La leyenda de Alexis Mac Coy

Imagen de Anne Bonny

Reseña de esta fabulosa obra de Jean-Pierre Gourmelen y A.H. Palacios

 

Hay cómics que cuando los lees marcan tu existencia. “La leyenda de Alexis Mac Coy”, para mí, es uno de ellos.

 

Aparentemente el guión es muy simple. Estamos en plena guerra de secesión americana y el Norte empieza a ganarle terreno al Sur. Es entonces, en concreto por el frente en el que avanza Sherman, donde aparece este personaje que es Mac Coy, un simple oficial de caballería sobre el que los generales al cargo del ejército confederado cargarán una serie de misiones a cuál más insólita y arriesgada.

 

En contraposición a otros de ambientación similar, Mac Coy es un caballero sudista. Durante todo el cómic ejerce como tal, encarnando al militar estoico que se enfrenta a la adversidad sin temor, con un aplomo sin igual y sin cuestionarse si es posible o no lo que se trae entre manos.

 

Su frialdad, su apostura, su impasibilidad que termina por resultar irritante para lo que le rodean, ese modo de devenir un héroe aceptando simplemente los encargos de sus superiores sorprende desde el principio. El fatalismo que se respira en ciertos pasajes de la obra resulta de lo más sugerente. Y quizá sea esto lo que consiguió que el personaje alcanzara una larga vida (diecinueve álbumes) desmarcándose de ofertas más típicas y tópicas.

 

Sí, Mac Coy no es el tipo fantasma e indisciplinado que se enfrenta al destino riéndose del mismo y con el convencimiento de que va a vencer. Tampoco es, por el contrario, el personaje atormentado y sobrepasado por las circunstancias que sufre el cosmos vencido sobre sus espaldas. Es todo lo contrario y al mismo tiempo algo distinto.

 

Es un hombre –un Hombre, con mayúsculas, de hecho- que encara la adversidad y se enfrenta a ella sin aspavientos, sabiendo que arriesga el pellejo pero dominando el temor que pueda sentir. Es este aplomo, tan sorprendentemente plasmado por los dibujos de Palacios, lo que hace que el atípico guión de Gourmelen funcione tan bien.

 

Sí, qué duda cabe. Sin las fabulosas imágenes de la guerra de secesión, que te transportan directamente al campo de batalla y a la cruda realidad de esa guerra decimonónica, el cómic no sería lo mismo. Resultaría difícil creer en ese león -como le llaman sus adversarios, reconociendo apabullados su fortaleza de espíritu bajo el influjo de una cosa ya casi olvidada que es el honor- si el dibujo no fuera capaz de captar esa serenidad y esa llama que arden bajo el rostro impasible de Mac Coy.

 

Al final, el resultado es insuperable, una simple obra maestra. Cabalgando por sus páginas –porque da la impresión de cabalgar desde la primera y trepidante misión- uno se da cuenta de que está leyendo algo distinto, y eso es mágico.

 

Creo que rara vez el género bélico consigue con tanta eficacia transmitir la intensidad de lo que refleja y al mismo tiempo entretener sin crear oscuras nubes en torno a nuestro espíritu. Sin duda, para los amantes del género, del concepto del caballero sudista como hombre que pertenece a otra época y que afronta su extinción frente a la maquinaria industrial devoradora del norte –tan magistralmente retratada en “Lo que el viento se llevó”-, es un cómic más que recomendable. Indispensable. Al trepidante ritmo de sus páginas, la emoción está garantizada.

 

 

Sinopsis

 

El ejército del Norte, comandado por Sherman, hace retroceder a la Confederación. En esta desesperada retirada, un oficial de caballería, Alexis Mac Coy, se destaca gracias al resultado de sus épicas misiones.

 

Autores

 

Jean-Pierre Gourmelen nació en Francia en 1934. Cursó estudios clásicos en la Facultad de Derecho. Publicó en la editorial Métal “Espions en blouses blanches”, al que seguirían "Opération Insulinde" y otras obras policiacas en editorial l'Arabesque, en la cual se encargaba de las cubiertas, del coloreado y donde, además escribió algunos artículos. Tras un periodo turbulento entre Indochina, Algeria y Egipto, en 1973 entra en Dargaud, donde trabaja con Palacios, Buzelli, de la Fuente, Clavé, Bret, Vicomte, Dupuis y Patrito alternando con el extranjero: Blue Jean (en España), Alter Linus y Lanciostory (en Italia) y Stripoket (en Yugoslavia).

 

Es el creador de Mac Coy, Nevada Hill, Capitaine Cherubin, Krane le Guerrier, Bolivar, Mac Arthur, Gus y muchos otros personajes.

 

 

Antonio Hernández Palacios nació en Madrid en 1921. Dibujante y guionista de cómics español y profesional de la publicidad, se inició en el ámbito del cómic en 1943. Entre sus obras, destacan Roncesvalles (1980), Los cantos de Maldoror 1982) y La guerra Cayuso (1984).

 

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