Una historia en bicicleta

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En esta obra de Ron McLarty acompañamos a un gordo borrachuzo que un día decide cruzar Estados Unidos en bicicleta para intentar olvidar su triste vida.

 

En ocasiones ocurre que una historia llama la atención (entre otras muchas cosas) bien porque nos podemos sentir identificados con el personaje o bien por el morbo que despiertan en nosotros los perdedores. En este caso, como la mayoría no somos gordos borrachos de cuarenta y tres años y ciento veintiséis kilos que bebemos a mansalva, fumamos como carreteros y que trabajamos en una cadena de montaje, pues lo interesante de esta novela es averiguar cómo se las apaña el protagonista para salir de esta triste existencia.

 

Porque Smithy Ide es tal cual le hemos descrito. En efecto, es un perdedor, y cuando la gota colma el vaso (en forma de la muerte de sus padres en accidente de tráfico -no desvelamos nada- ) decide cambiar el rumbo a su vida, cosa que no todo el mundo es capaz cuando se halla metido en un agujero vital, sea de la forma que sea. En ese sentido la novela funciona como un golpe de ánimo para coger el toro por los cuernos para todo aquel que necesite redención y un cambio en su vida.

 

La historia promete, un “road book” de entorno realista, costumbrista, con aparición multitud de personajes por el camino y con todos los mimbres para conseguir emocionar, pero enseguida el libro muestra una serie de problemas que no consigue paliar en todo el contenido. Porque se podría empezar diciendo que costumbrismo y cotidianeidad no equivale a aburrimiento, y en este caso sí que se cumple esta ecuación. Tras un buen arranque, aunque algo confuso hasta coger el ritmo al libro debido a la estructura elegida de dos historias paralelas (una con la historia actual de Smithy y otra con flashbacks del pasado con la historia de su hermana), Ron McLarty introduce muchas situaciones sin interés, demasiadas anécdotas aburridas que no aportan en exceso.

 

Este libro, al igual que este tipo de historias, pedía a gritos personajes interesantes con los que hacer un viaje inolvidable, pero salvo alguna excepción lo que nos encontramos son gente de paso que entorpecen la trama más que le dan vida. Por otro lado, el desdoblamiento en dos historias paralelas siempre es un recurso peligroso cuando una de las dos pierde fuelle con respecto a la otra. En este caso se puede decir que las dos mantienen el mismo nivel, aunque casi siempre interesa más la historia del personaje principal (aunque la otra sea más “literaria”), más que nada porque con esa parte se nos ha vendido el libro.

 

Smithy Ide es un estúpido, actúa como un estúpido y su forma de expresarse es bastante estúpida, para qué nos vamos a engañar. Tanto es así que si somos un poco tiquismiquis le podemos llegar a coger algo de tirria precisamente por su forma de actuar y su, por momentos, exasperante parquedad en palabras. Pero de lo que no cabe duda es que también es muy buena gente, muy inocente, no se enfada nunca, no es violento y aguanta estoicamente las injusticias y el comportamiento de los demás. Lo cierto es que el retrato del personaje y sobre todo la autocrítica que se hace a sí mismo (sabe que es un gordo estúpido y así se autodenomina en repetidas ocasiones) es lo mejor del libro y con ello nos regala la parte más cómica del asunto.

 

Autor

 

Ron McLarty es un veterano actor de teatro y escritor novel estadounidense. Debutó en la literatura con Una historia en bicicleta, pero al comienzo ninguna editorial se decidía a publicarla, por lo que la obra apareció en forma de audiolibro. Poco después fue descubierta por Stephen King quien declaró en un artículo que se trataba de la mejor novela del año y que podía convertirse en un best-seller. Inmediatamente las editoriales más importantes se interesaron por ella, vendió más de 150.000 ejemplares en EEUU y ha sido traducido a más de catorce idiomas.

 

Sinopsis

 

Smithy Ide tiene cuarenta y tres años, pesa ciento veintiséis kilos, trabaja en la cadena de montaje de una fábrica de muñecos, y bebe y fuma demasiado. Su adorada hermana Bethany hace años que desapareció sin dejar rastro y sus padres acaban de morir en un accidente de tráfico.

 

Entonces Smithy Ide decide sacar su vieja bicicleta del garaje y cruzar Estados Unidos de este a oeste en busca de lo que más quiso. A lo largo de su viaje, nuestro fascinante protagonista se cruzará con todo tipo de personajes y se verá envuelto en multitud de historias, a veces divertidas, otras tristes, y siempre emocionantes.

 

Edición

 

Editorial Santillana Ediciones

Sello Punto de Lectura

Bolsillo

493 páginas

 

Conclusión

 

Se trata de un libro de superación y redención con cierta dosis de humor y no exento de drama pero al que le falta algo de chispa y crítica y le sobran “diálogos para besugos”. En cierto modo funciona como retrato de la sociedad estadounidense y en todo caso se deja leer y tienen algún momento entrañable y deja poso de buen rollo. El personaje principal no deja indiferente, o bien termina cayendo bien y/o emocionando o bien sacando de quicio, eso ya al gusto del consumidor.

 

 

Lo mejor: El retrato del protagonista y sobretodo la autocrítica que hace de sí mismo.

Lo peor: Podía haber dado mucho más de sí

Nota: 52

 

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