Las Siete Maravillas del mundo antiguo

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Reseña de este libro de Kai Brodersen sobre las famosas Siete Maravillas publicado por Alianza Editorial en su colección Historia.

Las Siete Maravillas son de esos elementos de nuestro acerbo cultural que se muestran muy presentes pero que, en realidad, no conocemos lo suficiente. Es por eso que libros como este Las Siete Maravillas del mundo antiguo son tan amenos como interesantes. En sus páginas encontraremos información sobre las maravillas en sí y, lo que es igualmente importante, sobre su contexto y su significado histórico.

Kai Brodersen nos acerca estos grandes monumentos de la Antigüedad de un modo sistemático y entretenido. En primer lugar, abre la exposición explicando de dónde sale el concepto de Siete Maravillas del mundo (pues no es casual ni arbitrario el número, ni el propio hecho de listarlas) para, a continuación, explicarnos cuál es la lista más antigua existente y qué autores han ido, sucesivamente, dando sus propias descripciones y enumeraciones. En este primer apartado se nos adelanta ya que las Siete Maravillas no son realmente siete, sino algunas más, pues, sin contar ya las que se añadieron sin coherencia más adelante, no todos los autores se ponían de acuerdo en cuáles eran las susodichas.

El grueso del libro dedica un capítulo a cada una de las Siete Maravillas digamos canónicas, aquellas que son generalmente enumeradas como tales: Las pirámides de Egipto, las murallas y los jardines colgantes de Babilonia, la estatua de Zeus en Olimpia, el templo de Ártemis en Éfeso, el Mausoleo de Halicarnaso y el Coloso de Helios en Rodas. Ya sobre estas las anécdotas y los datos son numerosos, pues sólo las pirámides han llegado hasta nuestros días y, así, a la hora de describir las demás, mito y realidad se confunden en ocasiones con resultados sorprendentes.

Además, se habla también de otras maravillas de la Antigüedad que no forman parte propiamente dicha de esta lista pero que fueron incluidas o nombradas como tales en determinados momentos, como el Faro de Alejandría o el Coliseo. Es particularmente interesante cómo el autor nos explica los motivos de los distintos estudiosos para introducir tal o cual obra del hombre. Al apoyar su exposición en textos de distintas épocas, que se limita a engarzar con sus propios comentarios, el libro es particularmente revelador.

Finalmente, Brodersen dedica un capítulo a la relación entre la Cristiandad y las maravillas, un tema bastante curioso teniendo en cuenta que eran de origen pagano y que en el Renacimiento se volvió la mirada hacia el mundo antiguo. Son pasajes muy reveladores sobre la propia Historia como ciencia, pues ponen de manifiesto cómo un hecho cambia dependiendo de la óptica del momento. El libro, además, viene acompañado por ilustraciones para mostrar cómo imaginaban las Siete Maravillas nuestros predecesores.

Las Siete Maravillas del mundo antiguo no es una obra exhaustiva, pero sí una introducción perfecta para este tema. Resulta asequible para todos los lectores, tanto por el modo en el que se expone la información como por la cantidad de anécdotas recogidas, algunas francamente hilarantes. Un texto muy recomendable para el que quiera fijar una base sólida sobre el tema.

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