Megazoria: Getia

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Trasfondo del reino de los götar o getas

También conocidos como los señores del mar, los götar son una serie de clanes escandinavos que habitan en el archipiélago que salpica el mar Báltico aferrándose al modo de vida vikingo.

 

Aspectos geográficos

Getia es un archipiélago cuya isla principal es Gocia, a cuyo alrededor, por todo el Mar Báltico, orbitan otras de menor tamaño. Todas ellas están formadas por mesetas calcáreas, de escasa altitud, apenas 80 metros en las mayores, pero que, a pesar de ello, disponen de impresionantes acantilados y curiosas formaciones rocosas, a modo de pilares, en sus costas.

El clima viene temperado por el mar y, aunque hay zonas bastante áridas, el interior de Gocia es suficientemente fértil. Abundan las cavernas y los recodos angostos, que son utilizados con frecuencia por vikingos y piratas como guaridas o para emboscar otras naves.


 

Fauna

Los animales de gran tamaño son raros en tierra, aunque se puedan encontrar lobos y osos en las islas de mayor tamaño, los cuales cazan las abundantes ovejas, tanto salvajes como domesticadas. En las costas, por el contrario, abunda todo tipo de fauna marina y las islas son ricas en aves. No es rara tampoco la presencia de perros salvajes, que son particularmente peligrosos por estar habituados a la presencia del hombre.

 

Habitantes

Los götar son escandinavos, hombres altos, de pieles claras y cabellos pelirrojos o rubios por lo general. Sus vestimentas —túnicas cortas, pantalones, capas— son confeccionadas con lana que tiñen de colores y adornan con abalorios de hueso o metal. Suelen llevar los cabellos largos y trenzados, y los hombres barbas con largos mostachos.

Lengua: Escandinava

Escritura: Rúnica

Algunos nombres de ejemplo: De hombre, Asgeir, Finnbogi, Harek, Kolli, Skulli o Vestein. Los apellidos se forman añadiendo el sufijo -son (p.e. Bjorn Haraldson). De mujer, Ingunn, Halldora, Luta, Jora o Vigdis.

 

Sociedad y gobierno

La política oficial de Svithiod implicaría, a priori, la desaparición de los clanes vikingos de Getia y su integración en el reino. Sin embargo, a efectos prácticos, estos son tolerados o ignorados, como si sus dominios no valieran la pena el esfuerzo que su poderoso vecino debería invertir para pacificarlos, sobre todo teniendo en cuenta su carácter indómito.

Los señores del mar de Getia se organizan en grupos familiares enfrentados o aliados entre sí, en un equilibrio cambiante que se acomoda cada año en la estación de las incursiones. Los cabezas de familia, que son así mismo los propietarios de los barcos, organizan expediciones en solitario o con otros señores, o se limitan a piratear por el Báltico, aprovechando el comercio de ámbar, principalmente, que dirigen los rus.

Los götar se rigen por la tradición y un complejo sistema de honor y alianzas. Sin embargo, no tienen mediadores de calado, por lo que al final cualquier cuestión legal se dirime por un equilibrio de poderes y alianzas o recurriendo a duelos armados que denominan “el juicio de los dioses”. Las mujeres gozan de bastante libertad, ya que, en ausencia de padres y maridos, son las que disponen sobre las propiedades en tierra y sobre siervos y thralls y esclavos.

Las aldeas suelen construirse en piedra, pues la madera de buena calidad se reserva a la construcción de navíos. Los muelles son inexistentes: se utiliza las playas naturales para todo desembarco.

 

Religión

Los götar rinden culto al panteón nórdico y, con especial devoción a Thor, el dios del trueno. Loki, su ladino hermano, también goza de particular predicamento entre los piratas y vikingos en general, quienes adoran su astucia.

La escasa extensión de las islas hace que no abunden los hombres de fe, salvo cuando están ligados a alguno de los señores del mar, para los que pueden ejercer de escaldos, o a algún altar local, que siempre corresponden a particulares formaciones naturales. En cualquier caso, estos adivinos y völvas no forman un culto organizado.

Los götar mantienen la tradición de inmolar a sus líderes en los propios barcos y el culto a los ancestros. Son capaces de remontar su genealogía muchas generaciones.

Actividades económicas y lúdicas

Getia depende, principalmente, de los saqueos y el contrabando. Sin las expediciones vikingas, que sirven tanto a fines comerciales como de ataque, los recursos escasearían y, de hecho, toda la economía de la zona depende de ellas. Como actividades complementarias, las familias cultivan hortalizas en los campos y mantienen rebaños de ovejas. Así mismo, hay artesanía, pero la producción no es suficiente como para tener repercusión comercial.

Los escaldos y sus canciones épicas son indispensables en cualquier hogar de importancia. Así mismo, los götar son aficionados a los juegos de peones y dados.

 

En la guerra

Los götar carecen de formación bélica propiamente dicha. Los jóvenes prueban su valía en las expediciones vikingas y aprenden el uso de las armas gracias a los veteranos. Las tripulaciones rara vez desarrollan tácticas complejas: se basan en la sorpresa y la confusión para su éxito, y confían en la habilidad individual en el combate. Como armas, utilizan espadas aquellos que pueden permitírselo, así como cotas de malla y cascos de metal, pero priman las corazas de cuero, lanzas, hachas, jabalinas y otras armas de este tipo.

 

En el mar

La navegación es la razón de ser de los götar. Se precian de tener magníficas naves largas, aunque sean capturadas. Las naves típicas son drakkars o langskip de un solo mástil con capacidad para unos cincuenta vikingos, aunque tampoco son raras las embarcaciones de menor envergadura que se utilizan para el contrabando o la pesca.

 

Posibilidades de aventura

Getia es una tierra de aventureros y piratas. Es más probable partir de ella en busca de aventuras que hacer el camino inverso. No obstante, es posible imaginar historias relacionadas con sus habitantes. Por ejemplo, un señor del mar puede exigir una serie de pruebas antes de dar la mano de una hija —y el pretendiente optar, al final, por secuestrarla—, o se puede organizar el rescate de un thrall cuya identidad es más valiosa de lo que creen sus captores. Las leyendas sobre grandes tesoros obtenidos por aventureros de tiempos pasados y escondidos en las numerosas cavernas de las islas no son raras y fomentan la avaricia de todo aquel que los oye.

Finalmente, aunque los götar no son un pueblo poderoso en conjunto, la mayor parte de sus hombres se han curtido en aventuras de ultramar, por lo que infiltrarse entre ellos no estará exento de peligros. Quién sabe quién puede desafiar a un extranjero a un juicio de los dioses en caso de ofensas o desavenencias.

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