Sherlock Holmes: Resuelve sus mejores enigmas

Reseña del cuaderno de acertijos inspirados en el personaje editado por Alma

El anzuelo es más que evidente y se pica con gusto. Enigmas patrocinados por el mayor detective de todos los tiempos. ¿Qué más se puede pedir? Sherlock Holmes: Resuelve sus mejores enigmas es una idea tan evidente que, por supuesto, ha sido explorada en más ocasiones. ¿Qué es lo que encontramos en la propuesta de Alma?

En primer lugar, un producto muy simpático en su planteamiento. Tiene un formato como de viejo calendario, de almanaque al que arrancar las hojas cuando se van resolviendo los enigmas. Esto es algo que, personalmente, no he hecho, porque soy muy de reutilizar y prestar, pero que le da una estética original. La tapa de cartoncillo es lo bastante sólida para que no se deshaga en caso de optar por no deshojarlo.

Luego, está la presentación. Los enigmas se introducen con pequeños textos que buscan recrear escenas del personaje y que se acompañan con ilustraciones de la publicación original de las aventuras de Sherlock Holmes realizadas por Sidney Paget para The Strand Magazine. Son textos muy breves, que imitan las narraciones del doctor Watson sin una gran profundidad pero con solvencia, la suficiente para imbuirnos de la atmósfera holmesiana adecuada.

No todos orbitan en torno a crímenes o casos del detective, sino que en muchas ocasiones parecen más bien anécdotas de la vida cotidiana de los personajes, donde Holmes se dedica a torturar a Watson con cuestiones de lógica, acertijos, adivinanzas y demás. Sobre el lector recae la responsabilidad de resolver estos pequeños problemas.

Sobre los mismos, hay que decir que hay de dificultades bien distintas. Algunos resultan muy evidentes y otros, por el contrario, requieren de ciertos cálculos o resulta necesario tomar notas para resolverlos (salvo que se tenga buena memoria). La mayor parte son cuestiones que se pueden resolver con una lectura atenta de las premisas y que dependen de la lógica pura y dura, a veces de algunos cálculos matemáticos. Otras, por el contrario, reposan sobre juegos de palabras, por lo que resultan más simpáticos que propiamente enigmas y se distancian, quizás, del personaje original, aunque parecen dotarlo de un sentido del humor que en buena medida le sienta bien. Al final del cuaderno se encuentran las respuestas a los enigmas con ciertas explicaciones y, aparte de una errata, en general dejan bastante satisfecho, aunque es cierto que en algunos casos, a mi parecer, se oculta demasiada información para que se pueda llegar a la solución con facilidad, salvo si se conoce algún enigma similar y se enciende la bombilla.

En conjunto, Sherlock Holmes: Resuelve sus mejores enigmas es un producto simpático que ayuda a mantener una cierta agilidad mental. Los acertijos no son, por regla general, extraordinarios, pero sí simpáticos, y la ambientación está lo suficientemente conseguida para que se acepte el gancho comercial evidente. En este sentido, es un regalo o un capricho muy adecuado. Sí que se echa en falta, no obstante, la autoría de los enigmas. Está claro que algunos son clásicos que circulan desde hace tiempo, en cualquier caso.