Megazoria: Carnutia

Imagen de Destripacuentos

Trasfondo del misterioso bosque de los druidas

En el territorio de los carnutes es donde ser reúnen los druidas de toda la Galia en sus concilios secretos, un honor que defienden con orgullo y que se debe a la profundidad de sus bosques.

Aspectos geográficos

Carnutia es un territorio tapizado de densos bosques caducifolios que resultan inextricables. Solo la vía fluvial del Liga que conduce a Cenabum resulta fácilmente accesible para los extranjeros. El terreno, accidentado, es un laberinto de vegetación. El clima es continental con cambios estacionales que alternan inviernos fríos y veranos cálidos. Las precipitaciones son abundantes.

 

Fauna

Los bosques de los carnutes rebosan de vida: murciélagos como el archaeonycteris, úrsidos como agriotheros, con sus colmillos prominentes, hyopsodus, cazadores arborícoras que usan la ecolocalización... No obstante, quizás los más representativos de la región son los eloterios, robustas criaturas parecidas a jabalíes de casi 1,40 m hasta la cruz, y los terribles paleonictis, depredadores similares a los glotones pero que alcanzan el tamaño de un oso.

Habitantes

Los carnutes son un pueblo celta, de pieles y ojos claros. Lucen cabellos y barbas trenzados y visten con ropas de lana y cuero que tiñen de vivos colores. Aprecian la orfebrería: torques, brazaletes, colgantes, etc.

Lengua: Gaélico

Escritura: Siguiendo la tradición druidica, la escritura no es apreciada ni practicada: se privilegia la memoria y la tradición oral.

Algunos nombres de ejemplo: De hombre, Dejotauro, Enemnogenus, Cadeyrn, Wotecorix o Dumnorix. De mujer, Huctia, Keyne, Cunomandua, Boudecea o Eudaf.

 

Sociedad y gobierno

La única ciudad propiamente dicha en Carnutia es Cenabum y en torno a ella se organizan los intercambios comerciales y sociales del territorio. No obstante, es en los enclaves secretos de los druidas, donde estos inician en sus misterios a los acólitos, donde reside el auténtico gobierno. El monarca de Cenabum no solo acepta de buen grado a druidas como consejeros, sino que se pliega a sus decisiones en los temas más importantes. No en vano, los druidas formados aquí ejercen luego de diplomáticos, estrategas y consejeros por toda la Galia civilizada.

La sociedad está dividida entre aristócratas y siervos, por lo general en pequeños poblados protegidos por empalizadas donde se resguardan los rebaños y los huertos. Hay algunos santuarios erigidos en piedra en tiempos inmemoriales que sirven de punto de reunión a los druidas y les sirven para ejercitarse en la observación astronómica, la botánica y otras ciencias.

 

Religión

Los carnutes veneran como el resto de los galos al panteón celta y, en concreto, muestran devoción por el cornudo Cernunnos. No obstante, la fuerte presencia de los druidas y sus saberes atempera el peso de los sacerdotes y los adivinos, que se limitan a rituales más formales que poderosos. Las creencias aquí se mezclan con la observación de la naturaleza y sus fuerzas intrínsecas.


 

Actividades económicas y lúdicas

Los carnutes mantienen rebaños de cabras, ovejas y, sobre todo, cerdos, y cultivan la tierra. Completan la dieta con frutos recolectados en los bosques y la caza. Trabajan la madera con motivos geométricos, el cuero y los metales, y son hábiles artesanos, pero el comercio con el exterior es limitado. Cenabum se beneficia también de la presencia de los druidas y su monarca recibe en ocasiones tributos de embajadas de otros pueblos galos.

Los banquetes y las odas poéticas con los que se mantiene viva la tradición oral son muy apreciados, por lo que los bardos prosperan y son respetados. En los bosques se celebran rituales y encuentros relacionados con el firmamento y la naturaleza, pero suelen estar reservados a iniciados.

 

En la guerra

Los carnutes, a pesar de vivir dispersos, se organizan férreamente para la guerra bajo la dirección de los druidas, que tras hacer de mediadores y recitar sus salmodias no tienen ningún problema en situarse en primera línea de batalla. Como otros pueblos celtas, combaten con lanzas, espadas y venablos y se protegen con corazas, cascos cónicos de metal y escudos hexagonales. Algunos montan sobre eloterios, que están muy bien adaptados al terreno boscoso y cuya fuerza permite desbaratar las líneas enemigas.


 

En el mar

Carnutia no tiene acceso al mar y los únicos barcos que se conocen son los botes de cuero de los pescadores y algunas barcas con las que se comercia en los ríos. No son grandes marineros.

 

Posibilidades de aventura

El interés principal de Carnutia son las reuniones de sus druidas. Estos sabios versados en ciencias naturales y filosofía tienen un gran peso en la sociedad gala, sobre todo en los lugares más prósperos y civilizados, y han llamado la atención de eruditos extranjeros, que pueden estar interesados en visitar sus bosques con una escolta adecuada. Hay que tener en cuenta que los conocimientos druídicos se transmiten de forma oral y que el proceso de formación, secreto, dura años y es muy exigente. No son entornos fácilmente accesibles y están celosamente custodiados por los carnutes.

Por otro lado, los propios bosques de Carnutia son un lugar formidable para aventuras de caza y viaje. Es un territorio particularmente salvaje y bestias de todo tipo lo habitan. Además, hay numerosas ruinas megalíticas de tiempos pretéritos a las que los propios druidas dan uso y que, en ocasiones, se rumorea, aún albergan poblaciones de los otros. Investigarlas puede dar pie a originales expediciones no exentas de riesgos.

Por supuesto, gente tan importante como los druidas puede suscitar malos deseos en los gobernantes y hombres de poder interesados en imponerse en la Galia. Misiones de secuestro, intentos de introducirse en el territorio o la presencia de simples bandas de merodeadores pueden dar pie a varias aventuras.

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