Toe Tags
Reseña del cómic de George A. Romero y Tommy Castillo publicado por Planeta DeAgostini en su línea Géneros DC
Un elefante, un zombi inteligente, una tía buena con su recortada y una conspiración nacional (¿mundial?) para aprovechar un apocalipsis Z. ¿Qué más se puede pedir? Que el guión sea del padre del zombi moderno, de las películas de serie Z para el gran público, supongo. Pues eso es lo que nos trae Planeta DeAgostini en este Toe Tags (como se denominan, en Estados Unidos, las tarjetas que se cuelgan de los dedos de los pies de los cadáveres para identificarlos en los depósitos de la morgue).
Eso y unas cuantas cosas más. Por ejemplo, portadas de la mano de Bernie Wrightson, que vienen recopiladas al final del volumen que recoge este primer arco argumental de la serie y que son francamente impresionantes. También el dibujo de Tommy Castillo, entintado por Rodney Ramos y coloreado por Lee Loughridge, un equipo que hace que el apartado visual de este capriccio kitch funcione a las mil maravillas.
Sobre el guión no voy a comentar gran cosa. Romero, con la posición privilegiada de pope que tiene en esto de las hecatombes zombis, se permite meter vuelta de tuerca sobre vuelta de tuerca desafiando a la estabilidad del invento. Lo deja bien claro con lo del elefante (tan claro como que su visión narrativa es muy cinematográfica), ya desde el principio, y lo remacha a cada giro y sorpresa de la trama. La espiral que emprende es abracadabrante. Mejor descubrirla por uno mismo. "Excesiva" es un adjetivo que le va bien en muchos sentidos.
En cuanto al apartado gráfico, lo dicho: han hecho un magnífico trabajo. La imagen capta bien el espectáculo macabro gore festivo del mundo zombi al tiempo que deja espacio para digerir —que verbo tan terrible dadas las circunstancias— la historia. No se escatima en detalles y, al mismo tiempo, se huye del realismo para abrazar una estética propia.
No obstante, más incluso que este cuidado con la fotografía llama la atención lo bien que se ha captado el ritmo fílmico. Los encuadres remiten a esas visiones de cine en las que los monstruos llegan en todas direcciones, desde fuera de cuadro. Los picados y contrapicados hacen que el lector tuerza el cuello para escapar de la amenaza o conseguir ver qué se le viene encima. La composición de las páginas, con viñetas abigarradas que dan la sensación de pisarse unas a otras, capta a la perfección lo que tiene que sentir alguien desbordado por una marea zombi. En definitiva, el planteamiento sucio ayuda a la narración y crea una atmósfera muy potente.
El resultado es un cómic que capta muy bien lo que, cabe imaginar, se pretendía. Una serie muy interesante para los amantes del género Z que estén deseando ir más allá, mucho más allá. Esto ya no va simplemente de supervivientes escondiéndose y sobreviviendo a duras penas.
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