El misterio de la momia
Aviso a navegantes sobre la obra de Théophile Gautier
Es muy posible que buscando lecturas sobre la momia como personaje de terror caigamos sobre La novela de la momia, traducción literal del original, Le roman de la momie, el cual también ha sido traducido como El misterio de la momia y que, a mi modesto parecer, debería haberlo sido, más fielmente a su esencia, como El relato de la momia, pues esta relata su vida, no la novela. Es por ello que he decidido escribir este aviso a navegantes: La novela de la momia no es una historia de momias, aunque pudiera parecer lo contrario.
Publicada en 1858, se trata de una obra de Théophile Gautier, autor romántico que se codeó en su día con Dumas o Balzac, y que contaba con la consideración de Charles Baudelaire, que no es poco. En ella se ponen de manifiesto los conocimientos adquiridos durante sus viajes (Egipto se contó entre sus destinaciones), y también el interés de la época por la floreciente disciplina de la egiptología. Desafortunadamente, y aunque el primer protagonista es un arqueólogo del siglo XIX, la novela no tiene momia por ningún lado.
Sí, una momia es la que “cuenta” su historia, pero a través de un pergamino encontrado en su tumba, que es lo más lógico, pero también lo más prosaico. El que espere elementos de terror, o misteriosas apariciones decimonónicas, mejor que opte por otra lectura. En esta haremos un viaje —ilustrado con la rica y plástica prosa del autor— al Egipto de los faraones, prontos a sumergirnos en una historia pseudobíblica llena de simbolismo y algo de misticismo.
Una buena novela, sobre todo para los amantes de la literatura del siglo XIX, que puede resultar un chasco absoluto a los que vayan buscando sepulcros violados, terribles maldiciones y sombras cubiertas de vendas en los rincones del museo de El Cairo. Aquí lo que priman son las historias de amor, el exotismo del pasado remoto y cierto gusto por la espiritualidad.
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