Lex Luthor: Hombre de acero

Imagen de HPLovecraft

Lex Luthor ha sido, y es, el gran azote del mayor héroe de todos los tiempos. Un simple mortal, de inteligencia sublime y espíritu inquebrantable, lucha por desacreditar y destruir al llamado último hijo de Krypton. ¿Qué motivaciones se ocultan tras esta enfermiza obsesión?

 

Sinopsis

Lex Luthor... ¿Héroe Del Pueblo?

¿Alguien se ha planteado alguna vez por qué Lex Luthor es alguien tan malvado?

Siempre en la sombra, manipulando, tergiversando y haciendo todo lo posible por desacreditar y destruir la fe ciega que los habitantes de Metrópolis tienen en Superman. Pero, por primera vez, podemos ver qué hay detrás de Lex Luthor, sus impulsos y motivaciones para comportarse como lo hace. Sólo el genio de Brian Azzarello (autor de 100 balas) junto al talento artístico de Lee Bermejo, podrían conseguir que miráramos con otros ojos al mayor villano del cómic.

 

Han hablado de ti como el mayor boy scout del mundo que peleas por la verdad, la justicia y el modo de vida americano. Como si fueran una santa trinidad inseparable.

¿Verdad? Depende del que hable. Sólo palabras muy mesuradas que bien pueden no ser más que mentiras astutamente preparadas.

¿Justicia? Pertenece al juez, que está por encima de aquellos que le nombran porque no pueden confiar en sí mismos.

¿Modo de vida americano? Evoluciona constantemente a partir de algo que demuestra ser verdad y mentira; que todos los seres humanos son creados iguales. Todos los hombres son creados iguales. Todos los hombres. Tú no eres un hombre…

Pero te han convertido en su héroe y te adoran. Así que dime, ¿qué redención les ofreces?

-Lex Luthor

 

El Guionista

Brian Azzarello, nacido en Cleveland, Ohio, es uno de los revolucionarios guionistas que están apareciendo últimamente en el panorama del cómic americano. Está casado con la escritora y dibujante Jill Thompson. Ha sido nominado en dos ocasiones al Will Eisner Comic Industry Awards, en 2002 y 2004, como mejor guionista por su trabajo en 100 Balas, Hellblazer y Sargento Rock: Entre El Infierno Y Algo Peor.

 

En su obra destaca el género policiaco por encima del superheroico, estando especialmente dotado para escribir guiones de estilo noir (negro). Esta habilidad natural le lleva a escribir uno de los trabajos por los que será catapultado a la fama, Johnny Double, con dibujos de Eduardo Risso, para la línea Vértigo. Como es bien sabido, DC Comics creó Vértigo para dar cabida a todos aquellos cómics orientados a un público más adulto, bien por su temática o por su violencia explícita. Posteriormente, cabe añadir, Marvel Comics ha hecho un movimiento equivalente con su línea Max. Posteriormente realiza los guiones de la serie Hellblazer desde el número 146 al 174 en medio de una gran controversia. Según buena parte del público, Azzarello redujo al protagonista, John Constantine, a poco más que un personaje secundario. Con independencia de este hecho, la calidad de dichos números es indiscutible y sus arcos argumentales se encuentran entre los mejores de la serie. Por último, antes de firmar en exclusiva para DC Comics, realiza un par de trabajos menores para Marvel Comics.

 

En 1999 comienza su labor como guionista de una serie de la línea Vértigo; 100 Balas que será -junto con la ya mencionada Johnny Double- la que le convierte en la estrella indiscutible del cómic-book americano que es hoy en día. En la faceta artística cuenta de nuevo con Eduardo Risso, con el que parece entenderse a la perfección. Es de justicia así mismo destacar la miniserie de seis números que realiza para Batman -Batman/Deathblow-, el trabajo realizado junto al siempre destacable Jim Lee para SupermanFor Tomorrow- y la novela gráfica Sargento Rock, Entre El Infierno Y Algo Peor con el indiscutiblemente magnífico Joe Kubert.

