Explicar el éxito de Mark Millar es explicar el triunfo del fan. Todas sus obras contienen aquello que todo fan del comic querría ver hacer a sus personajes preferidos. A ese conocimiento vastísimo del comic (y de la cultura popular en términos generales), Millar añade una facilidad innata para crear espectáculo y diálogos que son pura dinamita y, por último, un sentido del humor negro y socarrón muy propio de la escuela británica de la que procede.