Astonishing Spiderman & Lobezno

Imagen de Kaplan

Reseña de la miniserie de Jason Aaron y Adam Kubert publicada por Panini

 

Se ha recomendado mucho en esta página el trabajo de Jason Aaron. Tras deslumbrar a todo aquél que se acercara a Scalped -hoy por hoy, la mejor serie de Vertigo-, Aaron ha compaginado su labor en esa colección con un papel cada vez más relevante dentro de Marvel. En primer lugar, tomando las riendas de Ghost Rider y convirtiéndola en uno de los mejores títulos de la editorial por medio de la más desvergonzada serie B, algo impensable para todos los que hasta entonces hubiesen seguido el “quiero y no puedo” inmediatamente anterior de Daniel Way. Después se le ofreció ocuparse de Lobezno en una serie nueva -Arma X- que se lanzó con motivo del estreno de la espantosa película sobre el personaje. También en esta ocasión consiguió, en sólo unos números, adaptarse al protagonista a la perfección, aportando nuevos personajes y ambientes, levantando de golpe la calidad de unas guiones heridos de muerte tras el enredo de Rómulo y Daken que habían creado entre Loeb y, otra vez, Way. Y con Punisher MAX sucedió algo parecido. No extraña, pues, que ahora se encargue de Hulk o que se haya convertido en el nuevo hombre fuerte en los guiones de las colecciones mutantes.

Entre medias, Aaron tuvo la oportunidad de mostrar su faceta más alocada en la miniserie de Astonishing Spiderman & Lobezno. En otras palabras, le dieron a los dos personajes más carismáticos de toda la compañía para que hiciera con ellos lo que quisiera, acompañado además por los dibujos de Adam Kubert, un artista que, desde su trabajo en Ultimate X-Men, no había tenido la oportunidad de lucir su talento como merecía. Y lo que Aaron hizo con estos mimbres fue pasar un buen rato y transmitir ese sentimiento de diversión a los lectores. Aunque ya en Ghost Rider el guionista se había soltado un poco el pelo, es aquí donde muestra su lado más desvergonzado, embarcando a los protagonistas en un absurda epopeya temporal que comienza con un robo de diamantes y acaba con ellos junto a personajes como Ego o el Dinosaurio Diabólico, una de las creaciones más deliciosamente descabelladas de Jack Kirby que sólo se atreven a usar guionistas con las ideas tan claras como Ellis (en la magistral Nextwave) o el propio Aaron.

Ni que decir tiene que detrás de una trama tan peregrina se esconde uno de los villanos más esperpénticos de todo el Universo Marvel, y que esto no hace más que contribuir a que el lector pase un rato fenomenal con la lectura. Porque sí, es un cómic ligero, pero está realizado con mimo y, bajo su superficie frívola, esconde un conocimiento profundo de todos y cada uno de los personajes que trata. Y eso no está al alcance de cualquiera.

El trabajo de Kubert tampoco es baladí. Adorna cada número con splash-pages espectaculares, experimenta incluso con recursos metalingüísticos (onomatopeyas integradas en la acción, como Quitely en su reciente Batman & Robin) y hace gala, en general, de un dominio perfecto de la narrativa en las secuencias de acción. En cuanto a la edición, Panini edita la miniserie en un lujoso tomo de tapa dura, con todas las portadas originales, además de las alternativas (a tinta y lápiz) y alguna que otra página de Kubert sin entintar.

En definitiva, podría decirse que Astonishing Spiderman & Lobezno es el blockbuster del año hecho cómic. Grandes personajes, historia trepidante, explosiones espectaculares, humor, carisma, buena realización... Incluso concluye con un “Continuará” prometedor que, sin riesgo a equivocarnos, Aaron utilizará más pronto que tarde en la serie de Lobezno. Qué más se puede pedir ahora que todavía estamos en la época de los estrenos veraniegos...

 

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