Solo: mundo caníbal

Imagen de Anne Bonny

Reseña de la obra de Óscar Martín y Tony Fernández publicada por Edicions De Ponent en su colección Solysombra

“Solo: mundo caníbal” es un cómic brutal en todos los aspectos. La historia, la estética, el planteamiento… hasta las faltas de ortografía (que haberlas haylas hasta en la portada) son brutales. Sexo y violencia, sexo y violencia, y algo de sexo y violencia se dan cita para entretejer este escenario post apocalíptico que es mundo caníbal. De modo que, si no te interesa la violencia y el sexo, me temo que éste no es tu cómic.

 

En caso de que te interese, conviene matizar algunos aspectos: el sexo y la violencia de “Solo: mundo caníbal” se presentan de un modo lineal. Aquí no hay virguerías narrativas ni argumentos convergiendo hacia un final apoteósico; como si los autores hubieran querido transmitir toda la desolación del escenario, en este cómic sólo hay sexo y violencia, procreación y supervivencia, sin final ni perspectivas de encontrarlo. Sin más. Sin moralejas, ni esperanzas. Sólo instintos básicos y algunas acotaciones al pie de página con cierto deje moralista.

 

Es cierto que durante la historia se escucha un leit motiv con ciertas pretensiones poéticas, una rememoración de un pasado con una naturaleza viva que ha sublimado a mito en los intelectos de los actuales habitantes del mundo caníbal, pero éste es casi anecdótico. En cualquier caso, no tiene ningún peso en la historia, porque en sus doscientas cincuenta páginas no vamos a ningún lado –sencillamente, según se entrevé, porque no hay ningún lado a dónde ir-.

 

Así, despojada la narración de todos estos referentes, se nos presenta la existencia de una rata mutante que avanza en un mundo plagado de otros tipos de seres mutantes antropomórficos. No sé si intencionadamente o no, todas estas nuevas “especies” (mustélidos, ratas, perros, puerkos, humanos, etc.) son prácticamente idénticas en su comportamiento, y han heredado todos los vicios del hombre –en concreto, la monogamia, es la motivación básica de la rata en cuestión-. De este modo, incluso las simpatías caen en la desesperación hasta que Solo –el protagonista- emprende una vida que hace pensar en los samuráis errantes.

 

Este personaje atormentado y lúgubre encarna al eterno superviviente, y es, sin duda, el portavoz perfecto para introducirnos en el escenario. Bajo sus ojos, y con este reparto, no es de extrañar que toda la historia naufrague en la desesperación. Únicamente el trepidante ritmo gráfico permite navegar por sus páginas a buen ritmo.

 

Éste es de lo más interesante de la obra. A pesar de lo planos que resultan los personajes, Tony Fernández consigue dotarlos de una gran expresividad –siempre brutal, que nadie se lleve a engaño- haciendo que, como cómic de acción, funcione a las mil maravillas. Su trazo vivo, lleno de energía, y los vertiginosos encuadres de sus viñetas nos hacen partícipes del escenario hasta extremos insospechados. Cabe resaltar también la particular elección de verbalizar en castellano las onomatopeyas, algo que quizá descoloque al principio, pero que dota de carácter propio al cómic.

 

Finalmente, cabe comentar que el toque humorístico vulgar que se percibe en las fichas técnicas del final (y que, aunque prescindibles para el cómic, dan información adicional sobre el universo de mundo caníbal), apenas está presente en “Solo: mundo caníbal”, lo que es, desde mi humilde punto de vista, un gran acierto. Es lo que permite, a fin de cuentas, disfrutar con el final épico de la historia, aunque sea tan desesperanzador como el resto de la narración. La separación entre el blanco y negro de la historia y el color de los apéndices -adelantos y fichas- ayuda también a dar esa entidad propia y diferencial a la historieta en sí.

 

En definitiva, un cómic que retoma esta línea pulp de dar mucha cancha a la violencia y al sexo, en este caso hasta eclipsar totalmente al resto, y que podría haber dado muchísimo más de sí si se hubieran estrujado un poquito más los sesos con la historia. Incluso sin abandonar el tono elegido.

 

Mención aparte merece el CD regalo con cinco canciones de Fujiyama Kids, una banda de rock duro que me ha hecho pensar, continuamente, en algunas viejas glorias del otro lado del charco. Por supuesto, en inglés.

 

Sinopsis

 

En un mundo destrozado por guerras biológicas, químicas, atómicas... todo cambia en el planeta. Tal vez el mayor de los cambios se da en los animales, que sufren mutaciones increíbles y desarrollan inteligencia parecida al del ser inhumano. Ahí conocemos a Solo una rata cazadora que inicia un viaje en busca de su familia secuestrada por los humanos y que en su caminar encuentra y se enfrenta a todo tipo de sorprendentes seres y nos muestra a cada paso como se articula y estructura un mundo con el ecosistema roto y despedazado donde el canibalismo es la única forma de supervivencia.

 

Autor

 

Oscar Martín. Nace en Barcelona en 1962 y su andadura profesional comienza en 1983. Por aquella época era habitual comprador de cómics de autor, género en el que comienza a colaborar en algunas revistas en España. Amante de los dibujos animados, termina por dibujar en revistas infantiles. Es guionista y dibujante de historietas de Tom y Jerry desde 1986. Este trabajo se ha publicado en gran parte de Europa y Usa. Colabora esporádicamente dibujando personajes de Disney para diversas editoriales europeas. Entre un trabajo y otro crea y edita sus propios personajes.

 

Actualmente está ocupado en varios proyectos, sin perder nunca de vista lo que más tiempo le ocuparon Tom y Jerry -trabajo por el cual Warner Bros le premió en el 2002 con el Lifetime Achievement Award-. Hoy en día trabaja, sobre todo, para Full Stop Media, editorial con sede en Estocolmo, Suecia, país éste para el que lleva trabajando prácticamente desde siempre.

 OcioZero · Condiciones de uso