 

El Dibujante

Desde que tenía quince años, Lee Bermejo era un gran admirador del trabajo gráfico que se realizaba en el estudio de Wildstorm. Recordemos que transcurría el año 1992 cuando algunos de los mejores artistas de Marvel y DC liderados por Jim Lee, como por ejemplo Whilce Portaccio, Marc Silvestri, Rob Liefeld y Todd McFarlane, fundaron su propio sello ediorial: Image Comics. Dentro de dicho sello se encontraba el estudio Wildstorm, liderado por el propio Jim Lee y que, en 1998, pasó a formar parte de DC Comics.

 

Tras asistir a varias convenciones, y ya cumplidos los dieciocho años, consiguió que los editores Jonathan Peterson y Scott Dunbier se interesaran en su trabajo y comenzara a publicar. Todos sus artistas favoritos pertenecían al estudio en el que, al fin, había conseguido ser admitido. Allí, y según sus propias palabras, aprendió cómo equilibrar una vida privada rica en matices y una vida profesional dedicada completamente a los cómics sin, por ello, convertirse en un esclavo de la mesa de dibujo. Así, en su primer año como profesional en la Comicon de San Diego lució con orgullo el portafolios con el sello de WildStorm y un gran sentimiento de pertenencia a un grupo que, en aquel momento, era la élite artística en el mundo de los cómics.

 

A causa de su traslado de residencia a Italia para unirse al Estudio Giaco Duro, se vio forzado a abandonar WildStorm tras casi siete años de pertenencia al mismo. Sin embargo, ha continuado trabajando para DC Comics con lo que, por suerte para sus admiradores, únicamente parece haber cambiado su localización. Hoy en día, gracias a las modernas tecnologías de comunicación, esto no representa en absoluto un problema insalvable.

 

Hábil en el manejo del lápiz y del pincel, con un estilo realista y espectacular muy similar al del idolatrado Alex Ross, Bermejo ha conseguido brillar con luz propia en trabajos como Gen 13, Batman/Deathblow o este Lex Luthor: Hombre de Acero, donde realiza un exquisito trabajo en el que sus lápices permiten un juego de texturas, rico y preciosista, que aportan un magnífico abanico de matices al coloreado. Analizando un aspecto más simbólico de su dibujo, merece la pena destacar el símbolo que Superman luce en su pecho; mucho más grande y espectacular de lo habitual.

 

Entre otros trabajos, podemos destacar:

Ilustraciones: 100 Bullets y Secret Files: President Luthor.

Portadas: Adventures of Superman, Batman: Gotham Knights, Coup D'etat (Authority y otros), Hellblazer, Nightwing, Star Wars Tales, Superman: Man of Steel, Hellboy: Weird Tales.

Lápices: Action Comics, Batman/Deathblow: After the Fire, C23: Special Edition, Gen 13, Global Frequency, Hellblazer, Lex Luthor: Man of Steel, Resident Evil: Fire & Ice, Robotech, Superman/Gen 13, Wildcats Annual 2000.

Complementos: C23 nº 2 y 5, Superman nº 200 y 202.

 

Entintadores y Colorista

Lee Bermejo

Entintador de los cinco números de la miniserie. Son escasas las ocasiones en la que este dibujante ha ejercido como entintador pero, en todas ellas, ha demostrado que no hay nadie como él mismo para aplicar la tinta a su lápiz. Además del presente trabajo, puede encontrarse una confirmación de esta aseveración en Batman/Deathblow: After the Fire.

 

Mick Gray

Entintador de apoyo para los números 4 y 5 de la miniserie. Entintador profesional desde 1989. Ha desarrollado su trabajo para innumerables títulos de Marvel Comics y DC Comics tanto en solitario como colaborando con otros artistas tales como Alex Sheikman, Chuck Austen, Ian Akin, Jim Valentino, Mark Mckenna, Mike Mcarthy y Randy Emberlin.

