Literatura, Relato

El psicovisor

Imagen de Mauro Alexis

Aquende, Lionel —convidó Mariano Sosa, indicando el asiento en que el enfermero no tardaba en apoltronarse— quédate plácido. 

De un lugar muy lejano

Imagen de Nachob

El sueño de la razón produce monstruos...

Rey Khardam III

Imagen de solharis

Y de esta manera ascendió Volgrod al puesto de capitán de la guardia real de palacio. Cubierto con una resistente coraza de placas de bronce, un sable de dorada empuñadura en vaina de plata y la capa azul oscuro flotando alrededor de las hombreras, se acrecentaba aún más la imponente presencia del guerrero llegado desde el Norte.

No me encerraré como un gorrión atrapado

Imagen de jspawn

Álvaro huía como todas las mañanas con aquel relente que embotaba su cabeza y su ánimo. Y siempre se topaba con las mismas gentes, andariegas, que iban de aquí para allá, sin hacer caso a las miradas fulminantes que les echaba el adolescente.

Proyecto Génesis

Imagen de Sechat

Un relato con una curiosa particularidad: sus tres partes se pueden leer en cualquier orden

Capítulo VIII: El poder de Malvordus

Imagen de Gandalf

Octava entrega de Elvián y La espada mágica

Llama de espíritu vivo

Imagen de jspawn

Y no podía ver que los colores que extendía sobre el lienzo borrábanse de las mejillas de la que tenía a su lado

El retrato oval, Edgar Allan Poe

La mancha y la luna

Imagen de jspawn

Aquella noche él estaba solo. En el centro del mar había una mancha, producida por la luz lunar, que rutilaba como un sol oscurecido. Desde lo alto observaba tal escena, que iba in crescendo, apoderándose de su alma. Una fuerza oculta lo movió a bajar a la playa, también azotada por alguna que otra ola.

Cartas desde la mar XXIV: La carta de todas las noches

Imagen de Luc Hamill

La mar es la vida, es la alegría para los sensibles a la belleza. Quizás otras cosas sean más importantes, como el arte, la poesía, la filosofía... Pero, antes de todo eso, ya existía el mar.

El pasaje secreto de Gwendolin

Imagen de Patapalo

¡Lumos!” se oyó en el pasadizo, y un leve resplandor blanquecino se percibió unos metros más adelante, al volver una esquina. Scorpia sonrió complacida. “Así que allí es donde está el pasaje secreto de Gwendolin”, pensó. “Por fin llegamos al final de este misterio.”

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