptada para ella puesto que la mano de muchos de mis antecesores sujetaron esta misma lanza con algo más de orgullo que yo.

Así trascurrieron los días de mi vida, oscurecida por los moratones en mi cuerpo, perfilada por mis visibles huesos, quebrada por todos los golpes a los que fue sometida.

Pero no, apesar de todo esto aguanté, crecí y me volví mas fuerte. Era como mi lanza, duro, flexible, sencillo. No necesitaba nada más. Durante algun tiempo trabajé como mercenario y me gané una reputación en las Reyertas de los Caminos. Al poco tiempo el señor de un pequeño castillo me ofreció trabajo como jefe de una de sus guarniciones, pero uno de los jefes no le gustó mi manera de enfrentarse al enemigo, delante de la murralla, no detrás. Acabamos en un duelo en el que gané alguna que otra cicatriz y la expulsión del castillo.

Paseé como caballero errante por todas las tierras. Hice amigos, enemigos y alguna mujer me abrió algo mas que la puerta de su casa. Me fui rodeando de gente, amigos que ví morir y marcharse en pos de algo mejor. Por que todos los que me acompañaban sabian que tarde o temprano, tomarían un camino u otro. Podían hacer lo que quisieran, yo no les iba a impedir cambiar su futuro.

Y con el paso de los años, tras muchas cicatrices por una reputación, me llegaron noticias de que en la ciudad donde me crié aún había un familiar mio. La idea de poder entregar la lanza a alguién con un futuro lo suficientemente claro para que la siguieran empuñando los de mi sangre me tentó. Tras semanas de puestas de soles, llegué a la ciudad que nunca quise volver a pisar.

Busqué la casa del que sea hacia apellidar igual que yo. Tras un tiempo, la encontré, aunque quizás nunca debí haberlo hecho. Era un mercader como tantos otros. Como todos esos que me ofrecian una manzana lustrosa con el corazón podrido para llevar los envios de grano al mercadillo. Como todos aquellos que me daban palizas por pedir lo que era mio.

Pero no... para mi aquello había acabado. Era un hombre ya hecho, no podía volver a ser aquel crío canijo apoyado en una lanza. Con toda la amabilidad que pude sacar, le dije el porqué de mi llegada y las razones por las que quería que la lanza siguiera conmigo.

Y no se lo tomó nada bien.

Al principio todo fueron sonrisas y pacientes palabras. Pero poco después, al ver la negativa en mis ojos, los suyos empezaron a arder, reivindicando por aquello que no había luchado. Sube la voz y empieza a ordenarme... parecia que la lanza que queria me pedía a gritos que se la otorgara, con la punta hacia él.

Salí de la habitación como pude, y entonces se me hecharon los guardias encima, gritandome ladrón. Bastó oir el sonido de las espadas desenvainandose para que ya tuviera la lanza en la mano. Ni siquiera se dignaron a intentar escucharme, me atacaron, mientras de fondo se oían los gritos del gordo mercader que se hacia llamar familiar mío.

Pero podía con ellos. Unas simples espadas no podían contra mi lanza. No les maté, entendía que apesar de todo estaban tan sólo haciendo su trabajo, pero cada vez venian más y más. Ya no se acercaban, simplemente me iban haciendo un corro a una distancia prudente, para que al final oye el silbar de unas plumas y todo se oscureciera...

Al final, sólo quedó ella...

P.D: "ella" - la muerte

"Dejad de echar miguitas de pan en el camino correcto, que por mucho que os empeñeis, no me gusta el pan y menos, recogerlo del suelo."

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Varagh
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Otro gran relato...no necesariamente del Warja, pero buen relato.

Muy buenos Naftor.

“Quien vence sin obstáculos vence sin gloria”

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Naftor
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Graciaaas, animo al personal a que suba los suyos!

"Dejad de echar miguitas de pan en el camino correcto, que por mucho que os empeñeis, no me gusta el pan y menos, recogerlo del suelo."

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