 

Karl Story

Entintador de apoyo para el número 5 de la miniserie. Entintador profesional, podemos encontrar buena parte de su trabajo en las colecciones de Nightwing, Batman, Star Treck, Alien vs Predator, X-Men y muchas otras para diferentes editoriales hasta llegar a una lista de vértigo. En sus últimos trabajos ha entintado diversos trabajos escritos por los geniales guionistas Alan Moore y Warren Ellis.

 

Jason Martin

Entintador de apoyo para el número 5 de la miniserie. Aunque ha desarrollado parte de su labor como guionista, dibujante y portadista, su obra fundamental se basa en entintar los lápices de un sin fin de colecciones de entre las que podemos destacar Adventures of Superman, Arkanium, The Authority, Battle Chasers, Daredevil, Gen13, New Avengers y Super Real (de esta última como autor completo)

 

Dave Stewart

Colorista de los cinco números de la miniserie. Ha desarrollado anteriormente labores de dibujante, entintador y rotulista, pero su obra fundamental se centra en la aplicación del color. Ha ganado el Will Eisner Comic Industry Awards en los años 2003 y 2005 al mejor colorista, recompensándose así su buen hacer. Entre sus trabajos más importantes cabe destacar Batman, Buffy Cazavampiros, Hellboy, Star Wars, Superman y Ultimate X-Men.

 

A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de la trama y el argumento.

 

Estoy seguro de que esos ojos rojos me están atravesando y me ven como si no fuera más que una molestia. Pero cuando yo te veo… veo algo que el ser humano nunca podrá ser.

Veo el fin.

El fin de nuestro potencial.

El fin de nuestros logros.

El fin de nuestros sueños.

Tú eres mi pesadilla.

-Lex Luthor

 

La Historia

Lex Luthor es uno de los enemigos más inteligentes, peligrosos y carismáticos con los que cuenta el mundo del cómic-book americano. Exteriormente es un ser humano como otro cualquiera cuya presencia, al contrario de otros adversarios que pueda tener el Hombre de Acero, no provoca de forma inmediata el rechazo de sus semejantes, el pánico o la huída. Como destacado hombre de negocios, ha logrado hacerse con un imperio empresarial que podría rivalizar con el de Bruce Wayne. Y resulta reseñable, cuando menos, que ambos personajes escondan sus verdaderos objetivos detrás de una fachada de empresarios y que en la presente miniserie ambos se encuentren cara a cara.

 

Lex Luthor es un hombre embarcado en una cruzada personal que alcanza el enfermizo grado de obsesión: desea liberar al mundo de Superman. Este simple hecho, en principio, no precisaba mayor justificación en los cómics de hace cincuenta años pero, actualmente, las cosas han cambiado mucho. Hoy en día todos sabemos que las acciones de todo ser humano tienen una explicación y una razón lógica de ser –al menos para él-, aún cuando el resto de sus semejantes no las comprendamos o aceptemos.

 

En el primer y segundo número de la miniserie, las razones de Lex Luthor para perseguir el descrédito y la destrucción de Superman son expuestas de una manera clara, dotadas de cierta lógica malsana y, cuando menos, convincente. Luthor es, según sus pensamientos nos muestran, un humanista. Cree en la ambición y el deseo de mejora del espíritu humano como medio de alcanzar la perfección. Quizá se trate de una utopía pero el sueño de un ser humano perfecto y los esfuerzos realizados en su consecución son mucho más importantes que el hecho en sí de si tal objetivo se encuentra o no al alcance de nuestra mano.

 

Superman representa la culminación del sueño: es el hombre superior que, con su mera existencia, destruye los sueños de perfección que el ser humano pueda albergar. No necesitaremos mirar a lo alto cuando, desde lo alto, ya somos nosotros los observados. Como un Gran Hermano benévolo, vigila a todas las criaturas que se encuentran junto a él y, de esta forma, nos hace más débiles y confiados. Limita nuestros esfuerzos al tener la certeza de que, hagamos lo que hagamos, jamás podremos tener su fuerza, sus habilidades y su pureza de espíritu. El alienígena -pues Lex Luthor no se cansa de recordar en todo momento que no es humano, sino que meramente lo parece-, tiene todos nuestros atributos elevados a la enésima potencia y prácticamente ninguna de nuestras debilidades. Su mera existencia supone la derrota del espíritu humano.

