House of Mystery 5: Dirección

Imagen de Kaplan

Reseña del cómic de la línea Vertigo publicado por Planeta DeAgostini

 

La Casa del Misterio ha encontrado por fin un lugar en el que asentarse: una suerte de zoco interdimensional habitado por duendes. La flamante regencia de Caín (su dueño originario) trae consigo la aparición de nuevos clientes y la divertida -y sangrienta- relación de éste con su hermano Abel, tan torpe como desgraciado. Mientras, hace acto de presencia un personaje hasta ahora desconocido que ahonda en el misterioso pasado de Fig y, por último, comienza a adivinarse que los extraños sucesos que abundan en esta serie con tan contradictoria normalidad responden a un conflicto mayor aún por revelar.

Como es costumbre en House of Mystery, cada capítulo incluye una historia de complemento que, salvo una excepción, apenas tienen relación con la trama principal y que están ilustradas por artistas de primera fila como Sergio Aragonés, el personalísimo Sam Kieth y John Bolton, a quien cada vez resulta más extraño encontrar ilustrando el interior de un cómic. Son historias que mantienen muy escasos lazos con el mundo real y que oscilan entre la anécdota chocante (la historia dibujada por Aragonés, con un pueblo del Lejano Oeste y un monstruo digno de Lovecraft como ingredientes principales) y lo verdaderamente inquietante (la historia de la que se encarga Kieth). En cualquier caso, supone un honesto intento de recuperar el espíritu de Creepy y otras revistas de la Warren muy de agradecer. Que el resultado de estas historietas sea dispar está en la propia naturaleza de la iniciativa y no supone ningún drama reconocerlo. La propia Creepy era irregular desde su origen y nadie discute el maravilloso disfrute que significó -y significa aún hoy- para generaciones enteras.

En cuanto a la trama principal, que Luca Rossi ha hecho suya con ese estilo inconfundible que le caracteriza, sucede como en muchas de las narraciones de nuestro tiempo: camina sobre alambres invisibles y corre el riesgo de tropezar y caer al abismo, pero también de dar un doble salto mortal que merezca el aplauso unánime. Hasta ahora (número 24 de la edición americana) se han insinuado muchas cosas, pero pocas se han llegado a desvelar. Hay multitud de personajes carismáticos (desde la clientela de la Casa hasta la misteriosa Concepción), pero comienza a hacerse necesario que se explique qué hacen allí y por qué son relevantes.

House of Mystery es una serie que se hace querer. Sus intenciones son sinceras y hace gala de una socarronería y una original estructura que permiten que destaque por méritos propios. Pero precisamente porque sus mimbres son de excepción (personajes interesantes, trama misteriosa, artistas de primer orden), hemos de esperar de ella y su guionista Matthew Sturges mucho más. Ojalá sea así.

 

PD: Este volumen incluye el primer anual de la colección, un curioso número unitario que, a pesar de estar ambientado en el universo de La Casa del Misterio, tiene como protagonistas de sus historias de complemento a personajes del sello Vertigo clásicos (Merv Pumpkinhead, dibujado por el magnífico y esporádico Kevin Nowlan, John Constantine) y a otros de nuevo cuño que hacen aquí su presentación formal y cuyas páginas están realizadas por sus respectivos equipos creativos (Yo, Zombie, por Chris Robertson y Mike Allred y la nueva Madame Xanadu de Matt Wagner y Amy Reeder Harley).

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