Extra Superhéroes: Thunderbolts

Imagen de Kaplan

Reseña del volumen de Panini que recopila los primeros doce números de esta colección

 

Casi con toda seguridad, la saga de Onslaught y la subsiguiente Heroes Reborn han sido los dos peores acontecimientos de toda la historia de Marvel (en dura pugna con la Saga del Clon de Spiderman, pero lo cierto es que esta tuvo un alcance mucho menor al centrarse en Peter Parker). Jamás la editorial ha estado tan a la deriva como en aquel año fatídico en que sus principales colecciones fueron dirigidas por Rob Liefeld, Jim Lee y compañía; un año perdido en todos los sentidos para Los Vengadores y Los Cuatro Fantásticos.

Sin embargo, durante ese periodo y alejadas de la atención mediática, comenzaron a surgir nuevas colecciones o etapas de verdadero interés que, con el tiempo, se han convertido en trabajos muy valorados y reconocidos por el aficionado. Masacre de Joe Kelly y Ed McGuinness, Cable de Joe Casey y Ladronn, los Héroes de Alquiler de Joe Ostrander y Pasqual Ferry y, de forma emblemática, los Thunderbolts de Kurt Busiek y Mark Bagley. Al calificarla así no se quiere afirmar que sea necesariamente la mejor de todas ellas, pero sí que supuso una respuesta firme al modo de entender los cómics que tenían Liefeld y Lee. También, de hecho, los Thunderbolts capitaneados por el misterioso Ciudadano V surgen como respuesta al vacío dejado por los héroes caídos. Mientras la editorial dejaba en manos de los hot artists del momento sus personajes más importantes para que montaran un circo sin precedentes, los guardianes de las esencias de Marvel tenían que conformarse con crear series nuevas con personajes de tercera categoría. El mundo al revés.

Kurt Busiek ya había demostrado unos conocimientos enciclopédicos de los entresijos de este universo en la famosa Marvels y venía desarrollando un trabajo de rendida y añeja admiración por los años gloriosos de Marvel en Las Historias Jamás Contadas de Spiderman junto a Pat Ollife. Era, pues, el guionista ideal para sacar todo el provecho posible a ese puñado de personajes olvidados y sumergirles en tramas que recorrieran a lo largo y ancho todos los rincones que Heroes Reborn había dejado vacíos. Pero además, Busiek se guardó para el final del primer número de la serie una sorpresa mayúscula que no hizo más que confirmar a Thunderbolts como el sleeper del momento. Para redondear la faena, contó con la labor de un Mark Bagley que, a pesar de ser ya un dibujante reconocido, desarrolló aquí un trabajo en continua mejoría, refinando su estilo hasta llegar a convertirse en la estrella encargada de Ultimate Spiderman.

Los números aquí recopilados (los doce primeros de la serie, más el primer anual y su aparición en Tales of the Marvel Universe) son un compendio del cómic de superhéroes divertido, clásico y sin más aspiraciones (ni menos) que las de ser un entretenimiento perfecto. El volumen termina lo que podríamos denominar la primera temporada de la serie. En los siguientes capítulos, Busiek, liberado de los iniciales límites dispuestos, multiplicó las tramas simultáneas y embrolló las relaciones de los personajes hasta convertir el título en un folletín superheroico divertidísimo (menos nostálgico de lo que acostumbra), logrando cotas de calidad que, por desgracia y de forma paradójica, no conseguiría en su estancia como guionista en la colección de Los Vengadores. Tras él llegaría Fabian Nicieza, que mantuvo las señas de identidad de la serie e incluso las acentuó, y después, una decadencia de la que no se recuperaría hasta el drástico lavado de cara que le realizó Warren Ellis. Pero esa es una historia muy diferente.

En la Marvel de Joe Quesada no queda hoy mucho rastro del, no lo olvidemos, relativamente reciente paso de Kurt Busiek por gran parte de los principales personajes de la editorial. Es cierto que los de uno y otro son modos de comprender el cómic de superhéroes bien diferentes, pero tampoco conviene olvidar sin más una obra tan recomendable como sus Thunderbolts. Que hoy el grupo siga teniendo tanto tirón es síntoma de que las cosas se hicieron muy bien en el origen. Y este tomo (que Panini ofrece en una relación calidad-precio muy razonable en su Colección Extra Superhéroes) es la perfecta demostración de ello.

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