 

Curiosamente, estos pensamientos que surcan la mente de Lex Luthor podemos adivinarlos en su secretaria, Mona, cuando ambos contemplan por primera vez la última creación científica que el dinero, el poder y los contactos del villano han dado a luz: Hope (Esperanza). Mona está enamorada de Lex Luthor pero, al contemplar a la mujer perfecta creada mediante bioingeniería, sabe que nunca va a poder estar a su altura. En algún momento de la historia trata de echar por tierra a esa mujer perfecta con el argumento de que sus pensamientos y emociones no son comparables a los de un ser humano al no tratarse, precisamente, de una verdadera mujer de carne y hueso. El lector, no obstante, comprende perfectamente que son los celos y la rabia los que hablan a través de la secretaria de Luthor y, de igual forma, podemos llegar a la conclusión de que esos son los verdaderos sentimientos que mueven al villano.

 

No se trata de un benefactor, no es un idealista, no es un hombre cargado de esperanza que sueña con un mañana mejor. Lex Luthor es un megalomaníaco enfermizo y fanático que, pese a que en ningún momento podría ser calificado de psicópata, no duda en saltarse toda norma social, ética o moral para lograr la consecución de sus fines, sean estos la firma de un nuevo convenio colectivo con sus empleados o la obtención de un descubrimiento científico. Para lograr que su creación, Hope, disponga de una capacidad de raciocinio casi natural y pueda contemporizar con los seres humanos, Luthor realiza una propuesta a Bruce Wayne: quiere el descubrimiento en la lucha contra el Alzheimer que acaban de realizar los Laboratorios Thomas a cambio de un fragmento de Kryptonita que, como sabemos, es prácticamente lo único capaz de causar la muerte de Superman. De hecho, Lex está tan seguro de convencer a Bruce Wayne que le da el fragmento del mineral verde esmeralda con independencia de que decida aceptar o no el trato.

 

Quizá el enfrentamiento entre Batman y Superman que se produce en el tercer número de la miniserie pueda parecer un poco forzado, pero puede analizarse y dársele cierta coherencia en el contexto del relato. De alguna retorcida manera, Lex Luthor consigue que Bruce Wayne piense en la posibilidad de tratar de detener a Superman. Como es evidente, Luthor no sabe que Bruce se convierte por las noches en el justiciero conocido como Batman, pero sí intuye que puede intentar, de alguna forma, hacer uso de esa Kryptonita que le ha regalado. Y no se equivoca. En el breve enfrentamiento Batman es derrotado flagrantemente por Superman, confirmando sin él pretenderlo la teoría de Lex acerca de la necesidad de tener alguna forma de controlar o eliminar al Hombre de Acero si hiciera falta. Persuadido de alguna manera por el poder de convicción de Lex Luthor, Wayne accede a darle el conocimiento que pide. Este episodio, quizá, debiera sacarse de la continuidad del universo DC y de la amistad que une a Bruce y Clark pues, de otro modo, el enfrentamiento entre los dos héroes es forzado cuando menos y, apelando a la sinceridad, algo incoherente.

 

Una vez Lex Luthor ha conseguido finalizar su obra, la perfecta mujer artificial, hace de ella un icono para sus conciudadanos. Incluso su nombre, Hope (Esperanza), apunta en esta dirección. Lex ofrece un moderno prometeo fruto del ingenio humano en contraposición al milagro natural, pero de fuera de este mundo, que es Superman. Incluso la torre que está edificando, donde realiza la presentación oficinal de Hope, es su intento de desafiar a los cielos donde habita su enemigo. Como sucediera con la Torre de Babel, queda inacabada para que sean las generaciones futuras quienes la concluyan pero, analizando un poco lo más íntimo de su psicología, seguramente nos encontraríamos un Lex Luthor que se siente castrado ante la existencia de aquello que él nunca podrá llegar a ser. Sin embargo, su plan es más retorcido que la simple usurpación de un puesto a un héroe.

 

A través de un intermediario contrata los servicios de Winslow Schott, el Juguetero. Su misión es fabricar una bomba de gran poder destructivo para volar por los aires un edificio en el que se encuentran una joyería y una guardería. El diabólico plan es ejecutado a la perfección y se produce una masacre en la que noventa y cuatro personas, entre ellos sesenta y ocho niños, pierden la vida. Rápidamente el responsable de la carnicería es identificado y Lex Luthor envía a Hope, de quien parece genuinamente enamorado, a la caza y captura del Juguetero para que sea llevado ante la justicia. Naturalmente, estas no son sus verdaderas intenciones y, durante el quinto y último número de la miniserie, se produce el clímax de la historia en toda su crudeza.

 

Sentado frente al ordenador que controla los movimientos de su mujer perfecta, Lex Luthor fuerza mediante un simple clic de un ratón a que la mano de Hope se abra, dejando caer a Winslow Schott hacia el suelo y a una muerte segura –hay que señalar la sincera sorpresa que manifiesta Hope cuando su mano se abre sola-. En el último instante es salvado por Superman que, con ello, niega a la ciudad de Metrópolis sus ansias de venganza. Inmediatamente después, el Hombre de Acero se eleva a los cielos para combatir con Hope que ha manifestado, sin ella ser consciente de ello, la actitud de un ser vengativo sin respeto alguno por el sistema judicial americano, la vida humana y todos esos valores que la familia Kent inculcó en Superman. Pero he aquí que lo encuentra no es un enemigo de carne y hueso, sino una máquina a la que puede destruir sin el menor rastro de remordimiento. Y así lo hace.

 

En ese último instante, Lex Luthor hace detonar a Hope con un doble objetivo: borrar todo rastro que pudiera demostrar que Hope no era un ser humano de carne y hueso y, al mismo tiempo, volar por los aires la torre con la que había obsequiado a la ciudad. Su plan ha sido cumplido: todo el mundo ha visto cómo Superman salvaba de la muerte a un carnicero de niños -con un largo historial de muertes y pedofilia-, cómo asesinaba a una heroína de gran aceptación por el público y cómo la torre que se elevaba a los cielos, el orgullo del ser humano, era destruida casi en su totalidad. Altar y cordero en holocausto al dios alienígena cuyos efectos, espera Lex Luthor, sean minar la confianza de los habitantes de Metrópolis y de la Humanidad en general hacia Superman.

 

La escena final, de un patetismo que podría ser conmovedor si no conociésemos la envidia que surca la mente de ese hombre de negocios tan brillante como enfermo, es casi mítica. Superman sabe que Luthor es el causante de todo lo ocurrido, pero no puede demostrarlo de forma fehaciente ante un tribunal, con lo que simplemente decide hacerle una visita para recordarle que sigue ahí fuera, observando y esperando a que cometa algún error para hacerle pagar por todo lo que ha hecho. Es en ese instante cuando Luthor trata de justificar sus acciones en la consecución de un bien mayor, aludiendo para ello a las privaciones que se ha causado a sí mismo en aras de lograr la destrucción de Superman. Pero la imagen de él no es la de un hombre abnegado en su defensa de la Humanidad, sino la de un fanático dispuesto a derramar la sangre que sea precisa de inocentes en su cruzada personal contra el Hombre de Acero.

 

¿Es Lex Luthor un héroe del pueblo? No. Es un maníaco homicida que se cree la última línea de defensa de los seres humanos contra la amenaza venida del planeta Krypton. Lo que no parece darse cuenta es que, en la consecución de sus objetivos, está dispuesto a cometer cualquier atrocidad que sea necesaria. Y no importan las razones que pudiera dar Maquiavelo y que Lex cree a pies juntillas; nunca el fin podrá justificar los medios.

 

Yo cree a Hope con la ayuda de un hombre que temía por su familia y la de un chico enamorado de sí mismo, creé una máquina que imaginaba ser humana. Le di a un sueño una forma que pudiera tocar y le he entregado a un altar para que la sacrifique un alienígena.

Un alienígena que considera que toda vida es sagrada.

Un alienígena que no ve vida en Hope.

-Lex Luthor

 

Dramatis Personae

Bruce Wayne: Es el multimillonario, filántropo, mecenas y playboy que esconde bajo esa fría fachada al obsesivo y neurótico luchador contra el crimen llamado Batman. Seducido por la convicción que ve en Lex Luthor, se enfrenta a Superman y proporciona al enemigo de éste el descubrimiento científico que precisa para la creación de Hope.

 

Hope: Androide desarrollado gracias a los conocimientos del doctor Federov y a los avances neuronales de los Laboratorios Thomas, propiedad de Bruce Wayne. Está dotada de un gran sentido de la justicia, respeto a la vida humana, simpatía y amor a los que ella piensa que son sus semejantes. Considera su objetivo hacer el bien y ama a Lex Luthor.

 

Lex Luthor: Es el villano que esta historia trata de mostrarnos como héroe. Multimillonario, hombre de negocios, tenaz luchador, inteligente, hábil estratega… tiene todas las cualidades para convertirse en una bendición para la Humanidad. En lugar de eso, ha abrazado el camino de la envidia y el rencor y desea destruir a Superman a toda costa.

 

Mona: La atractiva secretaria de Lex Luthor está totalmente enamorada de éste pero, al igual que a su jefe le sucede con Superman, sabe que nunca podrá estar a la altura del ideal que representa Hope. Al principio trata de seducir a su jefe pero, tras la creación de Hope, se muestra celosa, envidiosa y resentida hacia la mujer y hacia Lex Luthor.

 

Orr: Sicario de Lex Luthor, se encarga de rescatar al Doctor Sasha Federov antes de que sea sacado de Chechenia y de contratar a Winslow Schott, el Juguetero. Tras cumplir eficientemente con ambos papeles, Lex Luthor envía un coche en su búsqueda para eliminarle que, si bien es cierto que tal escena no aparece podemos darla por segura.

 

Shasa Federov: Científico y padre de familia, es rescatado por Orr, el sicario de Lex Luthor para que trabaje en el proyecto de creación de Hope a cambio de garantizarle su seguridad y la de su familia. Por desgracia, todos ellos se convertirán en parte de las víctimas del sacrificio de Lex Luthor en su loca obsesión por desprestigiar a Superman.

 

Superman: El Hombre de Acero, a quien se nos quiere hacer ver como el alienígena que en realidad es, ajeno a la Humanidad y que, sin embargo, sigue siendo más humano que Lex Luthor, su némesis oscura. Silencioso, rápido como el rayo y poderoso como un dios descendido de los cielos, sus apariciones son breves, terroríficas y cargadas de una fuerza indescriptible.

 

Winslow Schott: También conocido como Juguetero, es un especialista en la construcción de autómatas y un hábil artificiero y maneja todo tipo de explosivos. Se encarga de destruir el edificio que causa la matanza de noventa y cuatro personas y crear una distracción para Superman en forma de soldados mecánicos. Lex Luthor convierte a este asesino de segunda en un carnicero y cabeza de turco.

 

 

Calificación: 8

Editorial

Planeta DeAgostini

Detalle:

Formato: Tomo recopilatorio, rústica

Nº de páginas: 144

Precio: 9,95 €

Guión: Brian Azzarello

Dibujo: Lee Bermejo

Tinta: Lee Bermejo, Mick Gray, Karl Story, Jason Martin

Color: Dave Stewart

Sinopsis:

Lex Luthor es un hombre que ha dedicado su vida a la destrucción de Superman. ¿Alguien se ha preguntado en alguna ocasión qué miedos, temores, esperanzas o anhelos se esconden detrás de esta obsesión?

 

 

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